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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

7
Jun
2009

La amiga especial de Juan Pablo II

12 comentarios

Varios medios (Clarín de Buenos Aires, ABC de Madrid) se han hecho eco de unas cartas de Juan Pablo II a una gran amiga, a la que él llamaba “hermanita” y ella “hermano”. La mujer, Wanda Poltawska, de 88 años, reside en Cracovia, y ha publicado un libro que ha causado algún revuelo en círculos vaticanos. El Secretario de Juan Pablo II, cardenal Stanislao Dziwisz, opina que al tratarse de misivas personales “no debían haberse hecho públicas”. El hecho es que, una vez dados a conocer algunos fragmentos de esta correspondencia, la Santa Sede quiere examinarla toda, para evitar problemas de cara a la beatificación de Juan Pablo II.

Si estas cartas ayudan a acercarnos a la vida afectiva del futuro beato, bienvenidas sean. Lo extraño hubiera sido que un sacerdote joven y deportista hubiera vivido encerrado en sí mismo. Ocurre que, demasiadas veces, hemos identificado santidad con impasibilidad y afectividad con pecado. Las monjas y frailes conocen muy bien la mala conciencia que provocaban los esfuerzos de maestros y maestras de novicios para reprimir toda manifestación afectiva, toda “amistad particular”, como si ella fuera el paso previo, sino la entrada misma en el pecado.

La afectividad es una realidad buena y santa, que Dios ha colocado en nuestras vidas, para que amemos con todo nuestro ser. Jesús de Nazaret era muy afectivo. Tenía intimidad con Marta, María, Lázaro, María Magdalena y Juan, ese discípulo amado que se recostaba sobre él. Tenía relaciones amistosas con varones y mujeres que, vistas con según qué ojos, diríamos que se acercaban a lo peligroso. El celibato de Jesús no le asilaba.

Una cosa más sobre las cartas. Resulta un poco sorprendente que la amistad de una mujer casada necesite ser bien examinada “para no retrasar” el proceso de beatificación. Karol Wojtila no solo tuvo novia, sino una amiga especial durante 55 años. ¿Y qué? Demasiadas veces hemos separado la santidad de la humanidad. Y, sin embargo, la santidad es siempre crecimiento en humanidad y la humanidad es siempre camino de santidad.

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Anónimo
7 de junio de 2009 a las 22:59

Con tu elegancia y ecuanimidad habituales, tocas " todos los palos" del tema. Enhorabuena.
Recalcar que la mujer es casada, permite rebajar voltaje - y alejar la sospecha de que fueran amantes. Pero no las deben tener todas consigo. Por otra parte ¡ ya les vale ! ¿ Tan dificil es pensar que una mujer sea inteligente, y espiritualmente profunda, tanto como para mantener una relación tan extensa e intensa en el tiempo ? Seguro que más de uno preferiria que hubiera sido una ligera y esporádica cana al aire. Y así poder echar la culpa a la " pérfida Eva". Pero si la relación es de una amistad profunda espiritual -afectiva-intelectual...la cosa es incluso más peligrosa : el agapé, el amor de amistad está presente.
Solo quienes son agraciados con este tipo de amistad, saben de su riqueza, de su profundidad, de su libertad.
¡ Quien le iba a decir a Juan Pablo II que iba a ser sospechoso de amar!

JOSÉ MARTÍNEZ MAESO
8 de junio de 2009 a las 11:46

Puede que las cartas que se cruzaron el beato Jordán de Sajonia y la beata Diana de Andaló -cuya fiesta se celebra hoy - según algunos serían suficientes para "desbeatificar" a ambos.

Bernardo
8 de junio de 2009 a las 12:01

La vida de este hombre es poliédrica: podía enviar al fuego de la condenación a toda una teología y, a la vez salvar del sinsentido y el suicidio a personas destrozadas por las experiencias más horrorosas. Siempre he lamentado que su ideología no le dejara ver con claridad lo que pudo haber ayudado a Romero cuando le imploró ayuda, al menos atención.
No cabe duda de que estamos ante un ser excepcional, profundamente religioso y amante de la Iglesia, pero filosóficamente inexperto y teológicamente estancado en una visión de manuales.
En fin, la historia juzgará.

lola
8 de junio de 2009 a las 17:27

Lo santo es tener amigos, el pecado es pasar de la gente.
Me parece logico que Wanda no quiera entregar las cartas, pues imagino alli habran cosas relativas a su intimidad espiritual que a nadie importan, y ella aun esta viva. Aunque esas experienciasd tan intimas no deberian revelarse ni aun despues de muertos, como han hecho con las cartas de Madre Teresa, me parece inmoral.

FRAY BENITO,OP
8 de junio de 2009 a las 19:20

Durante muchas generaciones,se ha escuchado dentro de las familias y entre vecinos,las críticas algún cura que en el pueblo o el barrio tenía amistad y confianza con alguna familia en especial.Si la amistad era con una mujer la cosa ya era "escandalosa" De su soledad no nos enteramos.El día de Navidad pasada,me llamo un amigo para salir a tomar café ningún parroquiano le habia ´dicho"vente a comer con nosotros" Lo de las amistades particulares ya lo sabeis y habeis experimentado. Siempre me llamo la atencón que dos frailes "pesos pesados,llenos de títulos y de cargos importantes,compañeros desde el noviciado, se hablaban de Vd. Cuando he leido en la prensa la noticia de las cartas que Juan PabloII siguió escribiendo siendo Papa a una buena amiga el gran sentido de la amistad que tenía. Es cierto Bernardo que cuando asesinaron a Romero de América debió de presentarse en el Salvador y presidir el funeral.Alguien hace muchos siglos,debió decir " Amaros los unos a los otros" pero con el paso de los años esas palabras se van borrando. FRAY BENITO,OP

Ugarte
8 de junio de 2009 a las 19:26


¡Je!, ahora aun quiero y admiro más a este gran hombre. Pero yo también pienso que no se deberían airear las intimidades de las personas de este modo; si los que llevan la causa quiere "examinar" su contenido...allá ellos y los protocolos, pero el respeTo a la propia intimidad ¿no alcanzará para esa señora y a Juan pablo II?¿o es solo un recurso privativo de la gente de la farandula?.
¡SI DIOS ES AMOR!!!
¿Quién dijo aquello de que "detras de un gran hombre siempre hay una gran mujer"?
A lo largo de la hagiografia cristiana se dan múchos casos- como el de Diana y Jordán- y son bellísismos testimonios de mutuo apoyo para el bien.
De todos modos aceptaría que hay que tener las ¿cautelas debidas?
Escribo esto sonriendo, no lo puedo remediar.

Bernardo
9 de junio de 2009 a las 00:48

Esa distinción entre vida pública y privada, entre intimidad y extimidad, no es aplicable en el caso de los santos: más íntimo que lo íntimo mío, decía Agustín. La única intimidad del santo es Dios y eso debe salir hacia fuera. Los únicos que esgrimen su derecho a la intimidad son los que quieren esconder sus vergüenzas, caso Berlusconi.
Pero existe otra relación "íntima" que me gustaría que se conociera: la que mantuvo el Vaticano con la administración Reagan. Esa relación aportaría más luz aún a la causa de beatificación.

amicitia
9 de junio de 2009 a las 01:56

Antes de 2005 Poltawska había preguntado al Papa si debía destruir su correspondencia pero recibió como respuesta un "no, sería una lástima". Poltawska visitó diversas veces al Papa en el Vaticano, en su residencia de verano, en Castelgandolfo, y hasta en el hospital donde el pontífice quedó internado después del atentado de 1981. En el hospital, ella dijo que leía romances en polaco a él."Pase la mitad de su último año de vida en Roma. Estaba también a su lado en el día 2 de abril de 2005, en la pieza donde murió, en el Vaticano".Poltawska asistía a la misa privada de Juan Pablo II, y como anecdota cuenta la Stampa que acudía en pantuflas por dolencias en los pies. Incomodaba en el Vaticano que una mujer acudiera al apartamento Papal a la misa privada en pantuflas. Las cartas contienen un material extenso y confidencial en el que, entre otras cosas, se cruzan comentarios y reservas sobre ciertos nombramientos de obispos de conducta cuestionable que, al parecer habrían intranquilizado la conciencia del Papa, y también la ocurrencia, no poco debatida, del beso al Corán con que Juan Pablo II honró a una delegación iraquí que lo visitó en 1999 y que su secretario y ahora cardenal Dziwisz sostiene que nunca se produjo.
Su filosofía me ha ayudado en la vida privada y en la investigación psicologica de la personalidad humana . Su misión era santificar el amor. Habíamos escrito juntos, reflexionado juntos sobre cómo santificar el amor entre un hombre y una mujer, afirma Wanda Poltawska en declaraciones a L'Stampa.

Dos espíritus libres que disfrutaron de un gran tesoro, una gran amistad

amando- Se
9 de junio de 2009 a las 09:22

Hay mujeres y hombres que luchan para realizar todo su potencial humano y espiritual. La amistad entre ellas. Francisco de Asís y Clara, Chantal y Francisco de Sales, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, Pedro Dacia y Cristina de Stommeln. Santos y beatos casi todos, con el carisma profético de la vida religiosa. El sineisactismo, la relacion entre célibes de ambos sexos con el fín de la realización de su ideal religioso siempre ha estado en el punto de mira de relaciones sospechosas en la Iglesia. Y ha enturbiado las relaciones fluidas entre ambos sexos de estamentos diferentes.Juan Pablo II pertenece a la " carrera oficial eclesiástica de la Iglesia. Se busca un perfil impoluto de Juan Pablo II en su carrera a los altares. Y aparece la doctora Poltwaska, y su profunda relación con él. Consentida por ambos. Juan Pablo II ha reconocido que algunas de sus publicaciones sobre el amor, entre ellas, la teología del cuerpo, se vió reforzada por esta relación. Wanda reconoce que JPII no sacrificó su humanidad detrás de su función papal. No miró por su imagen, como hubiera querido su secretario, cara a la posteridad. Fué fiel y leal en la amistad. De un Papa se esperaba que esta relacion se hubiera llevado " con discreción". No había nada que esconder. Incluso si su amistad profunda fuera amor, como traslucen algunos párrafos que han trascendido. Wanda y Karol se amaron. ¿ Dónde está el pecado, la falta, la sospecha?. De este Amor-amistad surgieron frutos: el crecimiento espiritual y humano de ambos, publicaciones teologicas , la creación de un instituto para la familia, entre otras. Por sus obras les conocereis. Jesús no escondió a sus amigos y amigas. Les amó hasta el extremo.

Anónimo
10 de junio de 2009 a las 00:25

Cuando leí la biografía de Juan Pablo II, me llamó la atención este tema, por supuesto las mentes piensan retorcidamente en cuanto se les da una oportunidad, pero aunque hubiera existido una relación afectiva platónica , no es esto una gran prueba de amor que hace incluso más Santo al Pontífice? Si durante 55 años amo del modo que fuera a esta mujer, me parece un sacrificio bellísimo conformarse con la estrecha relación de amistad y de correspondencia que mantuvieron durante tanto tiempo. Creo que ella esta en todo su derecho de no entregar esas cartas, porque forman parte de su historia personal y si durante tantos años permaneció discreta porque iba ahora a difundir su intimidad, aunque yo estuviera encantado si tuviera la oportunidad de leerlas.
El amor hay que sentirlo para asi poder transmitirlo, quizas eso ayudo a este papa a ser tan carismático. Solo se amaban y el amor-amistad verdadero no debería juzgarse.

inter-SER
14 de junio de 2009 a las 14:04

Wanda Poltawska,en declaraciones que recoge la agencia EFE,se defiende de las críticas en una entrevista publicada hoy y asegura que el propio Karol Wojtyla quería que se diese "fe de la verdad", aunque estas revelaciones podrían retrasar su proceso de beatificación."Él quería que yo diera fe de la verdad, hablé con él de esto antes de su muerte. Él quería. Todo lo demás no me importa", dice Poltawska, en su libro "Recuerdos de Beskidy".Poltwaska se defiende de esta lluvia de críticas y asegura en una entrevista publicada hoy por el semanario "Tygodnik Powszechny" que ella no se ha apropiado de los "derechos" del Papa, y subraya que su libro no es una "novela", sino la publicación sincera de sus confesiones y las respuestas del Pontífice."Ibas paso a paso junto a mi sacerdocio, participaste desde hace tantos años en el descubrimiento del significado de estos valores, participaste de manera creativa. No puedes decir que no ves un lugar para ti", escribe Wojtyla en una de sus cartas remitidas a Wanda.
"Fue bueno poder escuchar por teléfono tu voz y la de Andrzej y Marian, me alegro de que vengáis aquí. Espero poder encontrarme con vosotros, contigo, no en grupo sino en un ambiente familiar, aunque sea por un rato", dice en otra de las epístolas recogidas en "Recuerdos de Beskidy".El lazo entre ambos fue creciendo con el tiempo, tal y como atestiguan las numerosas cartas y el contacto que a lo largo de su vida mantuvieron, algo que nunca escondieron y que incluyó visitas de Poltwaska y su marido al Vaticano y a la residencia papal en Castel Gandolfo, una intensa amistad que atestigua ahora la correspondencia publicada.
Wanda Poltwaska siempre ha sido una devota católica, y como doctora en psiquiatría participó activamente en la vida de la Iglesia y en diferentes movimientos provida en Polonia.
La Verdad os hará libres.

Jesús, presbítero escolapio
17 de junio de 2009 a las 01:43

Hace unos días leí un texto de Benedicto en el que habla de la admirable humanidad de algunas personas cercanas en su vida, a la cual han llegado gracias a la fe.

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