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Sínodo sobre la Palabra de Dios
2 comentariosComienza hoy en Roma una reunión de Obispos de todo el mundo, con la presencia de algunos expertos y otros invitados, llamada Sínodo, que reflexionará sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia. Aprovechando este acontecimiento dedicaré en los próximos días alguno de estos breves artículos a aspectos relacionados con el acontecimiento sinodal.
Como aperitivo no estaría mal recordar que uno de los documentos más importantes del Concilio Vaticano II, que suscitó apasionadas discusiones, estuvo dedicado al tema de la Palabra de Dios. El Concilio subrayó que la Palabra de Dios no es un conjunto de fórmulas o de enseñanzas más o menos misteriosas, sino el modo cómo Dios va al encuentro del ser humano estableciendo con él un diálogo de amor, por medio de Cristo, la Palabra hecha carne. En la revelación, dice el Concilio, “Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres como a amigos (Cf. Ex 33,11; Jn 15,14-15), trata con ellos (cf. Bar 3,38) para invitarlos y recibirlos en su compañía”. Son significativos los textos bíblicos en los que se apoya esta afirmación, a saber, Ex 33,11: “Yahvé hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo”; y Jn 15,14-15: “vosotros sois mis amigos”.
El Vaticano II dejó claro que la Iglesia sólo después de haber escuchado atentamente la Palabra de Dios puede proclamarla, que toda ella está a la escucha y servicio de la Palabra, y que el Magisterio no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio. Esta Palabra, además no es una palabra del pasado: “Dios sigue conversando siempre con la Esposa de su Hijo amado”. Es de esperar que el Sínodo esté a la altura de estas fórmulas felices y sea un estímulo para que los cristianos (incluidos presbíteros, catequistas y profesores de religión) conozcamos mejor y nos acerquemos con más frecuencia a la Sagrada Escritura, que contiene hoy para nosotros la Palabra de Dios. En este sentido queda todavía mucho camino por recorrer.