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Sentimientos del Papa: vergüenza y remordimiento
14 comentariosEl Cardenal Cañizares ha resultado polémico, al manifestar que las informaciones sobre abusos sexuales de algunos clérigos son, en realidad, un intento de distraer la atención para que la Iglesia no hable de lo único importante, que es Jesucristo. Por una parte, me alegro de este recordatorio sobre lo esencial, porque a veces parece que algunos discursos de la jerarquía dan a entender que lo fundamental son las cuestiones de bioética. Pero, por otra, no hay que olvidar que la coherencia entre fe y vida de los cristianos –y sobre todo de aquellos de los que siempre se espera un plus de excelencia- hace creíble o increíble la fe. Un Jesús anunciado por delincuentes nunca puede ser el de los evangelios.
De ahí la oportunidad de la carta de Benedicto XVI a los católicos irlandeses. Los términos utilizados son significativos: desazón, injusticias, gravedad, respuestas y procedimientos inadecuados, debilitamiento de la fe, pérdida de respeto por la Iglesia, insuficiente formación humana en seminarios y noviciados, preocupación fuera de lugar por evitar escándalos, vergüenza y remordimiento, responder ante Dios y ante los tribunales, someterse a las exigencias de la justicia, fracaso y graves errores episcopales. Se nota que estamos ante una carta de un Pastor triste y avergonzado. El Papa reconoce que los abusos sobre los niños han repercutido en el debilitamiento de la fe y en la falta de credibilidad de la Iglesia. Y con gran realismo dice: “que nadie se imagine que esta dolorosa situación se resuelva pronto”.
La pregunta que cabe hacerse ante una carta así es si las medidas de tipo espiritual que, con toda razón, propone el Papa, serán suficientes para evitar problemas futuros. El tiempo lo dirá, pero no hay que descartar que en el futuro haya que plantearse medidas de tipo estructural. De todos modos, bienvenido sea este reconocimiento de culpas y propósito de la enmienda. Y una última cosa: lo que se dice para Irlanda, vale también para España. Con eso no quiero decir que las situaciones sean iguales. Pero sí quiero decir que todos debemos estar muy atentos y precavidos para no caer en la tentación.