Oct
Violencia gratuita
1 comentariosMe choca una expresión empleada en el comunicado de un partido político, en estos momentos minoritario, ante las decisiones que está tomando el Juez Baltasar Garzón. El comunicado afirma que dicho partido nunca propugnó una “violencia gratuita”. No me parece una expresión afortunada. Evidentemente, el comunicado no pretende contraponer violencia gratuita a violencia pagada. Sin duda se refiere a una violencia “sin razón”. Lo cual es un modo de decir implícitamente que hay violencia que tiene sus razones; se trataría, pues, de una violencia aceptable. Ahí es donde viene mi desacuerdo, porque la violencia siempre es mala y me parece incompatible con la razón. Sin duda, hay situaciones en las que las personas y la sociedad son injustamente atacadas. Como cristiano sostengo que nunca es buena la violencia, pero también sostengo que la sociedad y las personas tienen derecho a defenderse ante agresiones injustas, con medios proporcionados a la violencia que se ejerce contra ellos.
No sé si conviene que un proceso penal que no tiene posibilidades de seguir adelante, porque ninguno de los posibles imputados está vivo, sea utilizado como medio para suscitar un debate social. Ahora bien, lo que demuestran las reacciones ante el proceso es que en España sigue habiendo heridas no curadas, hechos ante los que resulta muy difícil mantener la serenidad, un pasado con el que muchos todavía no están en paz. He oído a una diputada hablar de mirar al futuro y dejar atrás el pasado. Es una receta de difícil aplicación: unos hablan de nuevas beatificaciones, otros señalan fosas llenas de restos. La memoria no puede borrarse, el pasado influye en el presente. Pero lo que sí es posible, como cristianos y sencillamente como personas, es vivir en paz con el pasado, reconciliarse con la propia historia, aprender de los errores propios y ajenos para no repetirlos. No es un problema de memoria. Es una cuestión de espíritu. De espíritu santo y de espíritu humano. Por cierto, ¡vaya contraste entre algunos aquí que se pelean en su nombre y ellos allí que se abrazan como hermanos!