Ene
Libertad de culto en Cuba
7 comentariosEn La Habana hay un convento de dominicos. En 1960 había 25 frailes. Hoy son cinco (cuatro cubanos y un español) y un postulante. Una comunidad parecida a tantas que hay en otros lugares. Llegar y sentirse como en casa es lo mismo. Desde el primer momento reina la confianza y hasta la confidencia. Tienen a su cargo dos parroquias y atienden a otras dos Iglesias situadas en barrios pobres (en las que hay comunidades de religiosas dominicas). En las parroquias, con la vespertina del sábado, se celebran tres Eucaristías dominicales. Me pidieron que presidiera la del domingo por la mañana en la parroquia de San Juan de Letrán. Antes de la celebración, con la Iglesia medio llena, una persona dirigía el rezo del rosario. Cuando empezó la eucaristía estaban prácticamente ocupados todos los bancos. Con gente de todas las edades. Un coro animaba los cantos. La sacristana ayudó a repartir la comunión. No se pasó la bandeja. En el momento del ofertorio los fieles se levantaron y se acercaron al altar depositando lo que buenamente podían. Al acabar la Eucaristía el párroco celebró tres bautizos.
La otra parroquia, la del Sagrado Corazón, está cerca del mar. Paseando por el malecón, entré cuando se celebraba la Misa vespertina del sábado. Por la tarde oscurece pronto y acude menos gente que por la mañana: un tercio de bancos ocupados. La Misa tenía acólitos, cantores, y más de la mitad de los asistentes eran adolescentes. En esta parroquia se conservan las partidas de bautismo de un hijo de José Martí y de un hijo de Fidel Castro. Encerradas bajo siete llaves, porque más de un espabilado ha ofrecido bastante dinero por la página original. Las parroquias cuentan con colaboración de los seglares y ofrecen catequesis para niños y adolescentes. Hoy, en Cuba, muchos regresan a la Iglesia que hace tiempo dejaron.
El convento es grande. Los frailes viven en el primer piso del edificio. Las habitaciones son humildes, pero espaciosas. Todas dan a una terraza por la que se pasea un perro que da tranquilidad. Hay dificultades con internet. En el año 1994 los religiosos se preguntaron: ¿qué podemos hacer los dominicos en Cuba además de atender a parroquias? Encontraron una respuesta: una oferta de estudio y reconciliación. ¿Para quién? ¡Para todos! Y gracias a la Providencia, traducida en prudencia y paciencia, han creado un centro con futuro. Una maravilla de la que les hablaré en un próximo post.