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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

1
Sep
2010

La afectividad de Jesús

22 comentarios

Jesús, dice el Vaticano II, amó con corazón de hombre. Si amó con corazón de hombre su afectividad y sus sentimientos debían parecerse mucho a nuestros afectos y sentimientos. En Jesús podemos ver, de forma viva, concreta y existencial, lo que significa amar, a saber, sentirse atraído por otras personas, sentirse triste con las penas de los amigos, buscar con pasión el bien del amado, o vivir la alegría de saberse querido. Todo eso se puede ejemplificar de forma tan edulcorada que no remueva ningún sentimiento, o de forma transgresora, con el riesgo que eso conlleva de que le tilden de herético o, cuando menos, de irrespetuoso. ¿Pero no tiene algo de rompedor, de herético e incluso de sin razón el amor?
 

C. Spicq, exegeta que hoy muchos calificarían de conservador, habla del amor de Jesús por Juan, que él identifica con el “discípulo amado” en términos de ternura e intimidad, confianza y generosidad. Al notar que este discípulo “reposaba en el seno” de Jesús, lo entiende como “el signo de la ternura, del desahogo y el afecto más íntimo, como el de la mujer en los brazos de su marido”. ¡Sorprendente humanidad de Jesús! ¿Y qué decir de los amoríos de Jesús con una mujer pecadora, una de esas que tienen un master en soledades y nos llevarán la delantera en el camino hacia el Reino? ¿O de la escena que montó otra pecadora pública bañando sus pies en lágrimas, enjugándolos con sus cabellos, cubriéndolos de besos y ungiéndolos con perfume? ¡Qué desvergüenza! ¡Cuánta vida!
 

Cuando María y Marta comunican a Jesús la muerte de su hermano, lo hacen con estas palabras: “el que amas”. “El que amas” es más que nuestro hermano, más que tu discípulo, es objeto de tu afecto. Al saber la noticia, Jesús se muestra desolado, deja correr sus lágrimas, no puede contener su emoción, de modo que los testigos, conmovidos, concluyen: “¡cómo le amaba!”. Jesús ama en el sentido más real del término. Su corazón se afecta y siente físicamente la pena de aquellos a quienes ama. Podríamos seguir. Y hablar de los flirteos de Jesús con una samaritana, junto al brocal de un pozo, de su presencia en bodas donde corría el buen vino, o de sus comidas con Zaqueo. Gestos concretos de amistad, cercanía, ternura, afecto, sensibilidad, afectividad. ¡Y pensar que a veces tratamos de reprimir esos sentimientos en nombre de Jesús!

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perpetuo socorro
1 de septiembre de 2010 a las 11:33

¿Pero porque eso es malo? A mi me parece lo natural, el ser "amoroso" con todos, aunque hay quien te malinterpreta y se cree que buscas algo. No se, pienso que hay que demostrar afecto y eso es bueno. Jamas hay que reprimirlos, mejor reprimir el odio y la envidia.
Aunque, no se, ultimamente hay gente que le sabe mal que yo vaya con una risa de oreje a oreja y me dice que me rio de el. ¿Porque no abrazar y besar a quien ves que sufre aunque casi no lo conozcas? A mi me resulta mas facil que hablarle. Una imagen vale mas que mil palabras. NUnca reprimir los afectos y el amor que sentimos hacia los demas, para mi eso es un pecado mortal. Jesus lo hacia.

Bernardo
1 de septiembre de 2010 a las 14:01

Cuándo entenderemos que si Jesús no era "verdaderamente hombre" de nada nos serviría su vida y su acción. Es necesario recordar cuantas cosas nos has indicado en este precioso post y amar a Jesús como fue y como es, ahora a la derecha del Padre.

ah...l'amore...!
1 de septiembre de 2010 a las 14:11

Muy oportuno el tema que traes Martín, en este tiempo de búsqueda, en que se observa la tendencia a separar religion de espiritualidad. O teología de mística. El mismo error de tiempos anteriores. Jesus nos muestra que una espiritualidad que no conduce a la vida, a la felicidad, a la plenitud de lo humano, no es cristiana.Jesús fué un hombre feliz. Amó y sufrió, porque quien se implica en el amor, en la vida, goza y sufre. Fuerte el amor como la muerte, cuando hay que decir adión, cuando hay que elegir entre dos opciones deseables. Los momentos de éxtasis, son momentos de eternidad en el tiempo. Momentos.

En los evangelios se plasma todos los matices del eros-agapé en la vida de Jesús: Jesus amaba la vida,hacía felices a quienes le rodeaban.Amaba a las personas, de uno en uno. Amor personalizado que se hizo todo a todos...y todas.

Jesús es la fuente de la nueva espiritualidad emergente, que nos habla de inteligencia espiritual, de la importancia del Espíritu en nuestro crecimiento como personas. En Jesucristo confluyen las diversas sensibilidades del hombre en su búsqueda espiritual. En la búsqueda de la felicidad.

miaumiau
1 de septiembre de 2010 a las 19:51

Jesús acoge, expresa. comunica, actuaba con las personas, que se encontraba desde la actitud del amor, nó disociando ni separando aspectos humanos y aspectos espirituales...Ama a la persona completa, con sus afectos y sus defectos..¡no es esto parte del amor? ....en cada uno el amor se expresa de una manera, por que cada persona es única..dice el Evangelio.. en una de sus contestaciones.. a aquella mujer de la vida.. es perdonada..porque ha amado mucho...los mejores momentos de los evangelios...su humanidad y espiritualidad unidas, el amor único de Jesús,como tu dices amor personalizado, que nos renueva en ese continuar amando y salvandonos..feliz estancia en Roma...

mariae
2 de septiembre de 2010 a las 00:09

No me queda más que decirle ¡Fantástico! ... qué cierto todo lo que usted escribe, que liberador. He quedado gratísimamente impresionada con sus palabras ..

JE
2 de septiembre de 2010 a las 00:41

BONITO ARTICULO.
ASI ES COMO AL RESTO DE LAS PERSONAS HAY QUE DIFUNDIR EL MENSAJE DE JESUS.

buscador
2 de septiembre de 2010 a las 01:06

Ahora sí que me has sorprendido. Gracias, profesor, por esta reflexión. Como soy todavía joven el mundo de los sentimientos me asusta porque no sé dónde está el límite de lo politicamente correcto, pero Jesús se ve que no se paraba en pormenores. Tenía la mirada limpia. Como veo que es la suya y la de los comentaristas, todos muy acertados. Saludos

Paul T
2 de septiembre de 2010 a las 17:01

Permítame expresarme con un cierto populismo..... OLE, OLE, Y OLE!! que ojalá mucha gente lea este blog...y de todas las tendencias eclesiales...(que seguro lo leen)
gracias Maestro, Dios le de mucha salud..

Desiderio
2 de septiembre de 2010 a las 19:39

A mi también me parece que tendemos a destacar lo intelectual sobre lo afectivo, cuando son dos facetas intrínsecas al ser humano. No se trata de centrarnos sólo en una desestimando la otra. Un ser eminentemente racional se me antoja como un pequeño dios –o un pequeño monstruo- totalmente abstraído de los demás, aislado en sus disertaciones. Y un ser eminentemente afectivo se me antoja un veleta, un pasional que muchas veces no sabe hacia dónde tiene que ir centrado como está en sus tempestades sentimentales. Como dice “Buscador” a veces nos da miedo escuchar a nuestros sentimientos por entender que nos podemos dejar llevar por ellos. Es verdad. A lo mejor el hombre debe actuar de forma orgánica intentado acoplar y asumir esas dos realidades que lo constituyen, integrándolas en esa unidad que es él mismo, que somos nosotros mismos. Debemos escuchar a nuestra mente, pero también a nuestro corazón, en perfecta armonía y complemento. Hay “razones” que sólo el corazón entiende.

gracias por tus cronicas
3 de septiembre de 2010 a las 08:14

Gracias Martín Gelabert por tus Crónicas sobre el Capitulo general. Objetivas y sintientes. Te agradecemos tu esfuerzo . La cercanía es mutua. Oramos con y por vosotros, dominicos.

“Caminemos pobres, libres, fuertes y amorosos hacia Cristo, cumpliendo nuestra misión de predicar el Evangelio y el deber que deriva de las circunstancias en que nos encontremos” Carlos Azpiroz OP

espacio interactivo
3 de septiembre de 2010 a las 08:21

¿Sería posible, Martín, que habilitarais un espacio para lectores de las crónicas del capítulo donde poder dejaros comentarios?. Favorecería la interacción de quienes os leemos desde cualquier lugar del mundo. No todos utilizan facebook o twitter, u otras redes sociales.

Cordiales saludos

perfil democrata y dominicano
3 de septiembre de 2010 a las 12:20

Jesús practicaba la democracia fraterna entre quienes le seguían.
Todo un ejemplo para la Iglesia de hoy, algo dada al hieratismo estructural, la democracia de que haceis gala los dominicos. Tu crónica, Martín lo refleja con claridad.

Gracias por tu crónica. Nos haces llegar algo de ese aire fresco y demócrata del Capítulo. Animar, escuchar y amar. A tener en cuenta. Se diría que estás entre quienes dan el perfil....¿no? ¡ sorpresas te trae la vida...!

desde el claustro
3 de septiembre de 2010 a las 21:18

Gracias P.Martín por tus crónicas. Fantásticas como todo lo que escribes. Buen "ojo" el de la JIP que nos regala este cronista de lujo.

Blanca Marina Rojas S
19 de noviembre de 2021 a las 14:26

Genial esta interpretación porque hemos deshumanizado a Jesús, lo hemos espiritualizado tanto que lo creemos un ser extra-terrestre.
Gracias por esta interpretación porque comulga con mi manera de pensar y de sentir de Jesús. Creo que es el sentido de la Encarnación.
Muchas gracias.

Valero
26 de noviembre de 2021 a las 09:07

Creo que como hace 2000 años, no nos cabe en la cabeza que el Dios Trinitario se encarnase hasta ese punto en Jesucristo. Me cuesta aceptar que Jesús me ama de forma humana y plena, quizá porque a veces olvido que lo propio del ser humano viene de Dios, que el AMOR es divino, que soy impronta de Dios, que Él me ha creado, que de Él vengo y a Él voy. Gracias Martín

Neus
27 de noviembre de 2021 a las 13:17

Gracias siempre. Gracias por recordarnos que la humanidad de Jesús no le hace menos Divino.

Valero
27 de agosto de 2022 a las 15:30

Gracias Martín por recordarme que Jesús tenía el más genuino de los rasgos humanos: el amor. Esto me ha hecho pensar que si Jesús amó así, y él verdaderamente reveló el rostro del Padre, esto significa que Dios mismo tiene algo de humano lo que significa que todo lo humano tiene algo de divino, porque a su imagen fuimos hechos.

juan garcia
27 de agosto de 2022 a las 16:44

"Dios y hombre verdadero", afirmamos en el Senor mio Jesucristo.
Si es Dios y Hombre verdadero su naturaleza es verdaderamente divina y humana, y su comportamiento tiene que ser divino y humano perfectos, perfectos sus sentimientos y emociones, su amor por los pobres de este mundo. Gracias, fray Martin.

Marcela Díaz
27 de agosto de 2022 a las 19:01

Muchas gracias hermano Abrazos fraternos llenos de Bendiciones saludos desde Córdoba Capital

Galarza Adriana
27 de agosto de 2022 a las 19:52

Debemos desaprender para volver a aprender, que Jesús también fue hombre y como hombre tenía sentimientos, emociones. Gracias P. Martín por sus textos enriquecedores.

juan garcia
6 de junio de 2024 a las 15:38

Una "conducta amorosa" se espera de Jesús en sus manifestaciones diarias. Si el hacer sigue al ser, y siendo amor
su naturaleza (Dios es amor), no podía ser de otra manera. Sus encuentros con los enfermos, los pobres, los pecadores, están cargados de amor sin límites. !Qué suerte tuvieron los que participaron de la presencia del Señor Jesús! Ygualmente qué suerte los que participamos en la Eucaristía. Gracia, Señor. Gracias, fray Martín.

María
6 de junio de 2024 a las 23:51

Lo de los amoríos de Jesús con una mujer pecadora y los flirteos con la samaritana me parece errado

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