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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

5
Oct
2011

El Rosario, oración para momentos difíciles

15 comentarios

El 7 de octubre es la fiesta de la Virgen del Rosario. Sobre el Rosario se ha dicho muchas cosas. Tiene sus grandes defensores. Algunos la consideran una oración repetitiva y propia de gente sencilla. Dejando aparte que la gente sencilla merece un respeto y que toda oración es grata a Dios, no en función de su calidad literaria, poética o teológica, sino en función de las disposiciones del orante y de su capacidad de ayudar al que la recita a elevar su corazón a Dios, quisiera hacer una consideración sobre el Rosario que quizás pueda ayudar a algunos recelosos a valorar un poco más esta oración.

Es fácil de memorizar y de recordar; alude a los diferentes misterios de la vida de Jesús. Para rezarla no se necesita de ningún preparativo, ni de ningún lugar, libro, material o instrumento especial. Muchos la hemos aprendido siendo niños y, desde este punto de vista, enlaza con momentos de nuestra vida en los que la relación con Dios resultaba más natural y menos complicada. Todo esto me lleva a lo siguiente: hay momentos en la vida difíciles, dolorosos, complicados. Estos momentos hacen que el creyente se pregunte por la presencia de Dios en su vida. Aclaro que yo no creo que Dios sea un recurso fácil ante las dificultades y que, en mi opinión, hay que buscarlo siempre, en los buenos y en los malos momentos. Aclaro también que las dificultades no se resuelven cruzándose de brazos y esperando mágicas intervenciones divinas.

Pero sí digo que el Rosario puede ser una oración sencilla para momentos difíciles. Momentos en los que resulta casi imposible hacerse planteamientos serenos sobre Dios. Y en los que es mejor no hacerlos. En estos momentos el Rosario puede ayudar, puede servir para sentirse acompañado por la misteriosa presencia de Jesús resucitado. Son momentos en los que uno no sabe qué decir, quizás tampoco sabe qué pensar. El Rosario ayuda a mantener el alma serena, el corazón confiado, la mente ocupada en Dios. Ayuda a que los labios y la vida bendigan, hablen bien. Sin duda la dificultad sigue estando ahí. Pero hay dos maneras de enfrentarse a las dificultades que parecen insuperables: con desesperación o con confianza. Una confianza quizás no muy consciente, pero no menos real. El Rosario ayuda a vivir las dificultades con esta confianza.

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N.O.
5 de octubre de 2011 a las 13:57

Padre, casi me ha convencido para que rece el rosario todos los días. Porque todos los días son difíciles. Gracias por esta reflexión.

JM Valderas
5 de octubre de 2011 a las 15:48

Querido Martín, me parece una reflexión oportunísima, bien razonada, con la misma sencillez que rodea el rezo del Rosario. Las llamadas viejas prácticas de piedad van tornando poco a poco a los templos. No son viejas, en absoluto. Las hemos hecho viejas nosotros. Y algunos han terminado por asociarlas a una suerte de yoga en versión occidental. Sólo falta que en su meditación pidamos que se atienda a la respiración, en vez del contenido. El Rosario ha sido objeto de reflexión teológica frecuente, de encíclicas, de alocuciones pontificas y episcopales diversas desde hace siglos. Algunas prácticas hoy son ya irrealizables; por ejemplo, la visita al Santísimo; aunque en el Bajo Llobregat, donde resido, hay parroquias donde un grupo de feligreses se suceden en la vigilancia del templo para así poder mantenerlo abierto. Gemos tirado el niño con el agua. Hora es de recuperación de lo injustamente denostado, que fue sostén de muchos que nos precedieron en la fe.

javier langarita
6 de octubre de 2011 a las 12:00

Totalmente de acuerdo Martín. Para mí, es un recurso de urgencia. Pero hay muchas generaciones de jovenes cristianos que no lo han conocido ni practicado. Y numerosos de ellos han cursado estudios en colegios religiosos. Para ellos, tiene más interés y es igualmente válido, métodos que por lo visto Valderas ya etiqueta y descalifica, como es habitual en él. Sacado de la página de los jesuítas, no de ningún extraño iluminado esotérico:

3.3. Retiro de iniciación a la meditación zen y a la contemplación
PEDRO VIDAL
Un camino práctico, vivo y actual de madurez humana, inspirado en el zen japonés y en San Juan de la Cruz, que nos permita vivir un encuentro interior y exterior. Habrá que
tener en cuenta varios elementos: una buena postura para calmar el cuerpo, calmar la imaginación y tomar como base la Atención, Con centración y Respiración tanda. Regularemos el cuerpo, la mente y la respiración para poder vivir la calma necesaria y vivificante.

que cada cual elija
6 de octubre de 2011 a las 18:17

Ya los Padres del Desierto, y la tradición ortodoxa cristiana, introducen la respiración y la postura corporal, en la Oración de Jesús. En Occidente ha primado el dualismo de separación cuerpo- mente. Oración mental, vocal, meditación contemplativa. Distintos tipos de oración para momentos distintos. Suman, no restan ni son excluyentes.

Pedro Vidal ofrece sus retiros en el Desierto de las Palmas de los Carmelitas Descalzos, lugar nada sospechoso de heterodoxia. La confluencia de sabiduría contemplativa de Oriente y Occidente está dando grandes frutos. Cada cual ha de elegir el modo de oración que mejor le acerque a Dios. Tambien Santo Domingo utilizaba diferentes posturas en la oración.
Gracias Martín. Felicidades a quienes mañana celebren su onomástica y a la Orden de Predicadores por este patrimonio de oración para toda la Iglesia: el Rosario

JM Valderas
6 de octubre de 2011 a las 19:08

No quería entrar en el asunto de la meditación más allá de indicar el riesgo de asociar el rezo del rosario a un mantra reiterado, como es visto a extramuros de la Iglesia. No quería entrar, además, porque a mí los ataques personales me resbalan, e incluso cuando alguien ha contestado a determinadas impertinencias vertidas contra mí, jamás he sido yo. Pero vayamos, con permiso de Martín, al caso: que haya un jesuita, un dominico o un corredor de apuestas que utilice el sistema de meditación oriental, sea de tradición Zen, Vipassana o Budismo Tibetano, para la contemplación de los misterios del Rosario, a mí me parece un soberano disparate. Los estudios de teoría cognitiva reducen a dos los estilos implicados en esa práctica oriental; los llaman FA (síntesis y abreviatura parcial de voluntary focusing attention on a chosen object in a sustained fashion) y OM meditation (involves non-reactively monitoring the content of experience form moment to moment) En ambos estilos la mente no se concentra en el contenido del pensamiento (vida de Cristo), porque lo que se busca es evitarlo, “distraerlo” para fijar la mente, por ejemplo, en las sensaciones experimentadas alrededor de las fosas nasales al respirar o no fijarla en absoluto en nada. Gracias Martín, por tu generosidad en el espacio.

Isabel
6 de octubre de 2011 a las 20:13

Espero no hacer de abogado del diablo.El Rosario lo considero un amigo que nos puede acompañar en cualquier momento.Los Misterios meditados son una riqueza pues revivimos con ellos la Vida y Pasión de Jesucristo.Y en esta consideración que voy a exponer es donde puedo disentir del pensamiento normal de la gente piadosa que,no quisiera estar equivocada en mi apreciación.
Pienso que,los Misterios son una riqueza que en los avatares alegres o dolorosos de la vida nos pueden ayudar a vivirlos ,no veo el por qué tengan que ir acompañados de diez avemarías hasta completar el número de cincuenta.Lo encuentro monótono y cansino.La meditación del Misterio,el tiempo que cada uno quiera y pueda,un Ave María para saludar a la Virgen y acompañarla en su dolor o gozo.¿por qué mas? El silencio nos puede ayudar a la meditación y contemplación del Misterio.Nunca he comprendido el por qué de la monotonía,es como decirle a una persona cincuenta veces ¡cuánto te quiero¡

palabra y silencio entrelazados
6 de octubre de 2011 a las 21:59

El Amor profundo necesita de pocas palabras. Lo vemos en matrimonios bien avenidos, que con el paso de los años disfrutan de la presencia de estar juntos. Se conocen en sentido bíblico a veces sin decir palabra. Ponerse ante la Presencia de Dios, a la escucha, lo practican tanto judíos como musulmanes y cristianos. Descalzate, porque estás en lugar santo, nos recuerda la Biblia. Cuando la persona se ha silenciado por dentro, ha dejado espacio a Dios, entonces no importa el tipo de oración, sea vocal o mental.En el intercambio amoroso con Dios palabra y silencio se entrelazan.

Miaumiau
7 de octubre de 2011 a las 11:12

EL Rosario auxilio de los cristianos...en cualquier momento de la vida, nos ayuda a esa serenidad que proporciona la invocación a la Madre del Señor, sin muchas palabras sin excesivas elaboraciones, nos conecta cuando el rezo es grupal a la fe sencilla y milenaria que entrelaza nuestras generaciones, ayuda a ejercitar la oración día a día
a situarnos en el escalón prudente, de la piedad vivida, a comprender que tenemos
Madre. Feliz día del Rosario.

lola
8 de octubre de 2011 a las 10:50

El santo Rosario, es la mejor oracion que existe. me alegro que ud lo comente. Yo lo rezo todos los dias. Y podria sorprenderles como la gente le encanta. ¿Podra creer que a veces lo rezamos en el trabajo compañeras que no son catolicas? Pues asi es.
Es una oracion sencilla y a la vez de alta contemplacion. valida en cualquier momento y circunstancia de tu vida: aridez, consolacion...

Joaquín Gómez Gómez
7 de octubre de 2018 a las 22:21

Y siendo verdad todo cuanto dices, cuanto más verdad es que ofrecer una ESCUCHA acogedora, cariñosa, COMPRENSIVA, que no juzgue ni evalúe, que solo deje fluir los sentimientos, permitir la expresión... es con mucho, una manifestación de amor...de Cristo.

J. García
7 de octubre de 2019 a las 11:06

Feliz día, Mary!!! Gracias, fray Martín.

Eric
7 de octubre de 2019 a las 16:38

Hola fray coincido contigo. Leí un comentario sobre lo repetitivo que puede ser cansado y quizá para algunos lo sea pero el Rosario es como la "oración de Jesús " ( lean el Peregrino Ruso) a base de repetir se crea un ambiente especial de oración que eleva el Alma a Dios y ayuda a estar en su presencia. Algo maravilloso que nos heredó la experiencia de nuestros hermanos de hace varios siglos. Bendiciones

Blás Ignacio Cervera
7 de octubre de 2019 a las 22:16

El Rosario, la oración de los hijos de la Santa Madre de Dios hecho Hombre, que nos hace plenos partícipes de la Maternidad Divina, junto a la Filiación Divina. De tal modo nos favorece y obliga a vivir en Gracia de Dios. En correspondencia a la Creación y fundamentalmente en plena fraternidad con toda la Humanidad.

Charo osuna
31 de marzo de 2020 a las 14:59

Si el Rosario nos acerca a Dios.

Valero
9 de octubre de 2023 a las 07:59

Descubrí el rosario en un momento en que la oración irrumpió en mi vida como un río desbordado y junto con los salmos, me ayudó a encauzar y dirigir mis oraciones más serena y confiadamente a Dios. Últimamente no lo rezo tanto y lo hecho de menos, pero de cuando en cuando y de forma instintiva, vuelve a mis labios.

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