Jul
Preparando las visitas del Papa
9 comentariosEn los próximos meses tres ciudades españolas recibirán a un visitante ilustre. Benedicto XVI visitará Santiago de Compostela y Barcelona en noviembre. Y en agosto del 2011 Madrid recibirá al Papa con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. Una visita del Papa puede ser una buena ocasión para que los cristianos católicos nos animemos a acercarnos a Jesucristo.
Los viajes del Papa plantean problemas de organización y de infraestructura. En tiempos de Jesús la gente se agolpaba a su alrededor para escucharle. ¿Cuántos podían entenderle claramente? Jesús no tenía altavoces. Hoy sería inconcebible una visita papal sin magafonía, estrados y otros preparativos. Todo esto cuesta dinero. El dinero, aunque es una tentación y siempre invita a la corrupción, puede ser bien empleado.
Hace unos días se presentó en Madrid una carta de bienvenida al Papa, firmada por conocidos personajes, deportistas y toreros incluidos. Todo lo que sea manifestar la alegría por la visita es bueno y positivo. Habría que preguntarse si estos famosos que firman la carta serán los que escucharán con más interés las palabras del Papa, o si su firma es un acto de cortesía sin más implicación. O si buscan la cuota de propaganda que supone poner el nombre en una carta así. También habría que preguntarse si es bueno mezclar la carta de bienvenida con referencias a lo malas que son las autoridades de este Estado que le recibe. Y sobre todo habría que evitar capitalizar la visita en beneficio de unos grupos, como si sólo ellos representasen lo católico.
Este pasado viernes la “Fundación Madrid Vivo”, con el cardenal Rouco a la cabeza, fue recibida por el Papa en el Vaticano. La fundación colabora en los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud. Forman parte de la fundación influyentes empresarios de la comunicación, la energía, el transporte o la banca. También aquí sería bueno que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha, para evitar implicaciones que desvíen la atención de la dimensión evangelizadora de la visita. Y no ir más allá de las infraestructuras necesarias para los jóvenes. Porque será grande la tentación de aprovechar la ocasión para salir en la foto por parte de políticos y eclesiásticos. Y además querrán ser tratados a cuerpo de rey. Eso también cuesta dinero.