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Más bodas civiles que religiosas
5 comentariosSegún los últimos datos oficiales, en ocho comunidades (Cataluña, Baleares, Canarias, Madrid, Valencia, Navarra, País Vasco, Asturias) las bodas civiles superan a las realizadas según el rito católico y, en el resto de comunidades casi se iguala. Si en vez de contabilizar la proporción de católicos en España según los datos de los registros bautismales, contáramos según el sacramento del matrimonio, hecho por adultos y con plena conciencia, tendríamos que concluir que menos de la mitad de los españoles se sienten católicos.
Los hechos son tozudos y se imponen a pesar de todas las ideologías. Su interpretación depende, en muchas ocasiones, del punto de vista en que uno se sitúa, de sentimientos, experiencias y deseos. Pero de entrada estos datos indican que en el momento de elegir la modalidad del matrimonio ya no influyen tanto como antes las convenciones sociales, las presiones familiares o simplemente el marco para realzar la fotografía. Hoy hay salones municipales en los que las fotos resultan tanto o más espléndidas que en las Iglesias. Estos datos no me llevan a pensar en lo mal que está el mundo o en el mal ejemplo que damos los católicos. Pues, si bien el cristianismo es una oferta para todos, son minorías los que lo acogen. Lo normal es que el cristianismo sea minoritario. Porque no es fácil encontrarse con Jesucristo y permanecer fiel al Evangelio. Desde el punto de vista humano es más bien complicado. Y la gente no está para complicaciones.
Por poner otro ejemplo numérico: la mitad de las monjas de clausura del mundo están en España. La cifra española, por tanto, no es la normal, sino la excepcional, explicable por unas circunstancias que se dieron hace 40 o 50 años. Que actualmente las vocaciones a monjas contemplativas disminuyan drásticamente en España aproxima la situación de nuestro país a la normalidad mundial. El que haya menos vocaciones no se debe al mal ejemplo de frailes y monjas; al contrario, posiblemente nunca ha habido tanta excelencia en los conventos, a pesar de la publicidad que se da (y bien dada está) a los casos de delincuentes, que hay en todas partes. De la misma manera, el que disminuya el número de bautizados no significa que los cristianos seamos más malos o pecadores. Los motivos no están en la vida cristiana, sino en la mayor libertad social. Una libertad que favorece la autenticidad de la vida cristiana. Se es cristiano por convicción, no por razones de familia.