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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

8
May
2013

Los otros matrimonios mixtos

4 comentarios

Se entiende por matrimonio mixto el contraído entre personas de distinta confesión cristiana (una católica y un protestante) o de distinta religión (un católico y una musulmana). Este tipo de matrimonios, sobre todo los contraídos entre personas de distinta confesión cristiana, no deberían plantear mayor problema. Se da el caso, en muchos de ellos, sobre todo si son buenos creyentes, que un cónyuge suele acompañar al otro a los oficios de su Iglesia. Pero hoy está siendo cada vez más frecuente un tipo de matrimonio “mixto” entre un cónyuge religioso y practicante o, al menos, un cónyuge que antes del matrimonio vivía su fe sin ningún conflicto personal, y otro cónyuge ateo, e incluso, anti-católico o anti-clerical. En algún caso ocurre que la parte católica, sobre todo si está muy convencida de su fe y la vive con firmeza, arrastra a la otra parte a la fe, o al menos, a que la respete. Pero lo más frecuente es que sea la parte no católica la que obligue o fuerce a la otra parte a dejar de practicar.

Cuento dos casos. El de una pareja, que viven como unión civil, porque uno de ellos no es religioso. Han tenido un hijo. La parte católica quiere bautizarlo. Tras algunas tensiones, la otra parte consiente. Segundo caso: otra pareja, que viven como unión civil (ya que uno no sólo no cree en el sacramento, sino que lo rechaza) han tenido un hijo. Y aunque la parte católica quiere bautizarlo, la otra parte se opone. Por el bien de la paz y del amor, no hay bautismo. En estos casos no valen las recetas generales y apriorísticas, porque cada caso es distinto. El matrimonio está fundamentado en el amor, no en la fe, aunque la fe es un componente que marca totalmente a una persona. Por eso, una persona creyente, convencida, que pone a Dios por delante de todo, puede decir tranquilamente a otra persona de la que se ha enamorado: Dios es lo primero y si Dios no entra en nuestra relación, yo te seguiré queriendo mucho, pero mi relación contigo tiene un límite.

Lo que ocurre es que la mayoría de los creyentes no viven su fe con esta convicción e intensidad. Y por eso, el enamoramiento hace que sea su fe la que sufra las consecuencias. No cabe responder que no hay auténtico amor. Se puede amar de verdad al que no comparte la fe. Dios les ama. ¿Por qué no voy a poder amarle yo? Antes, estas situaciones se arreglaban de otra manera, se guardaban las apariencias. Hoy la fe ha perdido apoyo y arraigo social. De ahí se derivan algunos problemas. Como cristianos, como Iglesia, debemos preguntarnos cómo acompañar a estas personas sinceramente enamoradas de una persona no religiosa. Habrá que practicar una pedagogía, hecha de paciencia y cercanía, tanto para la parte creyente como para la no creyente.

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Mari
8 de mayo de 2013 a las 16:16

El éxito de toda relación es el respeto, si no se hace daño a terceras personas es muy lógico que tengamos una gran diversidad, también hay que recordar que el bautismo y el seguir una religión se puede hacer a cualquier edad, siempre los hijos no son sólo hijos, serán adultos con desición propia, creo que si se vive en armonía en la pareja, los hijos tendrán interés algún día por saber el sentido de ese equilibrio, tanto del padre como de la madre, y decidir ¿cuál será el suyo propio?. A pasado hasta con muy buenos santos. La comprensión, cariño, respeto, todos son buenos.

CARLOS ALVARADO
8 de mayo de 2013 a las 23:04

MUY INTERESANTE ESTE TEMA..PERO POR FABOR PUEDEN ABLAR ALGO SOBRE LA CREMACION DEL CUERPO ..SE PUEDE HACER SIN FALTAR A LA IGLESIA...TENGO MUCHA DUDA AL RESPECTO...ESPERO ATIENDAN MI INQUIETUD....

Martín Gelabert
9 de mayo de 2013 a las 02:20

Para Carlos Alvarado: le agradezco mucho su participación en el blog. Y aunque lo que usted plantea no sea el tema del post, dado el interés que manifiesta, le informo de que la Iglesia no se opone a la cremación, siempre que esta cremación no se haga como un acto de desprecio al cuerpo. Quede tranquilo que, a propósito de la cremación, ya no hay problema alguno por parte de la Iglesia. Un cristiano puede realizarla tranquilamente y en plena comunión con la Iglesia.

Mireya Castillo
10 de mayo de 2013 a las 08:24

Estoy casada en matrimonio mixto, soy católica, con 14 años en el camino viendo el amor de Dios en mi historia que todo es gracia, mi esposo no es bautizado, sus padres eran protestantes, q.e.p.d, Después de 5 años de matrimonio civil, Dios con mucho amor se metió en nuestra historia y nos regaló el sacramento del matrimonio. Llevamos juntos 37 años, somos una pareja normal nuestros hijos María y Oswaldo son católicos, casados, sus cónyuges también católicos, nuestros nietos de 6 años y 3 años bautizados en mi Iglesia. Todos estos regalos están por encima de las negaciones de mi esposo cuando lo invito a ser cristiano católico. Veo que Dios le ama como es y respeta su libertad. El domingo 28 de Abril fuimos todos con mi esposo a la Gran Misión, menos mi nuera y Rodrigo de 3años que andaba enfermo del estómago. Estos detalles me dan ánimo para seguir esta misión en mi hogar y donde Dios me lleve con mi comunidad. Mi cruz me salva y me ayuda a entender cuán grande es la misericordia de Nuestro Señor Jesucristo también para los que le ignoran.

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