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La familia desconocida de Jesús
4 comentariosTengo la impresión de que, ahora que se acerca la semana santa, encontraremos en los suplementos dominicales de los periódicos noticias más o menos llamativas sobre Jesús. Sospecho que, como en años anteriores, el tema estrella será el lienzo de Turín, sobre el que en otras ocasiones ya he manifestado mis reservas. Para no hablar de futuros, que a lo mejor no ocurren, hablo de presente. El último número de la revista “muy interesante” titula, en su portada: “La familia (desconocida) de Jesús” y dedica cinco páginas a informar sobre esa desconocida familia. La verdad es que los datos que ofrece son sobradamente conocidos. Otra cosa es la interpretación que hacen de esos datos, que también es conocida, aunque en bastantes aspectos no podamos compartirla. Pero no se trata de no compartirla por motivos de fe, sino sencillamente por motivos históricos.
En un artículo breve, como los que ofrezco en este blog, no es posible discutir cada una de las interpretaciones que ofrece la revista, pero sí poner algunos ejemplos. Decir, sin ningún argumento, que el libro de los Hechos de los Apóstoles es un fraude histórico, me parece mucho decir, sobre todo cuando algunos de sus datos están confirmados por otras fuentes no cristianas. Calificar los relatos de la infancia de Lucas y Mateo de “imaginativas historias” es no entender nada de géneros literarios ni de hermenéutica de textos. Eso sí, en un recuadro ofrecen, sin decir de donde lo sacan, el argumento de John P. Meier para (¡oh sorpresa!) decir que Jesús no estuvo casado. El argumento es sencillo: a la vista de los datos abrumadores sobre la parentela y las amistades de Jesús que ofrece el Nuevo Testamento, el silencio sobre su esposa resulta cuando menos extraño.
La mayor parte del artículo de “muy interesante” está dedicado a los “hermanos y hermanas de Jesús”. Es un tema sobre el que se ha escrito mucho. Voy a ofrecer, sin poder entrar a fondo en el asunto, lo último serio (insisto: serio) que he leído: la expresión “hermano” de Jesús no habría que entenderla a partir de los relatos de la infancia, sino a partir del grupo post-pascual, reunido alrededor de la familia de Jesús o dentro del ambiente de las primeras comunidades cristianas. De modo que la expresión “hermano” de Jesús podría ser incluso una especie de título honorífico. Insisto: ni entro ni salgo en esta interpretación que me parece nueva o, al menos, poco conocida, pero les informo de lo último serio que he leído.