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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

1
Oct
2014

Los católicos, ¿a quién podemos votar?

16 comentarios

Con motivo de la retirada de la así denominada “ley del aborto” por parte del Gobierno, algunos han opinado que los católicos “no podemos” votar al Partido Popular (sin duda con buenos argumentos, que hubieran valido más o menos igual hace unos años). Lejos de mi pretender incitar a nadie a votar a un partido u otro. Pero el supuesto de que “el voto católico” debe o no dirigirse a una determinada opción política da que pensar. Si se identifica el “voto católico” con el voto a un partido de derechas mayoritario, la conclusión es que hay un considerable número de ciudadanos católicos. Pero si ahora se dice que los católicos no podemos votar a ese partido que habría hasta ahora recogido, supuestamente, nuestro voto, y que sólo la abstención o el voto a opciones políticas minoritarias es católico, quedará claro que los católicos somos minoría. En realidad no va a ocurrir nada de esto, porque aquí también funcionan “las mayorías silenciosas” de católicos, de uno u otro signo, que viven su fe y su piedad sin estridencias.

Según estadísticas fiables, en España, hay un 29,2% de católicos practicantes; un 51,3 % de católicos no practicantes; los no creyentes serían un 8,9%, los ateos 7,6%, y creyentes de otras religiones 2,1%. Si comparamos estas cifras con el número de votantes de los distintos partidos, queda muy claro que no existe el “voto católico”. Existen ciudadanos católicos, que votan a distintos partidos. Conscientes, supongo yo, de que ningún programa político se identifica con el Evangelio. Y conscientes de que, al final, el voto político siempre es un mal menor. Porque al votar un programa, voto un conjunto de propuestas, algunas difícilmente compatibles con el Evangelio. Por tanto, al votar, valoramos cuál es el conjunto menos malo o el que más se acerca (no el que se identifica) a mi conciencia. Ahora bien, si solo consideramos católicos practicantes, coherentes, serios y dignos a los que voten a esos partidos que recomiendan los que dicen que los católicos ya no podemos votar al Partido Popular, quedará más claro que nunca que los católicos somos un grupo minoritario, por no decir marginal.

Nadie puede pretender otorgar certificados de “voto católico” y decir a quién debe o no votar el ciudadano católico. La Conferencia Episcopal, en algunos momentos, ha ofrecido criterios para orientar el voto de los católicos. Criterios sí. Poner nombres de partidos y decir a quién sí y a quién no, es otra cosa, que se presta a que, vistos los resultados, alguien argumente que los católicos tenemos poco que decir en cuestiones económicas, políticas y sociales, porque somos pocos. Y no es así. Somos muchos. Y tenemos mucho que decir. Y decirlo como católicos, sí, pero sin confundir el ser católico con votar o no votar a un partido concreto.

En Suiza, los ciudadanos no votan sólo a sus representantes políticos. Votan también otros asuntos locales, cantonales o nacionales. Eso es lo que convendría lograr en España: obtener un número suficiente de firmas para poner a votación una pregunta clara y directa: ¿está usted de acuerdo con que se promulgue, se suprima o se reforme una determinada ley?

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Juan
2 de octubre de 2014 a las 07:30

Es lamentable que la ley del aborto sea un factor determinante en la mente de algunos sobre la forma de votar de un católico. En el país que me encuentro, lo normal es que el católico vote republicano, por el mismo problema del aborto. Si votas demócrata, o no eres católico o eres un católico hereje. Eso sí, como republicano católico puedes ir de caza de hombres por el mundo como si fuesen ciervos, sin problema de conciencia. Y cuando hay algún programa social en favor de los necesitados, la mayoría republicana vota no.

Geroteo
2 de octubre de 2014 a las 12:20

¿Por qué es lamentable que el aborto sea factor determinante del voto, si es cuestión capital en la antropología cristiana? Recuerde los pronunciamientos de todos los papas, Francisco incluido, Teresa de Calcuta, y muchos más, entre otros intelectuales católicos Julián Marías y Miguel Delibes. Cazar hombres como ciervos no es cristiano, y sobre programas sociales, hay que favorecerlos y participar en ellos, pero entre votar a favor o en contra del aborto, y votar a favor o en contra de un programa social concreto, comprenderá que hay mucha diferencia. Gracias Fray Martín por su atinado comentario

isabel cofiño
2 de octubre de 2014 a las 12:31

Estoy completamente de acuerdo, con tu comentario y te agradezco que nos aclares estas ideas hoy tan confundidas y a su vez tan importantes.Gracias y un abrazo.

Juan
2 de octubre de 2014 a las 17:19

Gracias, Gerote. Pero el hecho de que votes por un partido determinado no quiere decir que votes en favor o en contra del aborto. Personalmente estoy en favor de la vida y en contra del aborto el tres cientos por cien, y suelo votar por el candidato que considero mejor, incluyendo demócratas. Siento haber ofendido tu sensibilidad.

José María Valderas
2 de octubre de 2014 a las 18:11

Fray Martín, yo matizaría sus palabras sobre orientación del voto hacia un partido. O como dicen los ingleses, no podemos identificar un partido como católico es verdad "to a certain point". Por esa confusión ideológica que ofuscó a Tarancón, guiado por Martín Patino, columnista de un periódico tan cristiano como EL PAIS, el voto católico ha ido errante de la extrema izquierda a la extrema derecha. Usted como yo conoce a curas, obispos incluso, que han votado al PSOE e incluso a partidos más beligerantes si cabe contra la doctrina social, familiar y iusnaturalista de la Iglesia. Gracias a votos de esos católicos, sedicentes, han salido adelante aberraciones como el matrimonio homosexual o el asesinato sin paliativos como es el aborto a plazos. Gracias a votos y respaldos de curas y obispos han conculcado derechos humanos en Euskadi y Cataluña. Por supuesto que los obispos no decían "a matar", pero sí hablaban de violencia viniere de donde viniere; ni decían acabemos con los nonatos, pero sí decían hay que respetar el Estatut votado por el pueblo y cumplirlo (un Estatut partidario del aborto libre y del matrimonio homosecual). Abades, monjas, alguna dominica incluida, se sumaron a ese desp´ropósito.

Bastaría con que los teólogos recordaran la doctrina de la Iglesia sobre ética social. Ni más ni menos.

Vicente Espert
2 de octubre de 2014 a las 20:47

El gran problema de la falta de una opción católica es la polarización que se da en España, entre muchas cosas, y también entre derechas e izquierdas. Esto hace que las derechas (el PP) agrupe 2 corrientes irreconciliables: la DEMOCRACIA CRISTIANA (defensores de la doctrina social de la Iglesia, sobre el imperio de los mercados) y los LIBERALES (defensores a ultranza del libremercado sobre el hombre). Este conflicto se ha escenificado en muchos lugares dentro del PP (Zaplanistas contra Campsistas, Aguirre contra Gallardón). Para estropearlo más, la corriente "cristiana" del PP está representada gente de muy dudosa moralidad (no cito nombres ni casos de prensa). De ello se sigue que la opción católica, que sería la democracia cristiana, sencillamente no existe en España. Y la izquierda, que sería lo más parecido a la doctrina del evangelio, ataca 2 principios de la DSI: la propiedad privada (a los empresarios), pero sobre todo, a LA VIDA (defendiendo el absurdo derecho de las mujeres a decidir sobre la vida sus hijos). He dicho.

Isma
2 de octubre de 2014 a las 21:32

Completamente de acuerdo, Martín. Mi voto católico para... ¿los que defienden a los corruptos?, ¿los que cobran menos impuestos a las grandes fortunas, léase, SICAV, etc...? ¿los que se pelean entre ellos? ¿los que participan en guerras? ¿los que mienten, los que matan, los que roban, los que estafan? ¿los que se gastan mis impuestos en remodelar sus despachos obscenamente? ¿los que defienden posturas abortistas que un cristiano no puede aceptar? Entonces no puedo votar a nadie.

Nadie se libra del pecado. Ni la Iglesia, Martín.

Mas políticos catolicos practicantes por favor
3 de octubre de 2014 a las 01:38

Los católicos prácticantes, en mi opinión deberían participar más en la política, ser más poíticos comprometidos y no tener miedo.
De esta manera quizás de mejoraría la política. No dejarse llevar por la comodidad y que lo hagan los otros.

Antonio Gómez -t onlez@hotmail.com
3 de octubre de 2014 a las 04:51

Me parece oportuno el post, por lo menos para dejar bien claro que los sedicentes católicos, no tenemos idea de lo que es la política, que no participamos en política, que la dejamos en manos de los de siempre (los poderosos), que a lo sumo 'rezamos' por los políticos en lugar de exigirles coherencia y justicia, aportando nuestro grano de arena. Ésta, la JUSTICIA/justicia es la que debe guiar nuestro voto, la lucha por la igualdad como exigencia de nuestra fe en la consecueción del Reino. Ni los de derechas son tan buenos como identificarlos con Evangelio (yo no he visto nada en el Evangelio que los canonice, al contrario), ni los de izquierdas tienen cuernos. Lo que si sé es que tengo que colaborar en la construcción de una sociedad más justa, más igualitaria y que si no lo hago soy un insípido y un egoista. Estos sí que no son compatibles con el Reino. Es evidente que la defensa de la vida para mi es primordial, pero la vida no se defiende con una legislación más o menos prohibitiva sino con igualdad de oportunidades, con sueldos dignos y no esclavizantes o tan descaradamente desiguales, con educación cívica, co principios éticos, con educación ....

Anónimo
3 de octubre de 2014 a las 08:47

Antes que un voto cristiano,considero más apropiado referirse a un cristiano que como ciudadano sujeto de deberes y derechos en la sociedad en que vive, vota en conciencia. En conciencia, porque como bien nos indica el profesor Gelabert, ningún programa, ni candidato, ni siquiera disponiendo de listas abiertas, se ajusta al mensaje evangélico.

Y cuando la corrupción es transversal en todos los partidos, quizá sea el momento de dejar paso a una nueva generación, que al menos, mueva el tablero, traiga nuevas propuestas,aire fresco, y nuevos rostros. Con mejores controles anticorrupción Que defiendan la vida, toda vida,tambien la ya nacida: niños de la calle, abandonados, aspirando pegamento, niños contaminados de ébola que todos rechazan, niños de padres en paro y una comida al día. Que traigan nuevas estructuras más justas, en favor de los más desfavorecidos. Políticos de renovados valores,compartidos con cristianos, y hombres de buena voluntad, trabajando codo con codo por un mundo más justo. Encarnando, lo sepan o no, la utopía cristiana, el Reinado de Dios ya en este mundo.

Gracias profesor Gelabert. Mirada clarividente.

Geroteo
4 de octubre de 2014 a las 00:38

Me alegro, amigo Juan, que haya aclarado su postura sobre el aborto y tranquilo, creo que no ha herido ninguna sensibilidad

RIC
4 de octubre de 2014 a las 13:41

Se puede votar tranquilamente a la Comunión Tradicionalista Carlista. Son verdaderos católicos fieles a las enseñanzas de la Iglesia.

Toño
13 de octubre de 2014 a las 01:12

Pero, a la pregunta de......¿ a quien podemos votar?
Yo propondría esta otra. Pero.........¿ debemos o deberíamos votar????
Cualquier persona con un mínimo de sentido común, y repito, con un mínimo de sentido común, digo, estaría de acuerdo en calificar la actual situación política de nuestro país llamado España de, caos.
No quisiera parecer simplista pero la realidad objetiva es la que es.
Adjetivos como.......ilusión, confianza, honradez, proyecto común y un largo etc... se han desvanecido ya totalmente del horizonte de las personas corrientes, por un lastre vergonzoso de casos gravísimos delictivos políticos, que, por parte de las autoridades legítimamente competentes, han demostrado ser absolutamente incapaces de atajar.
Y ahora propongo:
¿Quién o que "partido" seria capaz de liderar un auténtico rearme moral y politico ??
¿Surgira un movimiento creible con capacidad de dignificar nuestra malograda democracia???
¿Seguira siendo muy temerario todavía añadirse al eslogan de.......-España unida y en orden-??

Anthony López(BOANERGES)
13 de octubre de 2014 a las 16:06

ES IMPRESCINDIBLE Y NECESARIO EL DISCERNIMIENTO: Hoy se impone un atento discernimiento para cualquier decisión de voto a la luz de un contexto social tan dinámico y mutable como éste en que vivimos. En realidad, nuestra situación da un nuevo relieve al voto: en un tiempo de difícil fidelidad se percibe con mayor claridad el significado explosivo de quien se compromete para el futuro en virtud de la fe en Dios presente en la historia, convirtiéndose en claro anuncio suyo. Mas, al mismo tiempo, nuestra situación exige que se valoren con verdadera prudencia todas las consecuencias que de ahí se derivan, tanto a nivel personal como comunitario; sobre todo exige que cuanto se intenta implicar en la votacion se proyecte sabiamente en el futuro para el cual debe seguir siendo el bien mejor y posible.
Orienta en este sentido también el silencio de los evangelios respecto de los votos. A diferencia del AT, en el cual son frecuentes las referencias a su valor y la preocupación por precisar su normativa (cf Gén 28,20-22; Sal 132,2-5; Lev 27,2-25; y sus paralelos...), en los evangelios encontramos una sola referencia explícita y en sentido crítico: no se puede ofrecer a Dios lo que por justicia se debe a otros (Mc 7,11). Semejante silencio parece aún más sorprendente si se tiene presente la frecuencia de las votaciones no sólo entre los judíos, sino también entre los griegos y romanos del tiempo (coetaneos de la Iglesia-Primitiva). Mas todo esto no hay que interpretarlo como una condena indiscriminada del voto. Además del rechazo de su uso descaminado, la exégesis y la reflexión teológica descubre ahí la exigencia y la voluntad de subrayar que el culto del NT no está unido en primer lugar a gestos politico-rituales, sino a la libertad y verdad que mueve el corazón del cristiano, según las perspectivas propias ya de los profetas del AT.
Por otra parte, la relevancia que han asumido en nuestra cultura la libertad, la inmediatez y la espontaneidad nos lleva lejos del contexto cultural y espiritual en el cual maduró un recurso cada vez más frecuente a las votaciones. La vida de algunos santos, incluso de la época moderna, es un testimonio elocuente, que, sin embargo, se corre el riesgo de tergiversar cuando no se valoran adecuadamente los supuestos culturales y espirituales de su ambiente (p.ej., la identificación de la perfección con la necesidad moral).
En nuestro contexto será precisa una nueva comprensión del voto que supere los residuos culturales que indican desconfianza hacia la libertad y que testimonia claramente que es expresión, fuerte y explícita, de la libertad como "signo altísimo de la imagen divina" (GS 17). En estas perspectivas la obligación que el voto establece ha de vivirse no tanto como límite de la verdad cuanto más bien como fidelidad gozosa y grata de una libertad que se descubre y se realiza como alabanza e invocación de Dios a la sana libertad en la convivencia de la solidaridad social (en el mundo pero como si no fuera del mundo).

Roberto C.
23 de octubre de 2014 a las 15:38

Que complicado es el tema...pero coincido que con el autor del blog que necesitamos un sistema democratico que se pueda votar personalmente las decisiones importantes.
Para cambiar eso tendria que entrar un partido con peso para cambiar las reglas del juego y hacerlas democraticas...tambien la ley electoral para asi poder ser representados mas justamente.
Otro problema es que los cristianos no entramos en politica y eso dificulta 200% la representatividad de nuestra etica y moral.
Han usado el aborto como cheke en blanco para el resto de medidas sociales.
El papa a hablado muy serio de todo esto y es muy interesante.

Anónimo
8 de mayo de 2015 a las 20:03

Si queréis tener una referencia sobre un partido político que defienda la vida , la familia, la justicia social, los derechos de España....Buscar información: "Impulso Social".
María.

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