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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

17
May
2011

Dios se revela dialogando

4 comentarios

Puede parecer extraño decir que Dios se revela dialogando. Porque el diálogo implica que los dos interlocutores son activos. Y se diría que cuando Dios se revela el único activo es Dios; el ser humano es pasivo, se limita a escuchar lo que Dios tiene que decirle y a obedecerle. Pero esta concepción de revelación en la que sólo Dios actúa sería más bien propia del Islam. El Corán pretende ser un libro dictado por Dios a Mahoma. Esta revelación como dictado sería además coherente con la imagen de Dios que ofrece el Corán: la de un Señor al que el hombre está sometido. El concepto bíblico de Dios es más bien el de Amor. Y el amor busca siempre ser correspondido. Si Dios es Amor parece coherente hablar de revelación como diálogo. Ya el Vaticano II decía que, al revelarse, Dios habla a los hombres como a amigos.  Prolongando esta idea, Benedicto XVI, en su exhortación apostólica Verbum Domini ha escrito: “La novedad de la revelación bíblica consiste en que Dios se da a conocer en el diálogo que quiere tener con nosotros”.

Ahora bien, si hay diálogo, si el ser humano es algo más que un destinatario pasivo de la Palabra de Dios, ¿cómo entender la acción humana en este diálogo? De Dos modos. Por una parte podemos hablar de verdadero diálogo porque la revelación es una respuesta a las grandes preguntas que todo ser humano se hace. Aunque solo cuando Dios se revela descubrimos que en su Palabra hay una respuesta a las preguntas del hombre, cabría decir que lógicamente la pregunta es previa a la respuesta. Por tanto, tenemos una revelación que toma la forma de diálogo auténtico. Pero una vez que hemos acogido la Palabra de Dios, ésta pide por nuestra parte una respuesta; la oración, por ejemplo, es un modo de hablar a Dios respondiendo a lo que de él hemos escuchado al acoger su Palabra. También ahí hay diálogo. El ser humano primero pregunta, luego escucha una Palabra que, en ocasiones, reorienta su pregunta y corrige sus expectativas y, finalmente, responde. Es un auténtico interlocutor de Dios. Se comprende así que la revelación sea un diálogo (continuará).

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Juanjo
17 de mayo de 2011 a las 10:48

¿Se podría subrayar que el diálogo con Dios es un acto libre?. La existencia de tanta gente atea, agnóstica o indiferente que no puede escuchar, me enseña que la afirmación de Dios no se puede imponer. Si no es inevitable, soy libre.
Mi confesión de Dios es una elección, un acto de libertad. Y para mí es un acto de libertad y que al mismo tiempo me libera.
Dios se comunica quiere entrar en diálogo con todo hombre pero sin imponerse. Sería difícil soportar que Dios me viniese impuesto así, ya que tendría la impresión de una imposición violenta.
Por eso es un diálogo libre. Yo creo que Dios está totalmente volcado en comunicarse al hombre, siempre y de forma plena y total, no hay momentos de más y momentos de menos.
Cuando hablamos o pensamos en el “Silencio de Dios” ¿no estaremos más bien manifestando nuestra limitación para la escucha o las dificultades de percepción?
De lo que se tratará ¿no es de saber escuchar y dialogar adecuadamente? ¡Claro! Un interlocutor es Transcendente. ¿Cómo hablar alguien finito, y limitado, de igual a igual con otro transcendente?. ¿Al modo humano o al modo divino?
Dios al encarnarse ¿no se hace como nosotros, no se pone a nuestro nivel?. ¿Podría estar la clave en escuchar al Hijo?

camino
17 de mayo de 2011 a las 12:39

.
Una vez que Dios se revela y con ello gustamos lo bueno que es El Señor, viene la respuesta: Es preciso dar gracias a Dios porque es bueno, porque es eterna su misericordia, y anunciar las proezas del que nos ha llamado a salir de las tinieblas y entrar en su luz admirable
Es tan estupendo lo que dices de Dios y de la oración, que espero con ilusión (la continuación)

esteve i pallarés,op
17 de mayo de 2011 a las 20:16

A veces los creyentes adoptamos una postura de superioridad,de privilegio...y nos equivocamos. La FE es un regalo,no algo que hemos conseguido con nuestros méritos.Es un regalo que nos compromete y hemos de alimentar con la oración y la entrega.
En ocasiones se utiliza la FE como arma para atacar al otro. Como motivo de desprecio hacia el que no cree, Como causa de violencia contra el que no la tiene o la tiene distinta.
Si la FE no nos hace humildes,tolerantes,luchadores por la justicia...lo nuestro no es FE es fanatismo.

más allá del ruido : la escucha
18 de mayo de 2011 a las 08:40

Como quien oye llover. Algo que pasa sin dejar huella. Y es que escuchar difiere sustancialmente de oir. Oir es pasivo. Solo el filtro de la atención y motivación selecciona de todos los inputs de información, aquellos que elegimos, desechando el resto. Incluso los ruidos. Aquello que queremos escuchar, acoger. El ruido interfiere en la escucha. Y en la escucha de la Palabra, se corre el peligro de solo oir los ruidos, y que estos ahoguen el mensaje. “ No te oigo”: se dice cuando se quiere cortar una conversación. “ Te escucho” le hacemos saber a quien a pesar de las dificultades acogemos con toda atención .

Para una escucha siempre nueva, es necesario eliminar los ruidos de los propios prejuicios, desbrozar nuestro propio pequeño ego de aquello que queremos oir “ que nos alaga el oído” y que nos impide escuchar: la Palabra siempre nueva, la voz propia del hermano.

La Palabra desborda en nuestra escucha,a imagen del dialogo de Amor- continuado que nace en el seno de la Trinidad y va perpetuándose cada vez que escuchamos al Otro, a los otros con quienes interrelacionamos a lo largo de nuestra vida. A imagen de la Trinidad Una. Transcendencia e Inmanencia. La Trascendencia, lo recuerdan los hermanos musulmanes y hebreos, aleja el peligro de hacer del Dios Inmanente un dios-de-bolsillo. Imprescindible en este tiempo una escucha nueva entre cristianos, hebreos y musulmanes. Hijos de un mismo Di*s
El Amor continuo de Dios deseante de nuestra escucha y acogida. Tengo sed. Punto seguido e ininterrumpido de la sed de Amor de Dios por su creación. Nuestra esperanza.

Gracias Fray Martín, dominico sabio y cabal, por tu palabra y escucha dialogante a tiempo y a destiempo. Por seguir manteniendo este espacio que marca la diferencia en fondo y forma entre los blogs católicos. La evangelización para que sea nueva, necesariamente ha de ser dialogante. O deviene en fanatismo. Y hay que decirlo. Alto y claro.

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