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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

19
Ene
2014

Aprender unos de otros

6 comentarios

Estamos en plena semana de oración por la unidad de los cristianos. En distintas ciudades se organizan actos ecuménicos. El Papa Francisco ha subrayado con gestos y palabras la importancia del diálogo ecuménico. La división entre los cristianos es un obstáculo importante para la credibilidad del cristianismo. El Papa ha recordado que, en este terreno del ecumenismo, es muy importante el principio de la jerarquía de verdades. Este principio nos invita a concentrarnos en lo fundamental y en las convicciones que nos unen. Así, dice el Papa, “podremos caminar decididamente hacia expresiones comunes de anuncio, de servicio y de testimonio”.

Es bueno avivar nuestra imaginación para encontrar estas expresiones comunes. Una expresión común de servicio sería la creación de instituciones ecuménicas que atendieran a pobres, enfermos, necesitados. ¿En qué puede consistir una expresión común de anuncio? Estos días, en templos de las distintas confesiones los fieles se reúnen para orar, para proclamar la Palabra de Dios, para escuchar la predicación. Se da el caso de que un predicador católico toma la palabra en una Iglesia protestante y un protestante predica y “parte” la Palabra en un templo católico. ¿Es posible ir más allá?

Tras notar que son muchas y valiosas las cosas que nos unen, el Papa exclama: “Si realmente creemos en la libre y generosa acción del Espíritu, ¡cuántas cosas podemos aprender unos de otros!". No se trata solo de recibir información. Se trata de un verdadero aprendizaje. El Papa pone un ejemplo importante: los católicos tenemos la posibilidad de aprender de los hermanos ortodoxos algo más sobre el sentido de la colegialidad episcopal y sobre su experiencia de la sinodalidad. Podrían añadirse otros ejemplos: ¿no podríamos aprender de los ortodoxos a comprender de forma más dúctil, y precisamente por ello, más profunda, el sentido de la indisolubilidad del matrimonio?

No busco abrir ningún debate sobre estas y otras cuestiones (los protestantes pueden enseñar alguna cosa sobre papel de la mujer en la Iglesia y los católicos sobre la necesidad de un magisterio de unidad y comunión). Pretendo hacer caer en la cuenta de que el ecumenismo no es cosa de unos días ni de unos pocos, sino que forma parte de la identidad católica y es un elemento necesario para la difusión del Evangelio. El ecumenismo puede ser también un signo fuerte de la paz y el entendimiento que Jesucristo vino a traernos y a los que aspiran, aún sin saberlo, todas las personas y pueblos.

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Benedicta
20 de enero de 2014 a las 11:12

Muy interesante lo que usted dice. yo tengo mis clases de Religión ecuménicas, ya que tengo un alumno protestante (de raza gitana)y otro ortodoxo (hijo de una familia de emigrantes)hablamos de todas las Iglesias y al final lo curioso es que estamos de acuerdo. El protestante considera que al Papa se le debe de tratar con más naturalidad y que se deben de reconocer los derechos de las mujeres, él considera que las "pastoras" en su Iglesia lo hacen muy bien y son necesarias. Mis alumnas por supuesto que están de acuerdo con él.
Estos jóvenes de mis clases son el futuro de la Iglesia ¿Hemos de esperar a otro pontificado para ver cambios?
Yo no tengo vocación de pastora, pero no veo mal que hayan y que se reconozcan los derechos de las mujeres a estar en cualquier ámbito de la Iglesia para bien de todos.

Valero
20 de enero de 2014 a las 15:53

En realidad esa tensión de búsqueda mutua que supone el ecumenismo, es ya en sí misma expresión de un mismo sentir, pues todos los cristianos tenemos grabado en el corazón el anhelo de Cristo expresado en el Evangelio de San Juan: “Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”No obstante yo creo que el ecumenismo no debe caer en el afán por obtener resultados rápidos. Es cierto que la división de los cristianos es un escándalo contra la unidad del amor, pero al mismo tiempo está generando un anhelo por encontrarse en Cristo, que de una u otra manera acabará por testimoniar al mundo, que la reconciliación es posible cuando el hombre se deja guiar por el Espíritu de Santo.

Paul T.
20 de enero de 2014 a las 23:23

Es muy cierto lo que dice en su blog. Me alegra de que hablemos de ecumenismo, esto es una buena señal. No se debe caer la guardia en el tema ecuménico en nuestras comunidades y menos dejar de hablar de ello. Es cierto que debemos ser serios en Aprender de los otros, Aprender implica no solo el descubrimiento del otro, sino también el compartir la experiencia de fe que se pueda tener. Los cristianos de Asia o de América, viven de forma propia su fe y puede que sea distinta a la europea, porque el camino de la vida es diferente y diverso. Es interesante aprender de verdad de los ortodoxos, pero también es de una inmensa riqueza aprender los los Luterano y Anglicanos. El cuerpo es uno, nos recuerda Pablo, pero las partes de ese todo son diversas, complejas y necesarias para unificar el único cuerpo. Aprender, es dar pasos concretos. Llevamos 50 años desde el comienzo del caminito ecuménico de los católicos romanos, desde la aprobación del decreto Unitatis Redintegratio, y debemos tomar nota de todo lo bueno, pero estamos en tiempo de madurez para seguir caminando y dar pasos de maduros, sin miedo, sin prejuicios, sino consciente de que Dios está con nosotros y nunca abandona a su pueblo que busca la Verdad. Vivamos pues esta semana con recogimiento, Oración y Esperanza.

Juanjo
21 de enero de 2014 a las 19:43

¡Qué lástima que en la gran mayoría de parroquias nadie se va enterar de esta semana de oración! En muchos casos se va a quedar en una breve oración pidiendo una "unidad" en la que no se cree, y en otros en un puro sentimiento con un gran desconocimiento del tema ecuménico.(Desconocimiento e ignorancia porque no se quiere saber nada sobre él.)
Solo en una mínima cantidad de templos (¿se podrían contar con los dedos de la mano?) se realizará algún acto visible en el que se comparta una oración, se celebre en común y se visibilice de alguna manera el deseo de unidad.
Siento especial pena esta semana porque noto como para muchos de mis hermanos católicos el ecumenismo no representa más que "el arrepentimiento" "el cese de la herejía" y "la vuelta incondicional" a la verdadera y única Iglesia de todos los que se han ido extraviando.

ISABEL
22 de enero de 2014 a las 13:28

No comprendo ese afán, de rectificar, el magisterio de la Iglesia, cuando JESUCRISTO la fundó así, dándole el poder de atar y desatar y cuando no lo hace, por algo será. NO obstante, la mujer tiene una gran labor, en todas las tareas,evangélicas de la iglesia, si quiere formar parte de ella :no hay que esperar, a otro PAPADO para obedecer lo que JESUCRISTO le otorgó al fundarla.Animo a sus alumnas, a profundizar en el estudio de los evangelios para poder, tener una opinión ,acertada.

Benedicta
23 de enero de 2014 a las 09:52

Es evidente que sobran consejitos piadoso y falta una mayor comprensión. Dios nos ha creado libres para todo y podemos hablar y dialogar sobre lo que queramos; papado, signos de los tiempos, historia de la Iglesia, Santos Padres y Derecho canónico. Cada uno puede expresarse como estime oportuno y así se ha de transmitir a nuestras alumnas, sin miedo ninguno y buscar la VERDAD. Para un buen diálogo ecuménico se ha de saber escuchar mucho y tener amplitud de miras y de ésto nos habla el P. Martín en su escrito.

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