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Machupicchu: comunidad y divinidad
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El pueblo inca era religioso. En los templos de la ciudad de Machupicchu (y también en el templo inca que se encuentra en la ciudad de Cuzco en el actual convento de Sto. Domingo) encontramos elementos comunes a distintas culturas religiosas, incluida la judeo-cristiana. Por ejemplo, la relación del número tres con la divinidad. En la ciudad inca está el templo de las tres ventanas, símbolo de la trilogía divina: el cóndor, el puma y la serpiente. En el convento de Sto. Domingo se encuentra el templo de las tres puertas: el rayo, el relámpago y el trueno.
Los incas daban culto al sol, a las estrellas y al arco iris. Tanto en Machupicchu como en el convento de Sto. Domingo en Cuzco se encuentran distintos templos a estas divinidades, siendo llamativa la forma en que están construidos los templos al sol, para que en los días en que cambia el equinoccio, el sol se pose sobre la piedra sagrada en el centro del templo. Al templo del sol se entraba descalzo. En sus ceremonias ofrecían a la divinidad los productos de la tierra: maíz, hoja de coca, yuca.
Creían en la vida después de la muerte. En las tumbas aparece de nuevo una trilogía en forma de tres niveles: el cielo, la tierra y el abismo. Los muertos eran enterrados en posición fetal. Así sentían mejor la protección de la madre tierra. Se depositaban alimentos en la tumba, como símbolo de la vida. Había una cierta relación con los difuntos. En Machupicchu, el templo del cóndor está presidido por un gran cóndor tallado en piedra, con las alas desplegadas en simulación de vuelo. Porque lleva los mensajes del mundo presente al mundo futuro.