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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

29
Ene
2010

Lo del Pisuerga y las enchiladas

6 comentarios

Cuando se quiere introducir un brusco cambio de tema en la conversación, que no tiene nada que ver con lo que se habla, en España utilizamos esta expresión: “Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid”. En México dicen con la misma intención: “Y hablando de enchiladas”, aunque nadie esté hablando de ellas. Digo esto porque, a veces, parece que algunos discursos que se quieren muy católicos, tienen que sacar a colación algunos temas, vengan o no vengan a cuento. Pongo un ejemplo: hace una semana, aprovechando que el terremoto de Haití causó tanta desagracia, se publicó en un semanario eclesial un artículo (que, en lo que decía de Haití, era pertinente y correcto) que se complacía en recordar que hay cosas todavía peores, como las leyes que despenalizan el aborto, por ser susceptibles de causar más muertos. Lo cual puede ser cierto, pero en el momento del terremoto se trataba de otra cosa.

Esta obsesión de algunos sectores católicos, sea cual sea el tema que se está tratando, por sacar a colación una serie de cuestiones que ellos consideran identitarias, puede desviar la atención del asunto urgente o conveniente que en aquel momento se trata. Y, además, conducir a algo peor: a hacer, al menos, molesto lo más santo. A ver si va a resultar que tendremos que comenzar todas las homilías, las catequesis y los artículos, dejando claras una serie de cuestiones sensibles (que, por cierto, suelen variar en función de aquellos a los que se pretende dejar claro por activa y por pasiva tales cuestiones, con lo que además entramos en otro asunto, que es la necesidad de un adversario para reafirmar la identidad), y una vez dejado clara la fidelidad inquebrantable a tales doctrinas, entonces podremos comenzar a hablar del tema que toca en aquel momento.

Viene bien aquí recordar otro dicho español: “cada cosa a su tiempo y los nabos en adviento”. O sea, fuera de su lugar y tiempo oportuno pierden mucho las cosas y no causan el efecto deseado.

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Bernardo
29 de enero de 2010 a las 11:53

Andaba yo últimamente con esa misma sensación que tú explicitas hoy en el post. Parece ser que si no has dejado claro previamente tu aversión a los "clásicos del catolicismo español", no tienes posibilidad de expresarte en nada, porque sencillamente eres sospechoso. Empieza a parecerse esto a la situación que provocaron los nazis en la Alemania preguerra: o estás claramente con nosotros o estás contra nosotros. Entiendo que el adjetivo "católico" se aplica al cristiano que pretender vivir su fe en plenitud, abarcando a todos y llegando a cualquier ámbito de la vida, no es un calificativo restrictivo sino que amplía nuestro ser cristiano. Es decir, que no soy católico contra nada ni contra nadie, como de alguna manera se está extendiendo en determinados ambientes, sino que soy católico por querer ser universal.
Las manifestaciones, ya demasiadas y en el mismo sentido, de prelados españoles, van en la línea de "prietas las filas" y "el que se mueva no sale en la foto". Y no hablo de oídas.

Catalina
29 de enero de 2010 a las 11:57

Tal vez debemos hablar de ciertas cosas a tiempo y a destiempo.

Fray José Mª Esteve,op
29 de enero de 2010 a las 18:18

En tiempos de Mao todos los chinos vestian igual.Con las maletas,pasó lo mismo,todas eran de madera,con la moda,se paso al cartón duro y de colores.En Venezuela se distingue a los Chavistas por su camisa roja.Sutilmente nos alejamos del Vaticano II (causante de todos los males) y si quieres ser un buen católico has de seguir unas directrices únicas.Los teólogos a comentar los escritos papales,que no se les ocurra hacer como los teólogos dominicos de antes del Concilio que bucearon en las Escrituras.Los científicos,primero que escuchen a la Iglesia y luego que investiguen. Todo es infalible y pobre del que se atreva a decir lo que piensa.Cuando nuestra sociedad,harta de sinsentido busca en el terreno de la espiritualidad,se le ofrecen decretos y documentos...Y nos quejamos que se desvíen a sectas....¿Pensamiento único? ¿Miedo a pensar? ¿Miedo a decir lo que se piensa? Como puede ser eso así si nuestro maestro Jesús nos enseño a ser libres?

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Azucena
29 de enero de 2010 a las 22:01

Sin ánimo de ofender, me alegra que todos seamos capaces de ver nuestro propio ombligo reconociendo nuestros posible errores, es un gran acto de humildad.
Por encima de todo seamos Cristianos o al menos inténtemos seguir su ejemplo. Algunos católicos o sectores católicos han perdido la sutileza de Cristo y con ello a muchos feligreses.

Catalina
30 de enero de 2010 a las 00:23

¿que esta pasando? acaba de morir de repente una mujer joven?, la familia destrozada, toda la gente histerica, no paramos de atender familiares , valium por aqui y por alla---¿que esta pasando? ¿a nadie se le ocurre sacar un rosario y pensar en la muerta?¿hay algun sacerdote por ahi?¿somos los medicos los que ahora atendemos tambien la muerte>?¿que esta pasando?...No he sido capaz de decir...Dios, la otra vida...nada...he dicho llamarme las veces que me necesiteis...po cierto voy a llamarles yo...a ver como estan
si me vuelven a llamar, y voy al domicilio, saco el rosario y me pongo a rezarlo en medio...lo prometo

Sor Lucía
31 de enero de 2010 a las 00:17

Plenamente de acuerdo contigo, Martín. Gracias por tus lúcidas oportunas y acertadas reflexiones.

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