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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

23
Mar
2013

En la Eucaristía no se celebra la Última Cena

15 comentarios

Cuando se acerca la Semana Santa hay quienes se complacen en recordar la relación de estas celebraciones con la Pascua judía. Más aún, algunos dan una gran importancia al hecho de que Jesús, el jueves santo, celebrase la Pascua judía y fuera precisamente durante esta celebración cuando se instituyera la Eucaristía o Pascua cristiana. De hecho, en la liturgia del Jueves Santo la primera lectura, del libro del Éxodo, recuerda precisamente la Pascua judía; y como las lecturas de la liturgia parece que están relacionadas, es fácil caer en la tención de pensar que esta primera lectura es el antecedente de lo que se recuerda en la segunda lectura que relata la tradición eucarística que “procede del Señor”.
 

Hoy, los exegetas y los teólogos no se ponen de acuerdo sobre si aquella Cena, que se conmemora el jueves santo, fue una cena pascual o una cena de despedida. En lo que sí parecen estar de acuerdo es que los relatos sobre aquella cena llevan el sello de la práctica litúrgica. Más aún, estos relatos interpretan las palabras de Jesús sobre el pan y el vino como una institución: lo que allí sucedió debía continuar en las comunidades de discípulas y discípulos de Jesús. Y ahí surge una pregunta decisiva: ¿qué es exactamente lo que el Señor ha mandado celebrar y repetir? Joseph Ratzinger responde claramente: lo que el Señor mandó repetir no fue la Cena pascual (suponiendo que fuera eso lo que él celebró), ni tampoco su última comida en la tierra antes de su muerte. El mandato se refiere sólo, dice Ratzinger, a aquello que constituía una novedad en los gestos de Jesús de aquella noche: la fracción del pan, la oración de bendición y acción de gracias y las palabras sobre el pan y el vino.
 

En otras palabras: lo que la Iglesia celebra no es la última cena de Jesús, sino lo que el Señor ha instituido durante la última cena. No celebramos lo que Jesús celebró, sino lo que Jesús hizo durante aquella celebración. De hecho, en las primeras comunidades cristianas, la Eucaristía iba precedida de una cena. Pero debido a los abusos que esto terminó acarreando, a saber, que en la cena había distinciones entre los comensales, los ricos comiendo bien y los pobres comiendo humildemente (encontramos un buen testimonio de esto en la primera carta a los Corintios), debido a estos abusos, digo, ya desde muy pronto se separó la “cena del Señor” y la comida normal, convirtiendo la cena del Señor en una liturgia. Y ahí continuamos hoy, con una liturgia, memorial de la muerte y resurrección de Cristo. Precisamente por eso, su “día” ya no es el jueves, sino el domingo, día en que Cristo resucitó.

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Polibio
23 de marzo de 2013 a las 14:51

Siempre me sorprende la tranquilidad con que se argumenta: "como había abusos, se separaron y quedó en una liturgia". En vez de hacer claro que se debía repartir entre todos, para no molestar a nadie, se encuentra la "solución": los ricos siguen comiendo bien, los pobres pasando hambre, pero cada uno por su lado... Porque la opción hubiera sido, seguramente, perder a muchos de los ricos. La verdad, me da escalofríos, porque ponemos en la raíz de nuestra celebración un acto claramente antievangélico, ¿no le parece? Saludos.

Juan
23 de marzo de 2013 a las 15:30

Como discípulos de Jesús, necesitábamos una respuesta clara a aquellas afirmaciones: "mi cuerpo es verdadera comida, mi sangre verdadera bebida". Las palabras de Jesús sobre el pan y el vino son una aclaración para aquellos que se escandalizaron y siguen escandalizando: "Señor mío y Dios mío".

Maria, 23/3/2013
23 de marzo de 2013 a las 19:23

Con otras palabras. La iglesia celebramos una buena noticia y está es de resurreción no de muerte como es poner zancadillas a un hermano
O mirar lo que me convine.
Por cierto.para que puedas discernir bien nunca lo hagas con rectitud sino con una medida justa.Y ya sabes hermano....esta es como a ti mismo.Saludos a Eteban y VicenteBotella

Antonio lópez Sernández
23 de marzo de 2013 a las 19:34

Es la institución sacramental del AMOR: se da todo a los demás. El amor no es muerte, sino vida, resurrección.... felicidad por la posesión del Amado. Amando al prójimo, amamos a Cristo. No sólo lo imitamos: vivimos al mismo Cristo. Vivimos la fe. Es fe viva, es amor confiado, es esepranza real, que se actualiza o realiza amando...

Agradecido
24 de marzo de 2013 a las 01:49

Lo penoso es ver cómo ciertos progres católicos, algunos grupos de parroquia, de estudiantes de teología, también religiosos, se dedican estos días a celebrar una cena judía, al estilo judío, con hierbas amargas, cordero, con candelabros, y todo ello rememorando algo que no tiene sentido para un cristiano. Una moda de querer ser más bíblicos que nadie, más papistas que el papa, pero sin duda ridículo.

renovación
24 de marzo de 2013 a las 11:28

Nacerá un renuevo del tronco de Jese. Jesús nació judío y murió judio. Con su muerte y resurreción instituyó algo nuevo. El Cristianismo. Si Cristo no resucitó vana es nuestra esperanza. Antiguo y Nuevo Testamento son continuidad, no compartimentos estancos.

Que celebremos esta Buena y Santa Nueva llenos de gozo en este nuevo tiempo eclesial.

Y en el espíritu del Papa Francisco, en la paternidad del mismo Dios, felicidades a nuestros hermanos judíos que mañana inician la fiesta de Pesaj. Y a quienes celebran este tiempo de renovación,la naturaleza comienza a florecer. Primavera. Que de una forma u otra nos renovemos por dentro, siendo custodios unos de otros.

maria
24 de marzo de 2013 a las 22:17

Hola. Soy maria quiero aclararte que mi comentario es el que has puesto en el de Antonio Lopez.

jose mª esteve,op
25 de marzo de 2013 a las 13:15

Agradecido: En las parroquias de zonas populares, sin apenas clientela, que lo prioritario es buscar trabajo y alimentar la familia,los estudiantes,los frailes sin "nivel" hacen lo que pueden para anunciar a Cristo Resucitado.
Lo sensato deben ser los oficios en la fraternidad de S. Vte. Ferrer en Chémeré-le-Roi y el sumun de la sensatez la Abbaye du Barrou.
Te deseo una Santa Pascua con una rendija de aire fresco y sandalias franciscanas.

Marceliano de Garganta y Sauras de Híjar
26 de marzo de 2013 a las 00:24

Martin, el evangelista Lucas se caracteriza por unir todos los pasos de Jesus al cumplimiento de la Ley y de los Profetas. Es una de las primeras lecciones de una hermenéutica introductoria de los Sinópticos. A continuación, suele señalar en qué avanza la nueva Ley, la nueva Alianza. Los teólogos, pongamos un tal Tomás de Aquino, pero desde los Padres es lección reiterada, suelen repetir aquello que el napolitano acuñó en oro: In supremae nocte coenae recumbens cum fratribus. Observata lege plene, para añadir que el nuevo alimento es su carne y su sangre, dado la cena de aquella noche. Las verdades simples no precisan necesariamente contigencias que sólo parecen enredar porque, a la postre, se reconocerá que aquella cena postrera (pues no hubo otra más) fue clave para el mensaje revelado, uno con su emisor, Cristo. Propuso un obispo vasco, Olaechea, en el Vaticano II, apoyado en informe razonado que le suministró su teólogo adscrito Sauras García, que el Viernes Santo hubiera Misa, pues era nada menos que una primera parte de la redención, la Muerte. No tuvo suerte. Pero Sauras tuvo la gallardía de retirarse discretamente, sin armar ruido ni bulla. En fin, Martín que tenga suerte.

lino macasti
28 de octubre de 2013 a las 20:04

agradezco a cada uno de los que participan exponiendo su comentario en verdad mil gracias.
pero quisiera que me ayudaran a entender.
1. porque Jesús nuestro Señor, llevo a cabo la fracción del pan en una casa y no en una sinagoga ( u templo).?
2.porque en las Sagradas escrituras no se especifica que fue la ultima cena?
3.porque en la biblia no se encuentra una celebración eucarística con cada uno de los apóstoles.? a acepción de pablo que lo menciona una sola vez.
gracias por permitirme expresar estas dudas, espero no cause molestia t pueda tener una buena respuesta.

Martín Gelabert
28 de octubre de 2013 a las 20:25

Para lino macasti: Le agradezco mucho su participación en el blog. Este es un post un poco antiguo y probablemente muy pocas personas leerán sus preguntas y mi respuesta. Dado su interés, le respondo: 1) Jesús no celebró su cena de despedida en una sinagoga o templo, porque las cenas se celebran en las casas y no en los templos; y porque la cena pascual los judíos también le celebraban en las casas. 2) en las Escrituras sí se dice que fue una cena de despedida o, al menos, se da a entender con claridad. 3) En el Nuevo Testamento no se habla de ninguna celebración eucarística con cada uno de los apóstoles, porque de lo que se habla es de la comunidad cristiana que celebraba la Eucaristía y que entonces presidía bien un apóstol, bien el responsable de la comunidad. Y, en todo caso, sería lógico que se hablara de eucaristias presididas por los apóstoles si tuviéramos escritos o cartas suyas, pero no tenemos esos escritos.

Anónimo
26 de marzo de 2014 a las 19:01

excelente artículo. Por supuesto que no se celebra la última cena, sino el sacrificio incruento; en la última Cena, Jesús todavía no era el Cordero Inmolado; en la Última Cena no hubo Transubstanciación. En la Última Cena se instituye el Sacramento. El Sacramento de la Eucaristía se celebra a través de la acción litúrgica: la fracción del pan, la oración de bendición y acción de gracias y las palabras sobre el pan y el vino.

Anónimo
2 de noviembre de 2016 a las 00:57

si me gusta pero no encontre lo q buscaba

Macario
5 de abril de 2023 a las 23:20

Según la cronología de los sinópticos, la última cena fue una celebración de la Pascua Judía. No como en el caso del relato según Juan. No es cuestión de la exégesis, como pones en tu post meditativo y sugerente. Más bien es cuestión de la intención de los evangelistas. Gracias por tu post que ayuda a ahondar en estos días. ¡Feliz Pascua!

m.a.antolisegura@gmail.com
6 de abril de 2023 a las 11:44

Fray Martín, leo artículos sobre este tema y cada vez se queda más difuminado el concepto de presencia real de Jesucristo en el pan y vino consagrados.
¿Eucaristía es comulgar con la vida de Jesucristo...o comulgar con Jesucristo y a Jesucristo?.
Muchas gracias.

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