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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

4
Jul
2010

Preparando las visitas del Papa

9 comentarios

En los próximos meses tres ciudades españolas recibirán a un visitante ilustre. Benedicto XVI visitará Santiago de Compostela y Barcelona en noviembre. Y en agosto del 2011 Madrid recibirá al Papa con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. Una visita del Papa puede ser una buena ocasión para que los cristianos católicos nos animemos a acercarnos a Jesucristo.

Los viajes del Papa plantean problemas de organización y de infraestructura. En tiempos de Jesús la gente se agolpaba a su alrededor para escucharle. ¿Cuántos podían entenderle claramente? Jesús no tenía altavoces. Hoy sería inconcebible una visita papal sin magafonía, estrados y otros preparativos. Todo esto cuesta dinero. El dinero, aunque es una tentación y siempre invita a la corrupción, puede ser bien empleado.

Hace unos días se presentó en Madrid una carta de bienvenida al Papa, firmada por conocidos personajes, deportistas y toreros incluidos. Todo lo que sea manifestar la alegría por la visita es bueno y positivo. Habría que preguntarse si estos famosos que firman la carta serán los que escucharán con más interés las palabras del Papa, o si su firma es un acto de cortesía sin más implicación. O si buscan la cuota de propaganda que supone poner el nombre en una carta así. También habría que preguntarse si es bueno mezclar la carta de bienvenida con referencias a lo malas que son las autoridades de este Estado que le recibe. Y sobre todo habría que evitar capitalizar la visita en beneficio de unos grupos, como si sólo ellos representasen lo católico.

Este pasado viernes la “Fundación Madrid Vivo”, con el cardenal Rouco a la cabeza, fue recibida por el Papa en el Vaticano. La fundación colabora en los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud. Forman parte de la fundación influyentes empresarios de la comunicación, la energía, el transporte o la banca. También aquí sería bueno que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha, para evitar implicaciones que desvíen la atención de la dimensión evangelizadora de la visita. Y no ir más allá de las infraestructuras necesarias para los jóvenes. Porque será grande la tentación de aprovechar la ocasión para salir en la foto por parte de políticos y eclesiásticos. Y además querrán ser tratados a cuerpo de rey. Eso también cuesta dinero.

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signos y contenido del mensaje
4 de julio de 2010 a las 11:45

Los signos son importantes, más allá de la imagen tan importante en este tiempo. Lo que se desprende de estos preparativos es un toma y daca de la sociedad civil- una parte de ella, y el Vaticano.

Que los jóvenes se acerquen a Jesús ¿ tiene un precio de cuarenta millones de euros? La asociación que algunos jóvenes realizarán es que la religión representada por Benedicto XVI va unida al capital, a signos de poder, boato y riqueza.

Y en tiempos de crisis, de familias enteras comiendo cada día en Cáritas, resulta...-pongan ustedes la palabra siguiente- invertir cuarenta millones de euros en el desplazamiento del Papa. Y no es excusa decir que va implicito al cargo. Hay signos que producen interferencias en el mensaje. Sobre todo cuando el mensaje, La Palabra nos habla de sencillez, ligereza de equipaje, ni alforjas ni sandalias. ¿Cual sería el paralelismo de la entrada de Jesús en Jerusalen en este tiempo.

Al tiempo es un agravio comparativo con el resto de confesiones religiosas. Seguramente las grandes fortunas de este pais no invertirán en el desplazamiento de sus representantes. Ni la foto les saldrá tan rentable.

Nos alegramos de su visita, está en su casa.

Sea Bienvenido Benedicto XVI!

Ernesto
4 de julio de 2010 a las 14:46

No termino de entender qué necesidad tiene el jefe del estado Vaticano de visitar tantos países. Sobre todo, no comprendo la insistencia en denominar estas visitas como "apostólicas", cuando se trata claramente de visitas diplomáticas, donde se defienden intereses entre estados. Además está la cuestión de asociar la visita a multinacionales que financian y con ello intentan legitimar sus hurtos globales y su sistemática destrucción del medio natural. Será muy difícil que las palabras de la Iglesia sean libres cuando su expresión depende de la financiación de, por ejemplo, el Santander o "Ibertrola". Quizás por estas cosas se entienda mejor el motivo por el que la última encíclica social ha sido el parto de los montes. Después de dos años esperando a ver si el capitalismo se hundía vienen y lo apuntalan.

perpetuo socorro
4 de julio de 2010 a las 15:45

si es triste, pero es asi, todo vale dinero. Pero recordemos las palabras de Jesus A jUDAS, cuando se quejaba de que LA Magdalena gastase dinero en perfume para jESUS. a VECES los que mas critican QUE se gaste dinero en esto, son incapaces de Ccompartir ni de ayudar a nadie. que pena!!!!!!!!!!!!!!!!

josemaría esteve i pallarés,op
4 de julio de 2010 a las 20:13

Creo que el Evangelio de hoy (Lc 10,1-12...) tiene mucho que ver con tu post.Jesús manda a 72 discípulos a predicar.Siete y sus múltiplos significa todos. Y el dos significa comunicar vida. Jesús nos manda a todos a comunicar la vida.Todos somos enviados,misioneros.
Nos dice tambien que marchemos sin bolsa ni sandalias..."con la sola palabra". Y nosotros entramos a la gente como un elefante en una cacharrería.
Anunciar la buena Noticia no significa emplear medios sofisticados,grandes concentraciones,imponernos,condenar...Hemos de anunciar con nuestra vida,nuestros hechos,en la vida de cada día. Nos agarramos a los burkas,circuncisiones,montajes...y olvidamos que hemos de ser Criaturas Nuenas.seguidores del mandato de Jesús: "Amaros los unos a los otros..." Somos todos obreros para anunciar que estamos salvados. Nadie tiene la exclusiva del anuncio de la palabra( aver si de una vez se enteran los curas). Jesús no manda sólo a los doce,nos manda a todos.

perpetuo socorro
5 de julio de 2010 a las 00:39

yo no veo nunca a ningun cura anunciando y consolando a los que sufren, tal vez ellos puedan ver en la tele al Papa, y es0o les anime, no lo se. Pero solo una vez he visto a un cura consolando a un paciente terminal en toda mi vida, le di la enhorabuena, por supuesto....

Juanjo
5 de julio de 2010 a las 10:30

Creo que ambas partes pueden caer en la tentación de aprovechar los actos de la visita como propaganda propia. Tanto los politicos (lógico hasta cierto punto) como la Iglesia (entendida aquí más como jerarquía).

Quizá sin darse cuenta se caiga en las tentaciones de Jesús en el desierto, fundamentalmente en la del éxito. No creo que el evangelio consista en lograr gandes concentraciones de gente, antes bien en el Sermón del Monte.

Quizá Dios mire poco estas grandes concentraciones, seguramente le importará más lo que nadie ve, lo que queda oculto a los ojos de las multitudes.

chabi zaragoza
6 de julio de 2010 a las 11:13

Querido Martín, en esta ocasión tengo dudas respecto a dos de tus afirmaciones.
¿De verdad crees que a estos "notables" de la cultura, el deporte, los toros... les trae más beneficios que problemas el estampar su rúbrica en un manifiesto de bienvenida al Papa? Yo creo que, tal como esta el patio, igual les trae más problemas. Para mi, en principio, es un acto de compromiso y valentía.
La misma opinión tengo respecto a los empresarios. El mundo de ahora es el de ahora,aunque no nos guste. Y tenemos que ser astutos. Es preferible que por el apoyo de empresas venga el Santo Padre, que por la dependencia de los políticos y administraciones. Los empresarios como mucho igual se hacen una foto con él, los políticos le pedirán comprensión y apoyo a ciertas medidas.
Es mi opinión.

Dvqe
6 de julio de 2010 a las 13:43

Me ha gustado eso de 'ser tratados a cuerpo de rey'. Pero, pensándolo mejor, sólo hay un Rey, ¿no? Nos visita S.S. el Papa y nadie más.
A imagen de la parábola de los invitados a la Fiesta, tal vez el ilustre Ratzinger, acaso pudiera enviar a sus 'criados' para buscar a los menesterosos - voluntarios, gente de a pie... - para que ocuparan los mejores sitios en las Recepciones oficiales. Quizá los Prelados y Prebostes varios osaran ceder sus sillas de comensales, de modo que todo el mundo viera de qué pasta están hechos.
¿Habrá sorpresa?

Manuel
8 de julio de 2010 a las 20:53

A veces ser cristiano es descorazonador. No sólo porque el cristiano trate de ver signos de esperanza en un mundo tan difícil como el que nos ha tocado vivir, sino porque contempla cómo otros cristianos, que se precian de serlo, capitalizan una interpretación de la fe que consideran única y unívoca. Para ellos, la letra y la doctrina están por encima de las personas. Es, como digo desde la fraternidad, descorazonador ver cómo la ley se impone al discernimiento personal y comunitario, y como todo lo cristiano es asociado inmediatamente con esa determinada visión que, en muchos casos, es alentada desde amplios sectores de la jerarquía. He convivido con comunidades dominicas en varias partes del mundo y nunca me pidieron un carné de pureza católica para compartir la mesa, pues si lo pidieran, probablemente no lo tendría.

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