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San Romero de América ha vuelto
5 comentariosHace 30 años lo arrebataron. Y ha vuelto para quedarse. Esa es la opinión de los obispos salvadoreños, que unánimemente esperan verle pronto canonizado. Muchos creyentes ya le consideran un modelo de vida cristiana. A Monseñor Oscar Romero la muerte no le pilló de sorpresa. Era consciente de que anunciar el Evangelio con coherencia y valentía, en una situación de injusticia y opresión, podía llevarle al martirio. Como así fue. Precisamente porque su causa de canonización es la un mártir se le va a dispensar el milagro que los cánones piden para hacer posible la ceremonia. El milagro, en su caso y en todo cristiano, es el testimonio de una vida acorde con el Evangelio.
Para disfrute de los lectores he seleccionado algunos textos de Monseñor Romero. Uno muy apropiado para este año que la Iglesia dedica al sacerdocio: "Qué hermoso será el día en que cada bautizado comprenda que su profesión, su trabajo, es un trabajo sacerdotal; que, así como yo voy a celebrar la misa en este altar, cada carpintero celebra su misa en su banco de carpintería; cada hojalatero, cada profesional, cada médico con su bisturí, la señora del mercado en su puesto..., están haciendo un oficio sacerdotal".
Los otros son representativos de la luz que aporta la fe a la situación de pobreza de tanta gente de entonces y de ahora: "Una Iglesia que se instalara solo para estar bien, para tener mucho dinero, mucha comodidad, pero que olvidara el reclamo de las injusticias, no sería la verdadera Iglesia de nuestro divino Redentor". "Aún cuando se nos llame locos, aún cuando se nos llame subversivos, comunistas, y todos los calificativos que se nos dicen, sabemos que no hacemos más que predicar el testimonio subversivo de las bienaventuranzas, que le han dado vuelta a todo para proclamar bienaventurados a los pobres, a los sedientos de justicia, bienaventurados a los que sufren". "Muchos quisieran que el pobre siempre dijera que es "voluntad de Dios" vivir pobre. No es voluntad de Dios que unos tengan todo y otros no tengan nada. No puede ser de Dios. De Dios es la voluntad de que todos sus hijos sean felices".