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En el principio existía la comunicación
7 comentariosMucho se ha discutido sobre el mejor modo de traducir las primeras palabras del cuarto evangelio: en arje én ó lógos. Exactamente, ¿qué es lo que había en el principio? Traducir Logos por palabra parece reductivo. Porque Logos significa verbo, palabra, razón, argumento, afirmación, relato, mandato, sentido, y también diálogo, comunicación. No sería una mala traducción decir: “en el principio había comunicación”. Esta comunicación tiene su primera manifestación en el hecho mismo de la creación. Dios “dice” y aparece un mundo bello y ordenado. La creación es el resultado de la palabra de Dios.
La obra creadora alcanza su culminación en la aparición del ser humano, creado a imagen de Dios, precisamente para poder ser el interlocutor de Dios. La Palabra de Dios culmina su obra con la aparición de un ser “lógico”, capaz de responder. La comunicación se convierte así en diálogo. Con la aparición del ser humano se hace posible la reciprocidad y, por tanto, el amor. La capacidad de acogida y de respuesta al amor divino por parte del ser humano, hace posible el misterio de la Encarnación del Verbo. La Palabra, salida del seno del Padre, se hace encuentro personal con el hombre. La Palabra eterna inicia una peregrinación humana, no retiene su categoría de Dios y toma la condición humana en un gesto inaudito e insuperable de solidaridad.
La acción comunicativa de Dios en la Encarnación se prolonga en la comunicación interhumana. Cada vez que nos abrimos al hermano, cuando acogemos y somos acogidos, cuando hacemos de nuestras vidas una mutua hospitalidad, prolongamos la comunicación divina en nuestra historia presente. Contemplando el modo eminente por el que Dios se nos comunica, aprendemos lo que significa comunicación, encuentro, diálogo. “En el principio era el Verbo”, en el principio había diálogo, comunicación, para que esta comunicación continuase y se prolongase por todos los confines de la tierra.