Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

29
Jun
2012

Ni relativismo ni dogmatismo

6 comentarios

El dogma es una proposición cierta, desde el punto de vista de la fe. Estas proposiciones suelen formularse cuando hay un peligro de desviación sobre aspectos fundamentales de la Revelación cristiana. El dogmatismo es otra cosa. Es una actitud, un estado de ánimo, un modo concreto de vivir la relación con la verdad, caracterizado por la pretensión de lo exclusivo y lo excluyente.
 

A las certezas no hay que tenerles miedo. No puede darse un compromiso serio e incondicional sin certezas. ¿Quién contraería matrimonio si no estuviera seguro y cierto del amor de su pareja? ¿Quién apostaría su vida por una causa o por un ideal sin tener la certeza de que esta causa y este ideal son verdaderos y valiosos? En este mundo, en donde parece que todo es relativo, es necesario reivindicar la necesidad de las certezas. El problema no son las certezas, sino el hecho de que estas certezas respondan a la verdad del ser humano. Por otra parte, el relativismo, tan característico de nuestra cultura (todo es provisional, no hay nada definitivo; solo importa lo útil, no existen valores), ¿no será una actitud propia de una mentalidad capitalista y consumista? Se buscan clientes fáciles de convencer, sin convicciones, poco críticos, dispuestos a cambiar cada poco tiempo de producto. El sistema capitalista requiere, para su pervivencia, de productos fugaces, con rápida fecha de caducidad.
 

Ahora bien, tan peligroso como el relativismo es el dogmatismo. Dogmático no es el que cree en la verdad, sino el que se cree en posesión exclusiva de la verdad y la utiliza como arma arrojadiza contra los demás. Más que absolutizar la verdad, el dogmático se absolutiza a sí mismo y a sus ideas. La verdad no tiene dueños, sino humildes servidores. Se puede morir por la verdad, pero no matar por ella. El dogmático confunde lo seguro con lo visceral, cree que la fuerza de una convicción depende de la violencia con la que se propone. El Evangelio de Cristo ni se defiende ni se propone a base de dogmatismos, porque estos modos intransigentes de relacionarse con la verdad son la destrucción misma de la verdad. No hay verdad sin amor.

Posterior Anterior


Hay 6 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


Ciro
29 de junio de 2012 a las 04:31

Pues sí, y de nuevo lo que debería o debería de ser. Pero yo lo que veo es cada vez más dogmatismo; más posturas intolerantes, sectarias y fundamentalistas; más anhelo del pasado y un Dios al que cada vez lo asfixiamos más. Maestros y eruditos de la ley, del canon y expertos en recuperar liturgias pasadas, afirmando que cualquier tiempo pasado fue mejor. Maestros y eruditos que, no sólo creen que ya han pasado por el ojo de la aguja, sino que se creen con la misma autoridad que los judíos que condenaron a Jesucristo por humanizar la Ley de Yaveh. Maestros y eruditos dogmáticos que creen tener la conciencia de Dios y su visión: qué altanería más grande! Y por último, señores inteligentemente sabios o necios que son dogmatistas, defendiendo que ese dogmatismo equivale a la libertad que nos consiguió el Hijo de Dios, olvidando que el dogmatismo hace a la fe inerte y se carga por completo la confianza que nos dice las Sgdas. Escrituras que hay que poner en Ése cuyo nombre nos atrevemos a pronunciar. Y lo curioso es que dogmatismo no equivale a virtuosidad...

Martín Gelabert
29 de junio de 2012 a las 06:06

Gracias, Ciro, por tu aportación. A propósito de ese "cualquier tiempo pasado fue mejor", que citas en tu texto, me permito añadir que, según el libro del Eclesiastés 7,10, eso no lo dicen los sabios. La conclusión es obvia: lo dicen los necios.

Mercedes
30 de junio de 2012 a las 15:12

Soy una defensora de la vida , estoy en contra del aborto y de la eutanasia .Tengo la absoluta certeza de que la vida es un regalo de Dios y por tanto sólo a él le compete su disposición. Se me podría considerar dogmática ?
Legislar a favor del aborto y de la eutanasia ,lo considero un acto totalmente relativista ,pues suele ir dirigido, como usted dice , a clientes fáciles de convencer y dispuestos a cambiar de opinión ,cuando convenga . No le parece consumista , utilizar el aborto cómo método anticonceptivo ?

Martín Gelabert
30 de junio de 2012 a las 17:54

Mercedes: creo que todo católico e incluso yo diría toda persona de buena voluntad está de acuerdo en que el aborto y la eutanasia activa son totalmente reprobables. A mi no me parece que esta sea una postura dogmática, sino una postura razonable. Ya he dicho en el post que las certezas son necesarias. Y que la vida es buena por sí misma es una certeza que hace digno y humano a quien la tiene. Y no digo más. De todos modos, al escribir el post, pensaba más bien en posturas ideológicas, aunque tiene aplicaciones en el terreno moral. Un abrazo y gracias por tu participación.

Isabel
1 de julio de 2012 a las 20:20

Antes de poner mis ideas,pido disculpas por mi ignorancia pero,expongo lo que pienso: Yo me dejaría matar por defender mi creencia,es decir,por la que vivo y creo: mi Fe en el Dios del Evangelio.Yo soy servidora de la Verdad,me dejaría matar por ella aunque NO mataría por ella-Hay una diferencia profunda.Estoy segura de que estoy en lo cierto, es dogmatismo? si tuviera que ceder,lo haría por humildad? me faltaría el amor en esta defensa ? Pienso en los mártires que cedieron sus vidas porque defendían lo que creían...tendría que ser asi?

Bernardo
3 de julio de 2012 a las 20:46

Un joven y brillante Ratzinger reflexionaba que "dogma" es un término griego que significa "opinión", pues procede de "dokeo": aquello que parece recto o conveniente a alguien. De aquí vino a derivar en mandato o edicto, y en el uso de los LXX traducía los mandamientos divinos "dogmata Theou". El problema viene cuando deja de ser una consideración acerca de algo y pasa a ser una verdad irreformable, inmutable. Es muy curioso que ese fuera el uso del término en la "teología imperial" de Roma. Los edictos de Augusto eran "dogmata". Si volvemos al sentido originario, los dogmas son elementos que nos ayudan a pensar y vivir nuestra fe, no obligaciones a cumplir ciegamente. Aquí está la diferencia con los dogmáticos y los relativistas.

Logo dominicos dominicos