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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

10
Jun
2007

Lo que no dice y lo que dice la prensa

8 comentarios
Les doy una noticia que no ha dado la prensa (que yo sepa y hasta la fecha): la salida al mercado de la edición castellana del libro de Ratzinger-Benedicto XVI sobre Jesús se ha retrasado hasta octubre. La traducción estaba hecha y preparada para salir el mes pasado. ¿Qué ha ocurrido entonces? Que la Secretaría de Estado (así como lo leen, según mis informadores) ha intervenido para parar esa salida ya que la traducción era muy deficiente. Y claro, la están revisando. De ahí el retraso. Yo ya tengo encargada una edición, que está en camino, pero comprendo que no todos tienen esa oportunidad. Eso de las traducciones es un tema delicado. Se requiere no sólo saber bien dos idiomas, sino conocer del tema que hay que traducir. ¿Cómo creen ustedes que suena en otros idiomas la traducción literal del dicho castellano: estar entre la espada y la pared? No se entiende nada.

Voy con la noticia que sí ha salido en la prensa. Un párroco pretendía, ni más ni menos, que impedir la recepción de los sacramentos a los niños matriculados en la dichosa asignatura de Educación para la Ciudadanía. Ha tenido que intervenir el Arzobispado de Toledo para decir que a tanto no hay que llegar. Lo del párroco es un ejemplo del fanatismo al que pueden conducir determinados modos de entender la fidelidad. Dicho de otro modo: cuando se es más papista que el Papa, se ha dejado de ser papista. Conviene que los católicos sepamos discernir, valorar con criterio las distintas intervenciones de nuestros Obispos. En ese temita de la asignatura ya saben ustedes que hay, dentro de la Iglesia, opiniones para todos los gustos. No quiero ahora entrar en ese debate. Pero sí notar que hasta en lo que se considera bueno puede haber exageraciones o derivaciones que hacen malo eso bueno. El problema de los extremos es que impiden ver los matices. Los matices, sí, tan elegantes, tan sabios en ocasiones. ¿Les parece Tomás de Aquino un buen modelo en eso del matizar?
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lector
10 de junio de 2007 a las 12:52

Se dice " traducción" igual a "traición". Pero, fray Martín; ¿la traición es a la letra o al "sentido ideológico" que lo contiene?. En todo caso siempre queda la oportunidad de leerlo en francés, italiano o alemán.Se puede pedir por internet.
Un cristiano es un ciudadano. Y como tal debe formarse y compartarse como ciudadano. Ciudadano cristiano, en este caso. Pero tambien ciudadano musulmán, budista.O simplemente ciudadano. Ser ciudadano es independiente de la adscripción religiosa de la persona. A ver si aprendemos y aceptamos con todas las consecuencias que la separación Estado- Iglesia - católica en este caso- es un hecho real. Quizá el que los hermanos evangélicos hayan conseguido su casilla en la declaración de hacienda, nos haga ver el estado actual del tema. Es duro tener que renunciar a prebendas pasadas. De esta forma el catolicismo quizá se acerque más al Evangelio.

Oscar
10 de junio de 2007 a las 13:22

Me parecen dos buenos ejemplos de lo difícil que es la interpretación. Y de lo peligrosa que en ocasiones puede ser, como en el caso del segundo ejemplo. Una pena.

Carla
10 de junio de 2007 a las 19:47

¡DISCERNIR!!!,esa es la cuestión, Pater, y no es nada fácil.
¿Sempre ha de ser cosa del Esp Sto. ese discernimiento?.
¡Caramba que somos seres racionales y ahí también está el dedo de Dios!Los creyentes deberíamos ser ejemplos de "buen juicio".
La sensatez nos librará del fanatismo en estos tiempos tan liosos.
Sto. Tomás me parece el hombre más sensato y juicioso que he conocido, y cuando se pone a matizar añade luz de sentido común y de fe sobre aquello de que trata.
El Señor le asistía, sin duda, pero también él reflexionaba antes de escribir, de hablar o decidir.

Tertio Excluso
12 de junio de 2007 a las 21:53

Sobre el tema del libro, si es que es cierto:

(1)Hay que aplaudir al Vaticano por su exquisito control de los traductores (un tirón de orejas para alguno), de tal forma que lo que quiso decir el Papa quede impreso en los otros idiomas con máxima fidelidad. Como ha recordado "lector", la traducción es una traición.

Sobre el tema del sacerdote que se ha "pasaó":

(1) También creo que se le ha ido un tanto la pinza en ese tema a este sacerdote. Bien por su obispo.
(2) Creo que la opción de objetar la asignatura (esta o cualquier otra) está muy bien, desde que el Estado dominó la educación de las gentes este es el panorama, que impide una formación más libre y más ligada al mundo de las empresas, o al mundo que me dé la real gana, y no al de los gobiernos de turno...
(3) Impedir la catequización si no se objeta la asignatura -hoy del PSOE, mañana del PP... (y así estaremos..., ya lo verán)- es no dejar del todo libre la posibilidad de la objeción en conciencia. Y ahí ha de haber libertad.
(4) Que las conciencias haya que formarlas, así es. Para eso hay muchos ámbitos, el personal, el familiar, y también el de las comunidades eclesiales, como la cristiana, donde a la luz de la Palabra entendemos el mundo.

Bernardo
12 de junio de 2007 a las 22:57

Creo que es muy fácil matar al mensajero, espero que nunca se conozca el nombre del "traductor" tan traidor a lo que el pontífice quiso decir.
Estmos hablando del problema de la interpretación, ya sea la traducción de un libro a un idioma ajeno o la "traducción" de una norma a un ámbito concreto de aplicación. Aquí es donde radica el verdadero problema. Si el pobre sacerdote escucha cierta onda radiofónica, después a algunos mitrados y luego se lo piensa en la soledad de su sacristía, es muy posible que pasen estas cosas y otras muchas que veremos.
Pregunto ¿por qué no está bien que neguemos la comunión a unos niños que no hagan objeción a la diabólica asignatura y sí está bien dar la mano a quienes no se hartan de arrasar la vida humana por doquier? Hoy propugnamos la objeción contra una asigntura que no nos gusta, mañana clamaremos por la libertad para impartir nuestra asignatura en los centros públicos y no se nos caerá la cara de hipocresía. Estamos abonando el terreno para que el día de mañana no tengamos donde sembrar nada. Lejos quedan los días en los que los ateos nos miraban con respeto porque la Iglesia permitía un pequeño oasis de libertad en la asfixia del franquismo. No sé si lo que buscamos es sembrar el Reino o suplantar al mundo.

Juan
13 de junio de 2007 a las 02:06

Gracias, fray Martín por advertirnos contra la manía de censurar. De vez en cuando -y a lo largo de la historia- papas, reyes, gobernantes ejercen el derecho divino de censurar
y governar de forma absoluta, substituyendo la razón por la fuerza bruta. Qué pena que
las manipulaciones oficiales tanto eclesiales como estatales impidan la buena información! Un abrazo. Y a seguir siendo testigo de la verdad y del buen razonamiento.

Martín Gelabert
13 de junio de 2007 a las 14:46

Aclaro que si he ofrecido la información sobre la edición castellana del libro de Ratzinger-Benedicto XVI (así es como aparece el nombre del autor, al menos en algunas ediciones en otras lenguas) ha sido porque me parecía que la noticia tenía un cierto interés para los lectores de este blog (quizás alguno se ha extrañado del retraso del libro en español). Me he ceñido a los hechos que conozco, resumiendo los datos esenciales. El dato fundamental es que la traducción no era buena (no tanto por desconocimiento del alemán, cuanto por imprecisiones teológicas, imprecisiones no imputables al texto original). A partir de este dato se comprende la reacción de los "representantes" del autor y que el editor, una vez advertido, se haya decidido a corregirla. Y en este sentido ha hecho lo que debía.

lola
14 de junio de 2007 a las 10:46

la verdad es que prohibir es alucinate, pero hay que ser coherente, y eso es lo que me falta, nadie ha de prohibir, pero hay cosas incompatibles, ese parroco lo que ha hecho es utilizar mal algo, el queria y veia una cosa, pero ha usado el camno mal, el lo que ve, porque yo tambien lo veo, es que los niños van a una catequesis para nada, los padres los llevan para que hagan la primera comunion y la fiesta, el pretendia un coherncia pero ha tomado el camino equivocado, el que tantas veces se ha tomado, el imponer...bueno,pienso que hay cosas incompatibles, y una es imponer, asi que el ha hecho lo que criticaba.....
es malo que los niños reciban mensajes contradictorios...pero tal vez deberian catequizar a esos padres, tal vez es mas comodo hacer lo que hacen todos y dejarse llevar por esta sociedad...asi ha sido a lo largo de todos los tiempos, es dificil ser coherente y vivr la fe hoy. Pero creo que es lo que podemos hacer, eso vivir coherentemente, como hizo Jesus, nuestra vida sera una llamada de atencion de los que se dejan llevar por lo comodo, aunque ya sabemos a lo que nos exponemos
tambien es mas comodo ir contra la Iglesia que contra el Estado y sino mirad los ejemplos...

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