Abr
Especulaciones sobre el nuevo Papa
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El lunes de Pascua murió Francisco. La noticia de su muerte fue portada, con grandes titulares, de los periódicos del día siguiente. Y, junto con la noticia de su muerte, también, en la mayoría de las primeras páginas, con caracteres destacados, se especulaba sobre quién podía ser su sucesor. El asunto del sucesor interesa. De hecho, mucha gente me ha preguntado quién pienso yo que saldrá elegido en el próximo Cónclave. Dudo que la mayoría de esas personas tengan suficiente información sobre los cardenales para poder hacer una valoración adecuada. Los periódicos sí que hacen valoraciones, algunas condicionadas por su línea editorial.
No hablemos de lo que se dice en redes sociales y algunos blogs que pululan por la red, en los que hay de todo, como no podía ser de otra forma, aunque en algunos casos lo que hay es falta de respeto con el Papa difunto. Y lo digo de una forma elegante. Y cuando hacen pronósticos sobre el nuevo Papa, me temo que confunden sus deseos con la realidad. Eso dejando aparte que atribuyen a sus candidatos ideas en las que seguramente ellos no se reconocerían. Hasta las casas de juego hacen lo que no tiene nada de cristiano, a saber, apuestas sobre quién será el nuevo Papa.
Estoy convencido de que el elegido continuará la línea de su predecesor, con algunas características propias. Es lo que ha ocurrido con todos los Papas. Ninguno descalifica a su antecesor. Todos dicen continuarlo. No quiero arriesgarme a hacer pronósticos, pero aún así aventuro que una de las primeras decisiones del nuevo Papa va a ser continuar con el Sínodo y, por supuesto, dejar claro que el año jubilar continúa con el ritmo ya empezado. Porque en la Iglesia no hay rupturas. Hay estilos distintos, en función de las personas, como es lógico y normal. Pero lo fundamental permanece.
En vez de especulaciones sobre quién será el nuevo Papa, lo que ahora toca es dar gracias por la vida y el magisterio de Francisco, convencidos de que Dios guía a su Iglesia y, con sus fallos y deficiencias, porque está formada por seres humanos frágiles y pecadores (empezando por el Papa), la sostiene para que siga anunciando a las personas de cada época y lugar la buena nueva del Evangelio de Cristo. La referencia de los cristianos no es una ideología, sino un hombre de carne y hueso, con sus manías, un pobre hombre vestido de blanco, pobre en relación con Aquel del que es Vicario, pobre como esos pobres hombres que somos nosotros, pero signo viviente del Verbo que se ha hecho uno de nosotros.
La elección de los últimos Papas (sobre todo de Juan Pablo II y Francisco) fue una sorpresa. Es posible que en esta elección tengamos otra. Y un asunto más: una cosa son los cardenales con derecho a voto, y otra los que están en condiciones de desplazarse a Roma, que serán algunos menos. Y a propósito de esos cardenales que no podrán estar en el Cónclave, ¿qué es lo que preocupa a algunos? Si están en uno u otro bando, según sus clasificaciones políticas, trasplantadas al ámbito eclesial. ¡Penoso! Todo muy penoso.