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Legionarios de Cristo: otra autoridad, otra formación
8 comentariosLa noticia eclesial del día es el comunicado de la Santa Sede sobre el resultado de la inspección a los Legionarios de Cristo. El comunicado no aporta datos nuevos. Confirma que Marcial Maciel tuvo comportamientos objetivamente inmorales confirmados por testimonios incontrovertibles. No se dice nada de los 20 o 25 mil millones de euros que, según algunas fuentes, controlan los Legionarios. Sí se dice que “gran parte” de ellos no estaban al corriente de las tropelías del fundador. Es una manera de decir que algunos sí lo sabían. ¿Quiénes? Es de suponer que sus más estrechos colaboradores, los que ahora están al mando de la Congregación. El comunicado de la Santa Sede no anticipa qué medidas concretas tomará Benedicto XVI para reconducir la situación. Me sorprendería que entre estas medidas no estuviera la destitución de la actual cúpula de la Legión. No estaría mal que se tomase ya alguna medida cautelar, a la espera de las definitivas.
El comunicado aporta tres elementos importantísimos, validos para todas las instituciones eclesiales. Uno sobre el carisma de la Congregación, que debe definirse por el seguimiento de Cristo y no, como ha sido una tentación permanente, por el nombre del fundador. Sobre todo, los fundadores modernos han cultivado en exceso el culto a la personalidad, lo que conlleva que los miembros de sus instituciones asuman de muy mala gana cualquier observación crítica sobre su líder. Otro se refiere a la necesidad de revisar el ejercicio de la autoridad, que debe estar unida a la verdad. La verdad exige claridad, no es posible que resplandezca allí donde hay secretismo, donde no se puede hablar claramente, donde no se da información sobre el por qué y el para qué de las cosas, o sobre dónde están los dineros y cuántos hay.
Finalmente se habla de preservar el entusiasmo de la fe de los jóvenes por medio de una adecuada formación. Cosa que me parece importantísima, porque sin formación el entusiasmo deriva en fanatismo, y no hay modo de anunciar el Evangelio al mundo de hoy. Me temo que esto de la formación no ha sido el fuerte de los movimientos, grupos, congregaciones modernas que, a lo sumo, la han sustituido por un biblicismo acrítico o por una supuesta fidelidad al Magisterio, reinterpretado por el fundador, sin saber muy bien lo que es o no es Magisterio, ni tampoco los motivos por los que el Magisterio dice lo que dice.