Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

16
Jun
2010
Impuesto revolucionario en Jerusalén
1 comentarios

Sin duda los peregrinos acuden a Tierra Santa buscando una vivencia religiosa. Prácticamente todos los grupos celebran diariamente la Eucaristía en alguno de los lugares visitados. Y en los otros hacen una oración, acompañada de cánticos alusivos al acontecimiento que evoca el lugar. Ya lo he dicho en anteriores entregas: en todas partes hay comercio, una oferta que responde a una demanda. Pero lo que no me parece de recibo es la presión o el chantaje.

La Vía Dolorosa de Jerusalén parece la vía comercial con más tiendas por metro cuadrado del mundo. Prácticamente todos esos comercios de “piadoso material cristiano” están en manos musulmanas. La Vía dolorosa es terreno musulmán. Si un grupo de peregrinos, en alguna de la estaciones del Vía crucis allí señaladas, desea rezar con un mínimo de tranquilidad, debe sobornar a algún guía musulmán, que acompaña a los peregrinos durante el tiempo del rezo y pone orden en un bullicio provocado y provocador. Pagar por rezar. Algo no encaja. Más aún: si los peregrinos quieren celebrar la Eucaristía –necesariamente de madrugada- en la Basílica del Santo Sepulcro, tienen que negociar con la familia musulmana, propietaria de la puerta de la Basílica, para encontrarla abierta. Como en Belén, también hay foto oficial. Ya sé que la mayoría de los peregrinos no se enteran de tales negociaciones, pero las Agencias con las que negocian el viaje sí tienen en cuenta los sobornos y las fotos a la hora de fijar el precio.

Una cosa sobre la Basílica del Santo Sepulcro. La distancia entre el lugar de la crucifixión, con hueco incluido en el que se puede meter la mano, y el lugar del sepulcro, es muy corta. Demasiado corta para mi gusto. Dicho de otro modo: no dudo de que por aquel entorno estuviera el Calvario. Pero cuando en este y en otros casos señalan un “aquí”, el visitante inteligente puede pensar en lo que se dice de toda buena encuesta científica: datos con un margen de error de más-menos (añádase la cifra que se considere oportuna).

Ir al artículo

14
Jun
2010
Servidumbres de Belén
6 comentarios

Para ir desde Jerusalén a Belén hay que atravesar un muro, uno más de los muchos muros que hay en Israel, con cámaras nada disimuladas. Las casas que hay en la parte palestina parecen nuevas y de buena calidad. Las que hay inmediatamente después de la aduana, pegadas al muro, parecen incluso lujosas. En Belén muchos cristianos se ganan la vida trabajando en torno al santuario. Pero una cosa es el legítimo trabajo y otra las servidumbres que los peregrinos deben pagar para celebrar la Eucaristía y visitar el lugar del nacimiento.


El autobús con los peregrinos llega una hora y media antes de la concertada para celebrar la Eucaristía. El uso de la capilla para la celebración hay que negociarlo con los gerentes de un complejo comercial. Dado que el autobús llega con tanto adelanto se invita a los peregrinos a entrar en la amplia tienda en la que ofrecen todo tipo de objetos con un 25% de descuento. ¡Nada menos! Para abrir boca, tras los saludos de bienvenida, muestran tres paquetes llenos de rosarios. Al comprador del primer paquete le cobran 3 euros; al del segundo, 5; al del tercero, 10. Prefieren euros a dólares. El cambio es de tres dólares por dos euros. Buen redondeo. Fuera de la tienda, el mismo pañuelo para las señoras que en Jericó costaba 6 euros, en Belén lo ofrecen por uno.


Llega el momento de cambiar de registro y celebrar la Eucaristía en una hermosa capilla de los franciscanos, pegada al santuario donde está el lugar del nacimiento. Los peregrinos salen contentos de la celebración. Pero antes de entrar en el esperado lugar del nacimiento hay otra servidumbre: la foto del grupo en la puerta de la Basílica, a cinco euros el ejemplar, que yo no adquirí. Un detalle menor, pero patriótico: en el extremo izquierdo de la foto puede aparecer la bandera del país que usted prefiera, o ninguna bandera.


Por fin se entra en la Basílica. Se tarda hora y media en recorrer los casi 50 metros hasta el lugar de la estrella de plata con la inscripción en latín: “Aquí, de la Virgen María, nació el Salvador del mundo”. A medida que uno se acerca a la estrella cesan los murmullos y la gente, en un respetuoso silencio y en un clima sincero de oración, se arrodilla y besa la estrella. Al regresar a Jerusalén, al llegar de nuevo al muro, dos policías israelíes, con metralleta, suben al autobús, no ven nada sospechoso y lo dejan avanzar.

Ir al artículo

12
Jun
2010
Debilidades del sacerdote
11 comentarios

De nuevo interrumpo mis crónicas “israelitas” para hacerme eco de la homilía del Papa en la Eucaristía de clausura del año sacerdotal. Posiblemente los medios destacarán que el Papa volvió a pedir perdón “a las personas afectadas por los pecados de los sacerdotes, sobre todo el abuso a los pequeños”. Una vez más, el Papa hizo de barrendero. Además, prometió “que en la admisión al ministerio sacerdotal y en la formación que prepara al mismo haremos todo lo posible para examinar la autenticidad de la vocación”. Parece un buen camino, aunque no siempre es fácil detectar en realidades de presente lo que puede acontecer en el futuro.

 

La homilía es un hermoso comentario al salmo 23: “el Señor es mi pastor”. Eso significa que cuida personalmente de mi, que no me ha dejado solo ni desorientado, que no estoy ante un Dios lejano, sino ante un Dios que me conoce, me quiere y se preocupa por mi. ¿De qué modo Dios se hace presente en mi vida? Ahí es donde se sitúa el ministerio sacerdotal. El sacerdocio, dice el Papa, no es un oficio, es un sacramento. Dios se vale de hombres, con sus limitaciones, para hacerse presente entre los hombres y actuar en su favor. Se abandona en las manos de los hombres, aún conociendo nuestras debilidades.

 

Dios sólo llega a nuestras vidas a través de mediaciones antropológicas. Una de estas mediaciones es el ministerio sacerdotal. Pero no hay que olvidar que, por nuestro bautismo, todos participamos del único sacerdocio de Cristo y formamos un pueblo sacerdotal. Por tanto, todo cristiano debe sentirse mediación, transparencia, epifanía, presencia de Dios entre sus hermanas y hermanos. A través de nuestras debilidades, como bien dice el Papa, Dios hace visible su amor en el mundo.

 

Eso de las debilidades me ha emocionado. Y he recordado que un alumno mío, el día de su ordenación presbiteral, me dijo: para mi es una alegría que una persona débil, como tú, me haya impuesto las manos. Todos pasamos por noches oscuras. Y yo, para animar a este religioso cuando pasaba por un momento difícil, le conté alguna de mis debilidades para que no pensase que eso era obstáculo para seguir adelante con su vocación.

Ir al artículo

10
Jun
2010
Las tentaciones de Jericó
5 comentarios

En la montaña de Jericó hay un Monasterio de monjes ortodoxos, el Monasterio de las Tentaciones. Allí, junto a una buena cantidad de iconos, se puede ver una piedra sobre la que, supuestamente, Jesús fue tentado por el diablo. Mejor no entremos en consideraciones teológicas sobre el sentido de los relatos de las tentaciones, no sea que concluyamos que la tentación acompañó a Jesús a lo largo de su vida entera y que, por tanto, si piedra había, podía estar en cualquier lugar por los que Jesús pasaba. En Israel enseñan muchas piedras, bastantes al fondo de una escalera. Para ver la que enseñan en este Monasterio hay que subir la escalera.

Como ocurre en todos los lugares cristianos de Israel, alrededor de las piedras y, en nuestro caso del Monasterio, se encuentra un complejo comercial. Ya se pueden imaginar su nombre: Las Tentaciones. En el complejo, además de servicio de bar y restaurante, es posible comprar todo tipo de objetos y recuerdos: zapatos, camisetas, rosarios, cruces, medallas, joyas, postales. En todo Israel resulta llamativo el contraste entre los lugares religiosos y los negocios que, bajo cobertura religiosa, incitan a un consumo de dudosa utilidad. A la salida del Monasterio de las Tentaciones, pensaba yo que la tentación estaba en este consumo. Se trata de un comercio en el que funciona la picaresca. De entrada, los precios son altos, para rebajarlos considerablemente y provocar así un mayor consumo. Incluso me di cuenta de que uno de los críos –diez años, calculo yo- que a la bajada del Monasterio pedía limosna, era el mismo que un poco más adelante atendía el puesto de los helados. Niño pluriempleado. ¿Qué futuro le espera?

Cerca de Jericó está Betania. Allí enseñan una tumba. No hace falta que diga quien dicen que estuvo. En la tumba se encuentra un aspecto complementario del comercial. En las paredes de la antesala de la tumba y en la tumba misma hay inscripciones del tipo: “Nicolás estuvo aquí”, o “Pepito quiere a Pepita”. El comercio y el turismo son cosas estupendas. Pero no deberíamos perder de vista el sentido religioso de una peregrinación.

Ir al artículo

8
Jun
2010
De pérfidos judíos a hermanos mayores
11 comentarios

La liturgia pre-conciliar del Viernes Santo calificaba a los judíos de “pérfidos” y oraba por la conversión de este pueblo “obcecado”. En la oración que actualmente hace la Iglesia el viernes santo se califica a los judíos de “pueblo de la primera alianza”. Juan Pablo II, en su primera visita a la Sinagoga de Roma, dio un cambió espectacular a las relaciones judeo-cristianas al dirigirse a los rabinos allí reunidos como a “nuestros hermanos mayores”.

Israel es un pueblo complejo, con casi tantas opiniones políticas como personas. Lo peor: vive en estado permanente de guerra. En un parque infantil cercano a la frontera con el Líbano pude observar, junto a los tradicionales columpios, tres tanques de juguete que sustituían a las casitas y coches infantiles de la mayoría de nuestros parques. En Israel los cristianos son una minoría: unos 120.000 de todas las confesiones, entre algo más de siete millones de habitantes.

Entre algunos hebreos está emergiendo lentamente una valoración nueva y positiva de su compatriota Jesús de Nazaret. Hay algunos grupos organizados de judíos que, sin renegar un ápice de su religión, reconocen a Jesús como Mesías. Fuera de estos grupos también otras familias y personas confiesan el mesianismo de Jesús. Y todo ello a partir de una lectura de algunos textos de la Torá, especialmente del profeta Isaías.

Por parte cristiana es importante redescubrir las raíces judías de Jesús. La continuidad, el contraste y la novedad de su predicación con relación a lo que calificamos de Antiguo Testamento, sólo se entienden si se conoce el contexto judío en el que Jesús nació, creció y desarrolló su misión. Jesús no es un personaje intemporal. Descontextualizado, pierde mucha de su fuerza. Sólo desde su particularidad puede ser universal. Necesitamos cambiar esta mentalidad que concibe a Jesús como un universal abstracto para verlo como un universal concreto. Pues si es un personaje histórico, habrá que admitir que está sometido a las condiciones de la historia, o sea, que es de aquí y no de allí, de un tiempo y no de otro, que pertenece a un grupo étnico y no a otro. Jesús sólo se entiende situado en su circunstancia.

Ir al artículo

6
Jun
2010
Dos viejos sabios y contemplativos
5 comentarios

Interrumpo mis crónicas escritas en Israel para detenerme en la foto del máximo representante místico sufí de Chipre saludando al Papa, en un encuentro no programado de antemano. De hecho ha sido el único encuentro entre el Papa y un dirigente musulmán dentro del marco de su visita a Chipre. Benedicto XVI tenía previsto entrevistarse con el Gran Muftí Yusuf Suicmez, máxima autoridad islámica de la isla. Sin embargo Suicmez no se ha presentado y no ha dado explicación alguna de su ausencia. No tengo claro si el místico sufí estaba allí por iniciativa propia o para rebajar la posible tensión por el desplante del Gran Muftí.

Las relaciones del cristianismo con el Islam no son fáciles. Benedicto XVI, en Chipre, ha insistido en la importancia del diálogo con el Islam y en la necesidad de mantener relaciones cordiales, condición imprescindible para la paz. En todo caso, el gesto del representante sufí en Nicosia, esperando al Papa en plena calle, así como el gesto del Papa deteniendo la procesión para saludarle, son indicativos del camino que conviene seguir. Esperar, acoger, recibir: he ahí los pasos para un buen encuentro. Más allá de toda diferencia ideológica. No menos significativa es la humildad del representante sufí: “disculpe que lo reciba sentado, soy viejo”, y sobre todo su petición al Papa para que orara por él. El Papa le contesto: “también soy viejo” y pidió al sufí que orara por él. Dos viejos sabios y contemplativos. Hablaron de oración. Se encontraron en lo más profundo que puede unir a los seres humanos por encima de sus diferencias religiosas. Porque las religiones siempre son medios. Y además no salvan. Solo salva Dios. Y la forma más directa de un encuentro con Dios, que supera todas las intermediaciones, es la oración.

Los místicos son los que mejor y más fácilmente se entienden: porque ven la realidad con “los ojos de Dios” y hablan el mismo lenguaje: el del amor de Dios. Los místicos se comprenden porque todos relativizan las instituciones que vehiculan su religión. Ven la Institución no como un fin sino como un medio para llegar a Dios. No la desprecian, sino que la valoran y mucho. Pero la valoran como un medio y en tanto que medio. Quizás ese sea un buen camino para el diálogo interreligioso: ser capaces de vivir la vida místicamente.

Ir al artículo

5
Jun
2010
El Tabor, una pintura que rompe esquemas
3 comentarios

El monte Tabor no aparece en los Evangelios. Pero una antigua tradición sitúa en este monte, que está enfrente del Monte Carmelo, la transfiguración de Jesús. Es posible que, según lo que se pretenda buscar en el relato de la transfiguración, no se encuentre ni en este monte ni en ningún otro. El texto que hoy tenemos es una anticipación a la vida pública de Jesús de una realidad que los discípulos sólo comprendieron perfectamente después de Pascua, a saber, que la cruz es un acontecimiento glorioso, que no conduce a la muerte, sino a la vida.

Me gustó una de las pinturas que hay en la Iglesia del monte Tabor. En el más llamativo de los frescos, en el que centra inmediatamente la mirada, se interpreta la transfiguración como una clave de toda la vida de Jesús. Su vida entera se va transfigurando, adquiriendo una nueva figura, para nuestra salvación. Esta transfiguración comienza en la Encarnación cuando la Palabra se hace carne (primera parte del fresco); también Jesús se transfigura cuando se hace Eucaristía (2ª pintura); se transfigura en cordero para quitar el pecado del mundo (3º pintura); y su obra transfiguradora culmina en la resurrección (4º parte del fresco), cuando Jesús adquiere su definitiva figura.

Al salir de la Iglesia, me di cuenta de que encima de este fresco hay otro más reducido y alejado al que, de entrada, no le había prestado atención. En este mural está lo que me había imaginado que encontraría antes de entrar: tres apóstoles, y las figuras de Moisés y Elías, rodeando a un Cristo elevado del suelo. Vamos, lo de siempre, pero mal comprendido. Miré fugazmente esta pintura y volví la mirada al fresco de abajo, al que rompe esquemas, al que probablemente acierta y nos invita a transformar nuestra vida, a salir de nosotros mismos para identificarnos con la figura de Cristo.

Ir al artículo

3
Jun
2010
Nazaret: Alá no engendra ni es engendrado
7 comentarios

Jesús era conocido como el Nazareno. Como nazarenos fueron conocidos sus primeros seguidores antes de que en Antioquia les comenzasen a llamar cristianos. ¿Qué puede esconder el calificativo de nazareno aplicado a Jesús? “Nazar” pudiera ser una alusión a un texto del Éxodo (34,6-7) en el que Yahvé declara ser “el que mantiene su fidelidad perpetuamente”, pues la raíz “nazar” significa “el que mantiene”. Jesús, como Yahvé, mantiene siempre su amor y su fidelidad. En Nazaret, su pueblo, Jesús tuvo algunas experiencias de rechazo: invitado a leer en la Sinagoga un texto del profeta Isaías, la gente pretendía despeñarlo tras la interpretación que hizo del texto (Lc 4,28-29). En otra ocasión, en Nazaret, su madre y sus hermanos le tomaron por loco (Mc 3,20-21).

El desarrollo del Nazaret de hoy ha sido obra de los cristianos, hasta el punto de que judíos y musulmanes se han sentido atraídos por este desarrollo. El pueblo ha crecido hasta los 40.000 habitantes, de los que 20.000 son judíos, 10.000 árabes musulmanes y 10.000 árabes cristianos. Me dicen que el alcalde es cristiano. Allí se encuentra la Basílica de la Anunciación. Hace poco tiempo surgió un elemento nuevo que perturbó la paz religiosa que reinaba. En el jardín municipal que hay frente a la Basílica, los musulmanes pretendieron construir una mezquita cuya altura sobrepasase la de la Basílica. Al no obtener los permisos, han dejado unos carteles, en árabe y en inglés, modelo de propaganda “anti” poco sutil.

Uno de los carteles dice que la verdadera religión es el Islam y que fuera de ella sólo hay perdición. En el otro se recuerda que Dios es único, y se lanza el siguiente dardo antitrinitario: Alá ni engendra, ni es engendrado. Posiblemente los cristianos tengamos que explicar con buenos argumentos lo que significa la Encarnación del Verbo, o lo que queremos decir al afirmar que Jesucristo es “Hijo único de Dios…, engendrado, no creado”. Pero para entender cualquier explicación, se necesita dejar de lado toda intención provocativa y beligerante.

Ir al artículo

2
Jun
2010
Monte Carmelo: el fuego y el degüello
4 comentarios

Comienzo unas reflexiones suscitadas por la visita a algunos lugares de Tierra Santa. No pretendo resultar intempestivo. Me gustaría, más bien, que mis consideraciones se tomasen como una lectura alternativa y complementaria de otras que puedan hacerse.

Cerca de Tel Aviv se encuentra el Monte Carmelo. Allí comenzó la Orden del Carmen cuando unos cruzados dejaron sus armas y consagraron sus vidas a la Virgen. Este dejar las armas contrasta con lo que, según el primer libro de los Reyes, sucedió tiempo atrás. El profeta Elías desafió, en este monte, a los sacerdotes de Baal. Como Elías, y no los sacerdotes de Baal, logró que bajase fuego del cielo, quedo claro cuál era el verdadero Dios. Como consecuencia de tanta claridad, Elías degolló a los 40 sacerdotes de Baal.

Esta historia de sangre, fuego y degüello del enemigo, es una buena parábola de lo que actualmente ocurre en la tierra de Israel. Cierto, leída de forma espiritual, esta historia podría expresar el poder y la superioridad de Yahvé sobre los ídolos. Pero el presupuesto de la interpretación espiritual, se tome o no como histórico, es cuando menos peligroso, porque orienta a lo más violento de la naturaleza humana y a lo más perverso de la religión.

Hay en el Nuevo Testamento una escena que evoca esta historia. “¿Quién dice la gente que soy yo?”, pregunta Jesús. Los discípulos responden: “unos dicen que Elías, otros que Juan el Bautista”. La gente confunde a Jesús con dos amantes del fuego y del castigo que, en nombre de Dios, debería recaer sobre sus enemigos. Pero Jesús, después de que los discípulos le confiesan como Mesías, aclara que su mesianismo no se concibe en términos de poder, fuego y castigo, sino de servicio y cruz. Cosa que escandaliza a los discípulos; también ellos entendían el mesianismo en términos de poder.

La vista al Monte Carmelo puede servir para hacer un recordatorio crítico de Elías y para leer su historia como contrapunto de la única historia que interesa: la de un Jesús nada amante del fuego ni del degüello. Un Jesús que, tal como están las cosas en la que fue su tierra, debe sufrir viendo que la violencia sigue siendo el plato preferido de los que hoy la habitan.

Ir al artículo

1
Jun
2010
Después de visitar Tierra Santa, ¿qué?
4 comentarios

Después de recorrer los lugares que Jesús de Nazaret pisó, ¿todo va a seguir igual en mi vida? Ir de Galilea a Jerusalén, ¿quedará en mi vida como un simple recuerdo? La vida está hecha de signos. Los signos más decisivos son los suscitados por el amor. ¿Quién no lleva con cariño y agradecimiento el anillo de su boda? ¿Quién no guarda con respeto y veneración las cartas de su madre y o de su padre? ¿Quién no conserva con cuidado las fotos de sus hijos pequeños? ¿Quién no ha visitado con emoción la casa de sus abuelos, esa casa en la que nacieron sus padres, esa cuna que explica sus orígenes?

Ir de Galilea a Jerusalén es encontrarse con los orígenes de nuestra fe cristiana, es como contemplar la cuna en la que hemos sido mecidos, abrazados, queridos, cuidados. Esos orígenes, esa cuna, es mucho más que un simple recuerdo nostálgico. Es lo que hace posible nuestro presente, y lo que despierta nuestra esperanza, lo que nos abre a un presente y a un futuro llenos de vida. Volvemos a nuestra rutina, a nuestro trabajo. Pero volvemos con un espíritu nuevo, con otros sentimientos, con renovados propósitos de vivir el Evangelio, de seguir en el hoy de nuestra vida a Jesús, de seguirle en cada momento, en el lugar en el que Dios nos ha colocado.

Regresar de Galilea y de Jerusalén sólo puede hacerse con un espíritu similar al de esos magos de los que habla el evangelista Mateo: fueron desde muy lejos hasta Belén para ver al niño y adorarle. Pero “se retiraron a su país por otro camino” (Mt 2,12). Ir de Belén a Jerusalén invita a regresar por otro camino. Con otros sentimientos, con renovadas ganas de ser testigo de Jesús, de hacerle presente en todos los gestos de la vida.


Ir de Galilea a Jerusalén está muy bien. Pero lo importante no es cambiar de lugar, sino cambiarse a sí mismo. Si no vuelves a tu país por otro camino, si en tu vida todo sigue como antes, si sigues pensando como siempre y sigues con tus rutinas habituales, tu visita habrá sido en vano. Habrás visto muchas cosas, sin duda. Pero tu corazón se habrá quedado frío. ¿Se puede ir de Galilea a Jerusalén en vano?

Ir al artículo

Posteriores Anteriores


Logo dominicos dominicos