18
May
2007May
Para escuchar la radio
10 comentariosA finales del mes pasado Monseñor Enrique Planas, observador permanente de la Santa Sede ante el Consejo de Cultura de Europa, hizo unas declaraciones muy críticas sobre un conocido presentador de la cadena Cope. Lo recuerdo porque me ha sorprendido gratamente el decálogo “para escuchar la radio”, ofrecido por la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación, con motivo de la Jornada de las Comunicaciones Sociales que se celebra el 20 de mayo. Se pueden leer estos sabios consejos: diversificar la audiencia; ser muy crítico con lo que se oye; escuchar, no oír, o sea, valorar, siendo consciente de las limitaciones del medio; huir de los santones y del sensacionalismo; huir del personalismo: “aquellos que hacen información muy personalizada transmiten sus propias sensaciones a los oyentes”, dice el decálogo; y añade: “sensaciones que en la mayoría de los casos no responden a la realidad ni a las señas de identidad de la emisora escuchada”. Al hacer esta precisión ¿están pensando en alguien al que pretenden desligar ideológicamente de los propietarios del medio?
Tras leer esos principios, ¿cuál es la emisora que me conviene oír, el periódico que me conviene leer? Seguramente es mejor escuchar y leer varios medios. ¿Pero cuáles? A esa pregunta sólo yo puedo responder. Como ocurre con toda pregunta concreta que me concierne: ¿cuántos hijos tengo que tener, a quién tengo que votar? Nadie, ni mi confesor, puede responder por mi. La responsabilidad es sólo mía.
Bien venido sea este decálogo. Pues tan importante o más que lo que dicen es el modo como lo escuchamos. Ni nos dicen todo lo que hay, ni a veces lo dicen bien. Por propia experiencia sé que los medios buscan frases sensacionalistas, indignadas reacciones. Las palabras prudentes no interesan demasiado. Se busca la frase llamativa, estridente. No buscan que pensemos, buscan vender. Pero el económico no es criterio de buena prensa ni de buena radio. Y menos si los medios se denominan católicos.
Tras leer esos principios, ¿cuál es la emisora que me conviene oír, el periódico que me conviene leer? Seguramente es mejor escuchar y leer varios medios. ¿Pero cuáles? A esa pregunta sólo yo puedo responder. Como ocurre con toda pregunta concreta que me concierne: ¿cuántos hijos tengo que tener, a quién tengo que votar? Nadie, ni mi confesor, puede responder por mi. La responsabilidad es sólo mía.
Bien venido sea este decálogo. Pues tan importante o más que lo que dicen es el modo como lo escuchamos. Ni nos dicen todo lo que hay, ni a veces lo dicen bien. Por propia experiencia sé que los medios buscan frases sensacionalistas, indignadas reacciones. Las palabras prudentes no interesan demasiado. Se busca la frase llamativa, estridente. No buscan que pensemos, buscan vender. Pero el económico no es criterio de buena prensa ni de buena radio. Y menos si los medios se denominan católicos.