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Sep2025¿Evangelizar por internet o por proximidad?
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Sep

En los tiempos que corremos abundan las páginas que ofrecen información religiosa o eclesial por internet. Es de agradecer la información seria y objetiva, sobre todo si se trata de asuntos que nos conciernen o nos importan. Además de estas páginas que ofrecen información, hay otras que ofrecen reflexiones o enseñanzas sobre temática religiosa.
Hay un tercer caso que merece alguna aclaración o reflexión. Es la pretensión de evangelizar por internet, y pretender que de esa forma se alcanza a mucha gente, y así aumentan las posibilidades de que algunas de esas personas se conviertan. Hay algunos presbíteros que, casi cada día, con alba y casulla, cuelgan su predicación de la eucaristía del día, con mucha moralina y una pizca de ideología.
Primera cosa que me gustaría aclarar: los seguidores de estas páginas o de estos videos no son precisamente personas a las que hay que convertir, sino gente convencida a la que gusta un determinado tipo de predicación. Cierto, durante la pandemia del covid los medios telemáticos ayudaron a los creyentes. Insisto: a los creyentes, a los ya convertidos. Todavía hoy, hay quien sigue la eucaristía dominical por internet. Si se trata de una persona enferma o impedida hay que elogiar ese buen deseo de participar de esta forma en la eucaristía.
Pero sin olvidar un pequeño e importantísimo detalle: la fe se vive en la cercanía del hermano, en la comunidad, en la proximidad corporal. Porque es imposible confesarse por messenger o comulgar por webcam. Los asuntos de la fe requieren cercanía, necesitan corporalidad. Solo con brazos limpios, palmas desnudas y rostros descubiertos es posible abrazar al hermano y darle la paz. La fe será todo lo espiritual que ustedes quieran, pero necesita corporalidad para vivirse y transmitirse.
Hay que valorar y emplear los modernos medios de comunicación. Pero sin hacerse muchas ilusiones. La religión debe recibir su ayuda, pero en sus justas y relativas proporciones. Porque la buena y verdadera evangelización se da por contacto, por proximidad, requiere diálogo y cercanía, escucha, respuesta y, si es necesario, réplica afectuosa y respetuosa. El amor no se predica ni se manifiesta a través de una pantalla, sino en una proximidad corporal.
La Iglesia, el testigo, el evangelizador y el misionero pueden servirse de medios telemáticos, pero en sus justas proporciones, y siendo conscientes de que solo son elementos relativos, auxiliares y no decisivos. Lo decisivo es el encuentro con el testigo y la escucha directa de la palabra, sin interferencias de ningún tipo. Si hay que hacer alguna campaña de evangelización, el primer paso debe ser ir puerta a puerta, porque si hacemos una llamada general a los no practicantes o no creyentes, posiblemente la mayoría, por no decir todos, se quedarán en sus casas.