Ene
El terremoto, el antes y el después
8 comentariosTengo varios alumnos de la República Dominicana. Les acabo de preguntar si el terremoto que ha asolado Haití ha afectado a sus familias y conocidos. Gracias a Dios, todos están bien. Parece que cuando los conocidos están bien, todo está bien. Y no es así. No todo está bien. En Haití están muy mal. La naturaleza ha golpeado con mucha fuerza, con demasiada fuerza, tanta que hasta los ricos, que siempre están mejor protegidos, se han visto también afectados (el Palacio Presidencial, el edificio de la ONU, el palacio arzobispal).
Acontecimientos como este nos hacen caer en la cuenta de los límites de la naturaleza y de la fragilidad humana. Pero también deberían hacernos pensar en los motivos humanos que explican que las catástrofes naturales afecten siempre a los más pobres: los pobres no pueden construir casas antisísmicas, no tienen reservas de alimentos, de medicinas o de mantas para aliviar los males una vez producidos, no tienen hospitales en condiciones. No tienen nada.
Peor aún: el primer mundo, con sus expolios, sus invasiones, su apoyo a gobiernos corruptos, sus guerras, sus ayudas muchas veces condicionadas a la compra de armamento, no contribuye al desarrollo de estos países. Ahora los Estados Unidos y la Unión Europea dicen volcarse en ayudar a Haití. Bienvenida sea toda la ayuda. Esperemos que llegue a donde tiene que llegar. Pero, ¿y después qué? Dentro de unos días o semanas, cuando el terremoto ya no sea noticia, ¿nos preocupará la ayuda al desarrollo o seguiremos como siempre, con ayudas simbólicas y condicionadas?