Ago
Más sobre madres y padres
9 comentariosNo pensaba volver sobre este asunto de los padres y madres solteros. Tampoco me imaginaba que suscitara tantos comentarios, signo de que el tema ha interesado. Aunque sospecho que algunos comentarios han sido más bien provocados no tanto por el post cuanto por lo que otros comentaristas han dicho. A ver si ahora me aclaro mejor. Pero aunque no aclare nada, si provoco la reflexión de otros, mi intervención habrá sido útil.
Por una parte, la paternidad y la maternidad no se limita al matrimonio. Hay madres y padres solteros, o sea, mujeres que sin estar casadas han quedado embarazadas y han acogido al hijo con amor; o varones que han dejado embarazada a una mujer que no quería tener el hijo y la han convencido de que no abortase con la promesa de que ellos se harían cargo del niño. También hay niñas y niños adoptados por personas solteras, que son para ellos sus verdaderos padres o madres.
Por otra parte, la maternidad y la paternidad van más allá de lo biológico. Hay padres, madres, hijas e hijos “naturales”, “biológicos”, que no se quieren. La filiación y la paternidad brotan más del amor que de los genes. Mientras no acoges al hijo de tus genes, mientras no le amas de corazón, no puedes considerar que has cumplido con la maternidad y la paternidad. La verdadera maternidad-paternidad va más allá de lo biológico. Es fruto del amor. ¿No es esta la idea que subyace en esta palabra de Jesús: mi madre y mis hermanos son los que cumplen la voluntad de Dios? María es “madre” de Jesús no tanto por haberle llevado en sus entrañas cuanto por haberle amado, haber creído en él y haber acogido su Palabra. Lo primero, las entrañas, sin lo segundo, sin la acogida de la Palabra, no sirve de nada. Lo que nos hace hermanos de Jesús no es un dato biológico, sino espiritual. Igualmente, lo que nos hace hermanos, hijos, madres o padres, no es exactamente lo biológico (que también puede darse), sino el amor.
Finalmente hay una paternidad o maternidad espiritual que puede verse personificada en la labor que hacen muchas religiosas y religiosos, esas y esos que acogen a los marginados y malqueridos de la sociedad. También el sacerdote, cuando atiende, ayuda, escucha, comprende, acompaña, realiza una labor paternal. Que algunos lo hagan mal, o a desgana, que las experiencias en este sentido no sean del todo positivas, solo indica que, en eso, como en todo, hay buenos y malos padres, buenos y malos profesionales.