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Jesús pudo morir de muchas maneras
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Usando una expresión del Nuevo Testamento, el santo indica que Cristo murió por nuestros pecados. Pero hace notar que se puede morir de muchas maneras. Más aún, que Cristo, desde el principio de su vida, estuvo en constante peligro de muerte. Poco después de nacer, Herodes quiso matarlo, y con ese propósito envió soldados para que mataran a todos los niños de la ciudad de Belén y sus alrededores. Según el evangelio de Lucas, al comienzo de su ministerio, en la sinagoga de Nazaret, la gente quiso despeñarle. Una tercera vez estuvo en peligro de morir, esta vez apedreado, según cuenta el cuarto evangelio en el capítulo 8. Comenta agudamente el santo: con cualquiera de esas muertes hubiera salvado al mundo entero, pero no quiso morir de esta forma.
¿Cuál es la ventaja (ventaja salvífica, claro) de la muerte en cruz? El santo parte del texto de Lc 1,42 cuando Isabel le dijo a María: bendito el fruto de tu vientre. Relaciona entonces el árbol del paraíso con el madero de la cruz, calificándolo de árbol de la cruz. Recuerda, además, una leyenda según la cual la cruz estaba clavada en el mismo lugar del árbol del paraíso. Y comenta: así el fruto que Adán y Eva arrancaron del árbol, volvió a su lugar. Arrancar el fruto (lo que hicieron Adán y Eva) sería signo de la desobediencia, del despreció a Dios. Jesús, fruto bendito de Dios, vuelve a unirse al árbol, signo de la divinidad, y así une y reconcilia a la humanidad con Dios.