Abr
El velo islámico
6 comentariosPrimero la sacaron de clase, no del Instituto; luego la admitieron de nuevo en clase hasta que el Consejo Escolar decidiera si cambiaba el Reglamento. Finalmente tendrá que buscarse un nuevo Colegio porque el Consejo Escolar no ha modificado la norma que dice que en el Instituto “Camilo José Cela” de Pozuelo de Alarcón se prohíbe que los alumnos asistan a clase con la cabeza cubierta. La norma fue pensada para que los chicos no llevasen gorras dentro de las aulas, pero se ha aplicado al velo islámico que Nawja decidió ponerse y no quitarse. Otras compañeras, españolas de origen marroquí como ella, se han solidarizado, poniéndose el velo a la entrada y a la salida del Centro escolar, pero quitándoselo dentro del aula. No sé si estas chicas sabrán que en el país de origen de sus padres se está expulsado en las últimas semanas a misioneros cristianos y que, en Marruecos, un conflicto con la autoridad se soluciona más expeditivamente que en España. Pero nosotros, los españoles, debemos reaccionar en función de nuestras convicciones y no en función de lo que hagan los vecinos.
A la hora de reaccionar, podría ser útil recordar que el pañuelo sobre la cabeza de las mujeres tiene raíces bíblicas. San Pablo dice que las mujeres deben cubrirse la cabeza como señal de sujeción (1Co 11,10). Eso que, cuando lo hace una cristiana, ya no parece señal de sumisión, parece signo de sometimiento si lo hace una musulmana. A mi entender, lo mejor que podemos hacer frente al velo islámico es primero respetarlo, luego no darle importancia y finalmente, si podemos, hacer una labor pedagógica, dejando claro que, quien se lo pone, debería hacerlo desde la más absoluta libertad. Y si conocemos algún caso de alguien que es forzada a llevarlo, denunciarlo. La labor pedagógica podría también notar que cuando los símbolos religiosos se absolutizan (pero ahí entran todos los signos, cristianos incluidos) pueden convertirse en ídolos, pues solo Dios es Absoluto. Los signos religiosos son importantes; cuando se absolutizan, en un sentido o en otro, pierden su sentido profundo y, a veces, desgraciadamente, se convierten en motivo de conflicto.