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La fe, don de Dios para entender a los curas
7 comentariosUn alumno de la Facultad de Teología me envía una muestra de respuestas dadas en los exámenes por alumnos de clase de Religión. Respuestas de este tipo, que resultan divertidas y manifiestan el despiste de muchos alumnos, las hay en todas las asignaturas: “¿Qué es el Génesis? El mejor grupo de rock de la historia”; “¿Qué fue la Torre de Babel? Fue la primera escuela de idiomas del mundo”. De ahí no se deduce que los alumnos de Religión o sus profesores aprendan o enseñen mejor o peor que los demás.
Sin embargo alguna respuesta delata al profesor: “¿Cómo se convirtió San Pablo? Se cayó de un caballo por el susto que le dio Jesús”. El caballo apunta a la responsabilidad del profesor, porque es difícil que el alumno se lo haya inventado. El que se lo ha inventado es el profesor. Si alguno busca en el libro de los Hechos el caballo de San Pablo, no lo encontrará, porque no está, aunque muchos todavía se imaginan que está. Otras respuestas reflejan el ambiente social y la catequesis mundana que reciben los alumnos: “¿Cuál es el sexto mandamiento? Este mandamiento ya no se usa porque lo puedes hacer en cualquier parte”. Dígase lo mismo de esta otra: “¿Quién es Dios? Es un concepto muy difícil de definir porque como no existe no se puede decir”.
Hay respuestas que retratan los malos modos de ejercer el ministerio: “¿Qué es la fe? Un don que da Dios para entender a los curas en misa”. Es posible ver ahí el reflejo de algunas celebraciones en las que nada se entiende porque se lee mal y se predica peor. La última que ofrezco es otra denuncia que, desgraciadamente, puede tener su parte de verdad: “¿Qué es un sacerdote? En la Iglesia hay dos tipos de curas: los que creen en Dios y lo que no”. “Los que no” parece un poco fuerte. Digámoslo de forma suave: los que no resultan convincentes, los que predican de forma tan aburrida que parece que no se lo creen, los que en vez de predicar sobre cómo se cumple hoy el Evangelio, hablan de lo malo que es el Gobierno.