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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

13
May
2016

Diaconisas

8 comentarios

Una periodista me ha llamado para preguntarme por la próxima celebración del domingo “pro orantibus”, que se celebra el 22 de mayo, día en el que recordamos la necesidad de la vida contemplativa en la Iglesia. No ha podido evitar preguntarme por la información según la cual el Papa ha dicho que creará una comisión para el estudio del diaconado femenino. Luego hemos terminado hablando del gran papel que hacen en la Iglesia las mujeres consagradas, pero también algunas laicas, hasta el punto de que, en muchos lugares de América y África, pero también de Europa, son mujeres (religiosas fundamentalmente) las que animan la vida parroquial, ocupándose de la catequesis, animando grupos de oración, atendiendo a los pobres, visitando a los enfermos y dándoles la comunión; y allí donde es necesario presiden las celebraciones de exequias, de bautismo y liturgias dominicales con comunión. Del papel de la mujer en la Iglesia se habla mucho porque es necesario hacerlo más visible. Pero no hay que olvidar que, en este caso, la realidad va por delante de la visibilidad.

Me parece bien que el Papa nombre una comisión, en la que probablemente habrá una buena representación de teólogas y religiosas, para clarificar el tema del posible diaconado femenino y sus competencias. En este asunto habrá que tener en cuenta algunos aspectos y matices. En primer lugar, cuando se habla de diaconisas en algún escrito de los primeros siglos e incluso en el Nuevo Testamento (cf. Rm 16,1-2), la expresión no tiene el mismo alcance que el que actualmente damos a la palabra diacono. Hay un aspecto que puede abrir caminos, que el Catecismo de la Iglesia Católica (nº 1.554) reconoce, a saber, que los grados de participación en el sacerdocio de Cristo son el presbiterado y el episcopado. “Por eso, el término sacerdos designa, en el uso actual, a los obispos y a los presbíteros, pero no a los diáconos”. También habrá que tener en cuenta que el sacramento del Orden comprende tres grados: episcopado, presbiterado y diaconado. ¿Valdría decir que hay un grado del sacramento del Orden que no es sacerdotal y que a este grado no se le aplica la doctrina “definitiva” de que el sacerdocio está reservado a los varones?

Este y otros temas hay que afrontarlos con mucha paz. Cuando se habla de ministerios no se trata de privilegios ni de derechos, sino de servicios y de llamadas. Una pregunta que me ha hecho la periodista es si pensaba que abriendo la puerta al diaconado femenino iban a aumentar las vocaciones a la vida consagrada. Le ha sorprendido mi respuesta negativa. La vida consagrada no es un ministerio, es un carisma. Muchos de los que siguen ese carisma son laicos: hermanos de La Salle, hermanos de San Juan de Dios, etc., etc. Una cosa es el sacerdocio y otra la vida religiosa. Hay religiosos que son sacerdotes, pero la vocación a la vida religiosa y consagrada es distinta de la llamada al sacerdocio y de la llamada a ejercer el diaconado. Si uno entra en la vida religiosa con el sólo objetivo de ser diácono o sacerdote, se ha equivocado de lugar. Cosa distinta es que en ese lugar algunos sean sacerdotes o diáconos.

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Anónimo
13 de mayo de 2016 a las 17:56

Con todo el respeto del mundo : me ha gustado que el Papa hable de que " la mujer ya no sea más SIRVIENTA, sino SERVIDORA ( como el hombre ) en la Iglesía.

JMValderas
13 de mayo de 2016 a las 18:13

La propuesta, fray Martín, crea de entrada cierto desconcierto. Parece una improvisación al hilo de una pregunta de una religiosa en una audiencia a las monjas. Como tantas del Pontífice actual. Pero no hay tal improvisación. Está todo milimétricamente medido. Como decimos en español, Francisco no da puntada sin hilo. Si la presidenta de las madres de la Plaza de Mayo insulta gravemente a Juan Pablo II e incluso comete alguna acción no santa en el templo, lo normal es que Francisco se sintiera herido. ¿Qué ha ocurrido? Que nos hemos enterado que el Papa quería recibirla, solicitó secretamen a Hebe que pidiera audiencia. Es lo que se ha publicado.

Lo de las monjas responde a la misma estratagema. Habitual, por lo que se ve o nos vamos enterando. Se le sugiere a una monja que plantee esa cuestión. A modo de pregunta espontánea. Y el Papa responde con una declaración que se ve preparada ad hoc.

Cierto es que los grados del sacerdocio son múltiples. Y la doctrina mantenida por los Pontífices y recogida en el Catecismo (lo que refleja su máxima importancia) ha sido taxativa respecto al sacramento del orden capaz de perdonar los pecados y consagrar. Cierto es que la mujer tiene no menor capacidad, en su naturaleza, para alcanzar incluso la plenitud del sacerdocio. De hecho, en mi vida profesional, he contratado a muchas mujeres porque estaban mejor cualificadas y eran más responsables. Hoy resulta llamativa esa discriminación, sin la menor duda.

Pero dicho eso, resulta desconcertante que Francisco hable de un teólogo sabio y muy preparado, cuando ha tenido comportamientos inexplicables a propósito de la Amoris Letitia con la atribución de autoridad en la materia Schoborn por encima de Muller, lo que resulta hartamente discutible, en pafrticular tras leer las declaraciones infundadas, estrambóticas, del primado vienés.

Diríase que Francisco ha querido dar un volantazo a la atención de la gente con la nueva ocurrencia tras el desastre teológico de Amoris Laetitia. Echo de menos, más que nunca, al obispo Pose, gran experto en los Padres con quien coincidí en alguna ocasión en Barcelona y dominaba como nadie aquí, ese sí, la doctrina de san Paciano (que como se sabe es el patrón de la Facultad de Teología de Cataluña).

José Mendoza
13 de mayo de 2016 a las 19:33

Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel, dejándola, se fue.

No veo ni he visto mujeres esclavas en las parroquias a las que he esistido a la Eucaristía en toda mi vida.

Por otro lado, en la Diócesis donde estoy y en otras Diócesis en Venezuela los diáconos permanentes no existen o son muy pocos en número, parece que no son muy del gusto de muchos Obispos; Se que en Caracas son numerosos pero vea Ud, en una ciudad de mas 2.100.000 habitantes, treinta diaconos permanentes son como muy pocos ¿cierto? Entonces me pregunto: como será la acogida a este punto que ha puesto el Papa, en Venezuela. Ud. ¿que opina?

vicente
13 de mayo de 2016 a las 21:50

creo será bueno tener santas mujeres ejerciendo de diaconisas......

Yo lo tengo bien claro
13 de mayo de 2016 a las 23:33

Un papa dice una cosa y otro dice la contraria. Pero qué más me da lo que digan esos que van a estudiar el asunto del diaconado o lo que ya dijera el papa Juan Pablo II, o quien fuera. Si lo que digan puede cambiar cuando venga otro. Yo tengo mi idea y me importa bien poco lo que diga el papa de turno. Ya soy un cristiano mayor para discernir lo que vale y lo que no. Cada uno dice lo que quiere, yo no voy a ser menos.

Elih
14 de mayo de 2016 a las 01:01

Creo que es una propuesta excelente, que trata de reflejar la realidad actual de la Iglesia en el mundo. La marginación de los laicos y especialmente de las mujeres, ha sido un lastre pesado en la vida eclesial y un asunto cada vez más insostenible en la sociedad de este siglo. Espero que este gesto del papa sirva para abrir el diaconado a las mujeres y posteriormente el presbiterado

Anónimo
15 de mayo de 2016 a las 17:18

Por si pudiera interesar profundizar en este tema, dejo la referencia de dos estudios ponderados de las fuentes, cuya interpretación tiene en cuenta el momento histórico:
“ Mujeres ordenadas en la Iglesia primitiva. Una historia documentada “ de Carolyn Mucho ruido mediático. Habrá que ver que novedad aporta al servicio que ya realizan muchas mujeres comprometidas en el servicio de la Iglesia. Bautizar, lo puede realizar cualquier bautizado en caso de necesidad. Los ministros del sacramento del matrimonio son los propios contrayentes. Puede ser testigo una mujer.

Es de esperar que llegado el momento, se amplíe el servicio diaconal femenino al servicio de la Palabra, incluida la homilía. Para ello será necesario una formación teológica seria y profunda. Muchas mujeres ya han accedido a grado superior de estudios teológicos en diversas Facultades de Teología. Quizá algunas sientan la llamada a este servicio para la comunidad. Como en tantos temas, la Vida va por delante de la Ley.

Por si pudiera interesar profundizar en este tema, dejo la referencia de dos estudios ponderados de las fuentes, cuya interpretación tiene en cuenta el momento histórico
“ Mujeres ordenadas en la Iglesia primitiva. Una historia documentada “ de Carolyn Osiek y Kevin Madigan (eds). “ Mujeres con autoridad en el cristianismo antigua de Carmen Bernabé ( ed). Ambos en Ed. Verbo Divino, col. Aletheia.

Gracias P.Gelabert. En el Gozo de Pentecostés.

Anónimo
15 de mayo de 2016 a las 19:27


Error en el mensaje anterior. Disculpas

Mucho ruido mediático. Habrá que ver que novedad aporta al servicio que ya realizan muchas mujeres comprometidas en el servicio de la Iglesia. Bautizar, lo puede realizar cualquier bautizado en caso de necesidad. Los ministros del sacramento del matrimonio son los propios contrayentes. Puede ser testigo una mujer.

Es de esperar que llegado el momento, se amplíe el servicio diaconal femenino al servicio de la Palabra, incluida la homilía. Para ello será necesario una formación teológica seria y profunda. Muchas mujeres ya han accedido a grado superior de estudios teológicos en diversas Facultades de Teología. Quizá algunas sientan la llamada a este servicio para la comunidad. Como en tantos temas, la Vida por delante de la Ley.

Por si pudiera interesar profundizar en este tema, dejo la referencia de dos estudios ponderados de las fuentes, cuya interpretación tiene en cuenta el momento histórico:
“ Mujeres ordenadas en la Iglesia primitiva. Una historia documentada “ de Carolyn Osiek y Kevin Madigan (eds). “ Mujeres con autoridad en el cristianismo antigua de Carmen Bernabé ( ed). Ambos en Ed. Verbo Divino, col. Aletheia.

Gracias P.Gelabert. En el Gozo de Pentecostés.

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