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La desalmada madre de los Macabeos
6 comentariosEn un artículo reciente el periodista Manuel Rodríguez Rivero califica la historia de “los siete hermanos Macabeos y su desalmada madre” como “una de las más gore de toda la Biblia”. Supongo que no voy muy desacertado si interpreto que gore quiere decir terrorífica y sanguinolenta. En todo caso, nada bueno según el periodista, más bien una historia muy “sádica”. Este es un ejemplo más de lo importante que resulta lo que ha escrito Benedicto XVI en la Verbum Domini sobre “las páginas oscuras de la Biblia”, a saber: “la lectura de estas páginas exige tener una adecuada competencia, adquirida a través de una formación que enseñe a leer los textos en su contexto histórico-literario y en perspectiva cristiana”.
Bien leídas, las palabras de la madre, que exhorta a sus hijos a mantenerse fieles a Yahvé aún a riesgo de sus vidas, son una magnifica profesión de fe en la resurrección de los muertos: “el Creador del mundo, el que modeló al hombre en su nacimiento y proyectó el origen de todas las cosas, os devolverá el espíritu y la vida con misericordia, porque ahora no miráis por vosotros mismos a causa de sus leyes”. La madre argumenta de esta manera: del mismo modo que Dios os dio la vida al crearos, por el mismo poder os la devolverá. El que puede dar el ser, puede devolverlo; el que puede suscitar vida de la nada, por el mismo poder puede devolver la vida a los muertos. La fe en la creación de la nada resulta ser así una verdad llena de promesa y de esperanza, que ofrece un sentido a la vida de los mártires, algo por lo que vale la pena vivir, pero también morir.
Estamos ante uno de los primeros textos que afirman claramente la fe en la resurrección de los muertos. Curiosamente esta fe nació en una guerrilla. En una situación de extrema dificultad, se amplía una verdad que está en el origen de la mejor experiencia de Yahvé: Dios es de fiar, Él es siempre fiel. Y busca mujeres y varones que le sean fieles. Ante la tragedia del martirio, se descubre que para aquellos que han sido fieles a Yahvé no sólo en su vida, sino también en su muerte, lo más normal es que también Yahvé les sea fiel en el momento de la muerte. Visto así el texto no tiene nada de sádico ni de trágico. Está cargado de esperanza.