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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

14
Ene
2016

Materialismo cristiano

5 comentarios

Los cristianos nos las damos de muy espirituales. Pero, en ocasiones, tengo la impresión de que somos muy materialistas. Muchos creyentes confunden lo real con la físico. Y sin embargo, lo físico es solo un aspecto de una realidad mucho más amplia y plural. Sin duda, estos cristianos creen que hay seres invisibles, como los ángeles o los santos, pero les encanta que tales seres invisibles se hagan presentes ante los ojos y, aún más, que se puedan palpar. De ahí la importancia que para ellos tienen las “apariciones” de seres celestiales.

De hecho, la realidad fundamento de todas las otras realidades, el Ser que hace posible la existencia de todos los otros seres, es inmaterial. Un ser inmaterial es, por definición, invisible e impalpable en las condiciones de este mundo. Ese Ser fundamental es Dios, espíritu puro. Si alguien dice haberlo visto, seguro que se ha confundido. Si Dios fuera físico, sería necesariamente limitado. Sería además imposible que estuviera presente en todo lo real, pues lo físico tiene una presencia concreta. Por otra parte, Dios cuando crea no lo hace a partir de una materia pre-existente, sino “por la Palabra”. En el origen de todo lo físico no está lo físico, sino “la Razón”, o sea, una realidad no material. Por eso la creación no es un acto físico, sino metafísico. Creación no es afirmar una primera causa o una cadena de causas, sino afirmar que todo está sostenido en el ser. Dios es aquel sin el cual nada es. Más aún, precisamente porque la Razón, el Logos divino todo lo sostiene, el cosmos es “racional”, está estructurado racionalmente, la materia lleva una huella de lo inmaterial.

La mayor parte de los misterios cristianos son espirituales. Son muy reales, pero no son físicos, aunque, a veces, los materializamos para entenderlos. Pero si no somos conscientes de que esta materialización es un modo de entender, distorsionamos el misterio. Cierto, uno de los principales misterios de la fe cristiana, el de la Encarnación del Verbo, es físico, material, humano. Pero no es menos cierto que, en lo que tiene de humano, es limitado. Por eso la cristología no agota la teología, el misterio de Cristo no agota el misterio Dios: si “yo y el Padre somos uno”, no es menos cierto que “el Padre es mayor que yo”.

La presencia real de Cristo en la eucaristía es “pneumática”, espiritual, en virtud del poder del Espíritu. No es una presencia física. Es real, pero no física. Por eso la Iglesia cuando quiere explicar esta presencia habla de transustanciación: la sustancia del pan se convierte en el cuerpo de Cristo. Pero el término sustancia, en la filosofía utilizada para explicar el misterio, no es físico. Lo físico son los accidentes, que no cambian. Lo que cambia es la sustancia, un concepto metafísico. Esta comprensión de la sustancia y los accidentes es distinta de la que tiene la física moderna. Si no tenemos en cuenta esta diferencia, podemos confundir a los no creyentes y desprestigiar la religión.

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Anónimo
14 de enero de 2016 a las 18:48

Al principio fué la palabra...

JMValderas
15 de enero de 2016 a las 00:03

Me estoy restregando los ojos, las meninges, por si es verdad que estoy leyendo lo que estoy leyendo, fray Martin. Con decirle que lo más suave que el origen de lo físico está en la razón... Y no por el sabor platónico de la expresión, sino porque lo físico sólo puede ser creado ex nihilo, from scratch, u originarse de otra cosa físico, algo así como diría Robert Virchow omnis cellula e cellula, pero nunca originarse de la razón. Tampoco parece muy verosímil que haya un misterio que no tenga un carácter espiritual, incluso los milagros. Lo mollar, fray Martín, lo sorprendente es, en mi opinión, su explicación de la Eucaristía. Un profesional de la historia de la medicina creería que está leyendo a Galeno y su teoría pneumática. Claro que el pneuma galénico es físico y usted va por los derroteros del Espíritu Santo. Pneuma con mayúscula. Por arte de birlibirloque lo que era pan (sustancia pánica que diría un escolástico) y vino (sustancia vínica del escolástico) pasa a ser cuerpo de Cristo, Sangre de Cristo. Pero, según mi parecer, la sustancia del pan y la del vino son físicas. Incluso en sentido escolástico. Allá por mediados del siglo pasado Guillermo Fraile tuvo una ponencia sobre el concepto de forma sustancial (lo que da sustancia, sensu scolastico) como concepto físico. Recurro a esos ejemplos por no traer el asunto a la sustancia (o esencia) zubiriana y mucho menos a la filosofía natural moderna. El cuerpo eucarístico, pneumático, cierto, es físico, aunque sacramental, que no es lo mismo que meramente espiritual. ¿Acaso quiso usted decir eso, fray Martín?

Martín Gelabert
15 de enero de 2016 a las 00:13

Como siempre, agradezco sus observaciones, Sr. Valderas. Pero en este caso tengo la impresión de que hablamos dos lenguajes distintos. Que yo sepa, para un creyente, en el "origen" de todo está Dios. En el principio era el Logos. Y todo fue hecho por el Logos. Otra cosa es como explica la ciencia el comienzo, la evolución y la aparición de los seres. En este caso, evidentemente, lo físico se origina de lo físico, como usted bien dice. Pero añade que también lo físico puede ser creado "ex nihilo". No es exactamente lo que yo he dicho, pero bueno..., lo acepto. Solo que matizo que el "ex nihilo" no es la nada, sino un modo de explicar o de entender la acción de Dios sobre la realidad. Todo procede de Dios. No sé si la forma de expresarme ha podido confundir a algún lector.

Anònim
15 de enero de 2016 a las 00:39

Es perfecte, ho has desgranat magistralment, punt per punt.
Enhorabona per la teva talla intel·lectual i humana.
Gràcies P. Martín.

Rafael.
15 de enero de 2016 a las 10:52

No hay nada como levantarse y que le expliquen a uno dónde está la Verdad. Eternamente agradecido, fray Martín.

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