Jul
Un Jesús célibe prohíbe el divorcio
6 comentariosHay suficientes motivos, desde el punto de vista histórico-crítico, para pensar que Jesús fue célibe. Pero ahora me interesa otra cosa, a saber, que los especialistas en la búsqueda del “Jesús histórico” están de acuerdo en atribuirle la prohibición absoluta del divorcio. Uno de los argumentos más serios a favor de la historicidad de la prohibición del divorcio por parte de Jesús, es la dificultad que tuvo la Iglesia primitiva para aceptarlo. En algunos textos es perceptible el esfuerzo por “abrir puertas” a esta prohibición. El evangelio de Mateo añade una excepción al texto más primitivo y más radical de Marcos y dice no al divorcio “excepto en caso de fornicación” (Mt 5,31). Más llamativo es aún Pablo: en su primera carta a los Corintios, después de dar “su opinión” sobre una serie de asuntos referentes a la virginidad, presenta como “orden del Señor” que la mujer no se separe del marido y que el marido no se divorcie de su mujer. Pero inmediatamente después vuelve a dar “su opinión”, consintiendo una excepción a tan tajante regla del Señor: en caso de matrimonio mixto es posible el divorcio.
¿Qué tiene que ver esto con el celibato? El profesor John P. Meier cuenta un hecho que le sucedió tras una conferencia en la Universidad de California. La mujer del profesor que le había invitado, tras escuchar de boca de Meier que probablemente Jesús era célibe, le dijo que para ella la mejor prueba de este celibato estaba en su absoluta prohibición del divorcio, algo que ningún hombre casado habría hecho jamás. Esto, que puede sonar a chiste, invita a reflexionar sobre los diferentes enfoques del divorcio en la Iglesia católica y en las protestantes. Desde su celibato, los obispos y sacerdotes católicos enseñan a los laicos que no está permitido el divorcio. El clero protestante, mayoritariamente compuesto por personas casadas, suele admitir el divorcio y el nuevo matrimonio en sus Iglesias. Aparece así una curiosa correlación entre la postura frente al divorcio y la situación marital del grupo sacerdotal que defiende una u otra postura.