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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

27
Feb
2010

Lo de la firma real se veía venir

9 comentarios

Últimamente, desde algunos blogs, se apelaba a la condición de católico del Rey de España para recordarle que no le estaba permitido firmar la ley del aborto. Más aún, algunas instituciones autocalificadas de católicas, recogían firmas con el mismo objetivo. De ahí que no me haya sorprendido la pregunta que al respecto le han formulado al Portavoz de la Conferencia Episcopal. Comprendo la incomodidad del Sr. Obispo. Su respuesta puede sorprender: la Conferencia Episcopal “no tiene un juicio” sobre lo que debe o no debe hacer el rey. ¿Por qué no ha optado por un pronunciamiento más explícito? Estoy convencido de que los obispos no quieren de ningún modo desestabilizar la figura del monarca.

Y esos grupos de presión contra la firma, ¿qué pretenden? Saben perfectamente que es imposible políticamente que el rey se niegue a firmar. ¿O acaso pretenden que el rey dimita? ¿Y qué piensan conseguir con eso? ¿No se dan cuenta de que en política las cosas nunca son limpias del todo, que siempre hay muchas aristas que limar y que, en ocasiones, lo mejor es enemigo de lo bueno? Pedir que el rey no firme una ley aprobada por el Parlamento es un brindis al sol.

El rey, como cualquier creyente, es moralmente responsable de sus actos. Pero en moral, incluso en la gravedad hay grados. No es igual la responsabilidad de una persona que contribuye directamente a un aborto, que la responsabilidad de un diputado que vota la ley tras haber buscado que aún fuera más lejos, que la responsabilidad de un parlamentario que pretendiese limitar los daños de esa ley, o que la responsabilidad del que se ve obligado a estampar su firma como notario de un hecho. Los matices son importantes.

Por otra parte, es importante cuidar el tono de las descalificaciones a determinados políticos. ¿Pretendemos acaso que dejen la política y que su puesto lo ocupen otros mucho más radicales? En política no se puede jugar a “todo o nada”. Corremos el riesgo de perder y quedarnos en la nada.

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ganas de marear....la firma
27 de febrero de 2010 a las 10:35

Muy sensata tu postura Martín. Al final queda la propia conciencia ante Dios. Y cuando se accede en politica a determinados lugares, con el propio consentimiento,incluye el precio personal a pagar. ¿ Hay muchos politicos santos, incluso canonizados ? Mas bien no. Hay que tener en cuenta que la firma de Juan Carlos en funciones de rey, no tiene validez politica sino le acompaña la firma del presidente del gobierno.

La orientación católica del seglar Juan Carlos no es la misma que la del seglar católico Balduino, a quien muchos ya casi lo dan por canonizado. Es una falacia querer comparar posturas católicas y vitales tan dispares. Se busca que Juan Carlos apoye al catolicismo más rancio, cuando su talante es más bien liberal.

Juan Carlos nos salvó de un retroceso histórico el 23 F, mal que les pese a muchos.Queda pendiente un referendum sobre la aceptación de la Monarquía, que no se ha realizado todavía. Pero no se puede hacer labor de zapa, mezclando planos politicos, morales, aprovechando la ocasión de una firma. Cada cosa en su momento.

Catalina
27 de febrero de 2010 a las 10:51

Hay que ser coherente hasta el final. Aunque todos sabemos cual sera el final si actuamos asi. El final es la cruz despreciados y humillados por todos. El `precio es caro. Joaquin Montero es el ejemplo que veo en este momento.

pedrobcn
27 de febrero de 2010 a las 11:46

Entre todo lo que vamos leyendo, de "unos" y "otros", más o menso radicalizados todos, me parece su reflexión de lo más sensato.
Es más, me gustaría que ampliara el tema. Leyendo los "unos" y los "otros" este tema tan delicado más que clarificarse se convierte en la pelota de un partido de pin-pon.
Si entre sus ocupaciones no entra en estos momentos ampliar el tema y me refiero claro está no sólo al tema de la firma real, sinó al tema de los políticos católicos y el aborto ¿Sería tan amable de indicarnos algunos enlaces, algunos artículos algunas lecturas?

ex-edil ingenuo
27 de febrero de 2010 a las 12:22

El joven ex edil de un pequeño pueblo de Málaga, Joaquín Montero, no debió leer el programa del partido de quien decidió ser militante. El tema del aborto siempre ha estado incluido en su programa. Y no es lo mismo ser edil de una ciudad de provincia, que estar en primera linea de la politica. Los grados de responsabilidad politica son distintos. Y siempre se está a tiempo de reconducir el camino.

Y hablando de Camino,el portavoz de la CEE quizá se excedió en sus consideraciones sobre el tema de la comunión de Bono. Ahora,los agravios comparativos con el rey, desde el aspecto moral siendo ambos cristianos, son insostenibles. Porque si el rey como cristiano puede comulgar, Bono tambien. Aunque creo que tanto uno como otro tienen la suficiente libertad de conciencia como para proceder ante Dios según su conciencia : ambos comulgarán independientemente de la opinión del portavoz, al que como mínimo la falta algo de cintura en determinados temas.

Bernardo
27 de febrero de 2010 a las 19:53

El problema aquí es que según les convenga hay excomunión o no. Tu posición está dentro de lo que debe ser considerado como lo normal hoy en moral, pero hay algunos que utilizan la moral y el pecado como martillo de sus herejes. Ya hay quien pide abiertamente la destitución de Camino, en primer lugar por incompetente,y en segundo lugar por falta de caridad comunicativa. Un portavoz debe ser más comedido, a no ser que ya sea comedido, entonces "leberanos a malo, Domine".

JM Valderas
28 de febrero de 2010 a las 09:59

Me he restregado los ojos y he leído varias veces tu post, Gelabert. Como dicen los ingleses, he intentado ponerme en tus zapatos. En el tema del aborto no caben inhibiciones. Las que calificas de autodenominadas instituciones católicas, son realmente católicas, porque defender el derecho a la vida es propio de una persona que sigue la ley natural y, por definición, el católico la toma por norma. No se trata de fiat lex et pereat mundus. Es vieja la demonización de una postura llevándola al extremo. Produce inquietud los ejemplos que das de grados en la gravedad. Aceptada la tesis de la gradualidad, los ejemplos evocan comportamientos que así mezclados irisan la culpabilidad en el asesinato. (A eso, BXVI le llama relativismo.) De entrada la gravedad máxima del cooperante no se daría en muchos casos si no hubiera lugar a tal situación por una política familiar adecuada. Una política que emana, en su base, del parlamento. Por tanto, la cooperación del legislador parece innegable. En la desdichada ley a plazos --una ley criminal para cualquier hombre de bien, ateos incluidos como el filósofo Bueno-- que los socialistas han sacado adelante los autodenominados católicos (esto sí es un oximoron) no han frenado absolutamente nada. La palabrería de Vázquez es absoluta inanidad, porque la objeción está reconocida en la Constitución. Salvo como recurso dialéctico, no entiendo por qué citas entre los ejemplos el que hubiera alguien que quisiera llevarla más lejos. ¿Será para echar un capote retórico a los que, pese a sus aspavientos y mareos de perdiz con lo de la adolescente abortante, no han detenido a ese asesinato inmisericorde que es la ley a plazos? A mí la firma real me deja indiferente. El consummatum est llegó antes. De hecho, y sin mutación (ni más allá ni freno alguno) en el momento en que Zapatero bajo el dedo y Aído echó al coso "cuerpos vivos no humanos".

Martín Gelabert
28 de febrero de 2010 a las 12:58

No tengo ganas de polémica. Pero voy a intentar aclarar algo mi pensamiento, por si no lo está. A mí, como cristiano y como persona humana, el matar, y más si se trata de matar a un inocente o a uno que no puede defenderse, me parece algo muy grave, indigno del ser humano. El “no matarás” es un mandamiento absoluto. Dicho lo cual dentro de la gravedad (fíjese bien: de la gravedad, yo no quito un ápice a lo grave, ni creo que el pecado de uno haga menos pecado el de otro) hay “grados” o matices distintos que, al fin y al cabo, no quitan nada al resultado, pero empeoran la responsabilidad moral. No es lo mismo matar a una persona condenada por un tribunal (y también ahí habría matices: por ejemplo si luego se demuestra que no era culpable), que matar a un contendiente en una guerra, que matar a un civil en una guerra, que matar en un ataque de ira y enajenación o que matar fríamente. Insisto en que no tengo ganas de polémica, pero sí de aclarar las cosas. Por lo demás, tengo la impresión de que estamos de acuerdo en el fondo del problema.

grisura
28 de febrero de 2010 a las 13:35

De acuerdo contigo Martín en que el "todo o nada" no existe en politica. Por eso se correrá un tupido velo sobre la firma del rey y sus connotaciones morales. Igual que se gestionó el matrimonio canónico del heredero, y ahora la nulidad de la primogénita, en claroscuro, y documentos en cajas fuertes.La figura del rey es caso aparte. Aún colea el concepto de que su poder deriva directamente de Dios. Y estamos hablando de política.

Hoy aparece una foto de Rouco con el presidente del Gobierno y consorte. Los tres sonrientes. Sonrisas politicas: Hay que gestionar lo de la venida del Papa,a lo de la juventud del 2011, y se trata de ver como se financia y se gestionan los visados, que no sea excusa de entrada ilegal de inmigrantes.

Estamos en el campo de la apariencia, de la imagen, de la politica. De la grisura. El gran teatro del mundo.

Bernardo
28 de febrero de 2010 a las 18:42

Mal ejemplo me trae, Sr. Valderas. Gustavo Bueno es todo menos su apellido. Si hacemos caso a sus propias palabras, es necesario eliminar a cuantos se antepongan entre nosotros y "nuestro" petróleo (Bueno dixit respecto a la invasión de Irak). Por otro lado, lo de la ley natural habrá usted de demostrarlo. El onus probandi no puede recaer sobre los que negamos la existencia de algo, sino sobre los que lo afirman. Así es que ya puede usted ponerse manos a la obra y probar lo que doscientos años de investigación científica, sí la suya, la que usted dice representar y presidir desde un órgano cualificado del pensamiento, han reprobdo por activa y por pasiva. Por cierto, últimamente algún periódico de esos que a usted le dan sarpullidos ha regalado "Por qué no soy ateo" de Russell, y repasándolo me he encontrado con afirmaciones sobre la ley natural que coinciden con las suyas. Los extremos se tocan, Sr. Valderas.
P.S.: BXVI dijo otras cosas cuando era JR.

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