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Minorías eclesiales
6 comentariosSi lo pensamos bien, la Iglesia está constituida por “minorías”. Son minoría los que participan activamente en sus comunidades, las animan y tiran de ellas. Minorías de laicos, mujeres y varones comprometidos, con sus grupos y comunidades. Si creemos en la responsabilidad de los laicos, en su “mayoría de edad eclesial”, si los valoramos por su condición de miembros de pleno derecho de la Iglesia, y no porque nos hacen falta, dada la escasez de presbíteros, entonces es fundamental que les confiemos responsabilidades en nuestros grupos y comunidades y que les dejemos asumir plenamente la responsabilidad confiada.
Pero no estaría mal pensar en otras minorías eclesiales que deberían ser motivo de una mejor comprensión e integración. Hoy son cada vez más los que “creen sin pertenecer”. Entre estos cabe pensar en los que se declaran creyentes, pero no están integrados en la Iglesia; si acaso acuden a ella con ocasión de actos sociales, bautismo, matrimonio o exequias. También se puede pensar en los que se declaran creyentes y quisieran vivir más integrados en la comunidad eclesial y parroquial pero, por motivos canónicos o morales, se sienten excluidos. Y finalmente, se puede pensar en los que viven una religiosidad y espiritualidad al margen de dogmas y de la doctrina de la Iglesia, sin conocer adecuadamente el Credo y lo que implica el bautismo. Benedicto XVI ha anunciado un “año de la fe”. Conviene empezar a preguntarse cómo vamos a formar a tantas personas que viven una fe “no formada” y no ven la necesidad de formarse.
Hablando de minorías, no hay que olvidar que el “núcleo duro” de ciudadanos españoles que acuden regularmente a la eucaristía, se sienten parte de la Iglesia y sintonizan con su doctrina moral es una minoría: apenas el 12%. Lo importante no es si somos mayoría o minoría, incluso yo pienso que el cristianismo es para todos, pero finalmente sólo lo acogen minorías. Lo importante es si la minoría que somos vivimos nuestra fe de forma contagiosa y al mismo tiempo respetuosa con los demás. Necesitamos revisar esos dos puntos, el del contagio y el del respeto.