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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

27
Ene
2010

El mal, interpelación multidimensional

6 comentarios

Acabo, no con mal (¡qué más quisiera yo!), sino con el tema. O mejor dicho, acaban mis reflexiones, por ahora al menos, sobre el tema del mal. Ofrezco nuevas ideas:

1) Jesús, al final de su vida, antes de la cruz, tiene que contestar a esta gran pregunta: ¿Y después de la muerte qué? Por qué el mal, por qué la muerte: he aquí las grandes preguntas, las últimas preguntas a las que debe contestar Jesús. A pesar de todos sus discursos, a pesar de toda su actuación, quedaban las grandes preguntas por contestar. Más aún, Jesús muere en la cruz preguntando lo mismo que le han preguntado: ¿Dios mío, por qué me has abandonado? ¿dónde está Dios ante el mal, el sufrimiento y la muerte? Quiere esto decir que posiblemente ante el mal y la muerte hay muchas preguntas. Respuestas, pocas y malas.

2) El mal no solo es una interpelación multidimensional, en el sentido de que tiene muchos rostros, muchas causas. Es también una tarea multidisciplinar, en el sentido de que compete a muchos ámbitos de la existencia. El mal tiene una dimensión ética, pero también técnica, política, económica, médica, antropológica, y también teológica. Ante el mal es importante luchar con todos los recursos posibles e implicar todas las posibilidades.

3) En este tema del mal nos jugamos la credibilidad de la Iglesia y de la fe cristiana. No tanto en la respuesta teórica que la Iglesia puede dar ante el mal, sino en la praxis que adopta ante el mal y que empuja a adoptar a sus fieles. ¿Qué clase de Dios es ese que nos deja pasivos ante el mal o qué clase de Dios es ese que nos impele a luchar contra el mal?

4) El discurso sobre el mal no va dirigido a los que colaboran con el mal y lo practican, pues esos difícilmente van a cambiar. El discurso sobre el mal pretende suscitar la esperanza de los creyentes en el bien, despertar sus fuerzas, y sostenerles en su lucha, animándoles a continuar en esta disposición. El discurso de la Iglesia sobre el mal no es un discurso dirigido a los malos (digo a los malos, no a los que padecen el mal), sino dirigido a los buenos.

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catalina
27 de enero de 2010 a las 11:27

Efecivamente, Jesus en la cruz padecio el abandono mas absoluto, hasta del Padre. Y solo gusrdo silencio. Por eso, ante el sufrimiento sobran las palabras, que no sirven de nadani aclaran nada. Lo que hay que hacer es actuar, y estar al lado del que sufre.

Azucena
27 de enero de 2010 a las 21:43

Jesús también dijo en la Cruz, "perdónalos porque no saben lo que hacen"...
El discurso de la Iglesia debería ir dirigido a los malos, porque un "médico" no cura a los sanos sino a los enfermos y aunque fortalezca a los primeros.

Anónimo
28 de enero de 2010 a las 03:45

De acuerdo completamente; el mal como interpelación multidimensional: El universo material, administra con leyes naturales la compresión de los desastres que padece. El universo mental, manifiesta sus capacidades para negociar los efectos negativos y paliarlos con la emergencia de nuevos valores que nos estimulen. El universo espiritual, el más abstracto de los tres, tal vez el más indefenso pero indiscutiblemente el más preparado en la praxis para interactuar en nombre del bien. Estos tres universos citados corresponden a otras tantas dimensiones en las que las diferentes disciplinas conviven con la holgura propia de quien no se detiene en enfrentamientos entre fe, razón y estado de ánimo. El magisterio de Jesús fue multidisciplinar al mostrarnos el coraje del guerrero; ni los herodianos, ni los romanos, ni los fariseos lograron herirle algo más que el cuerpo.

su chico
28 de enero de 2010 a las 23:50

Azucena... ¿Quién sabe lo que sabes?¿Quiém puede atreverse a saber saberlo?
¿Quién se reconoce enfermo?¿Quién sabe reconocer al enfermo... y curarlo... y amarlo? Sobre todo, amarlo; que es la mejor (¿y única?) forma de curarlo.
Los sabios de este mundo saben de enfermedades y de muertes.
No de Salud y Vida.
¿Viste "la Misión"? Refleja el saber de este mundo: Por tus ideas puedes matar o dejarte matar. Ello es malo. Y solo uno es Buemo: El que ama. Por eso da Vida

Catalina... Creo que una cosa es sentirse abandonado de Dios (muerte efectiva)
y otra muy distinta que Dios te abandone. Jamás lo hará; ésta es mi/nuestra fe.
Cristo Hombre debía "gustar" la muerte. Cada cual le ponga a ésta los adjetivos que guste

Un abrazo, mis amigas

Pd. Si no es oportuno o adecuado que me dirija y apele a personas concretas en este blog, háganmelo saber; por supuesto que mi intención es aportar... y tal vez, ser original; y atrevido.
Eso sí, deseo hacerlo con sencillez y respeto a la moderación que consideren necesaria o incluso obligada. (Aunque esta última espero que no)

Azucena
29 de enero de 2010 a las 21:49

Gracias por tus reflexiones, vere "la misión" en cuanto pueda.
El médico al que me refería utiliza Amor como medicamento y Misericordia como analgésico.
Saludos.

J. García
19 de febrero de 2020 a las 17:58

"¿Dónde está Dios ante el mal, el sufrimiento, la muerte?"_ Yo diría que está en el lado opuesto. Por tanto, nuestro interrogante no llega al lado de Dios. Tenemos que interrogar a otro "sujeto" causante.. Si tratamos saber sobre el bien, la vida.., humildemente y con paciencia debemos esperar hasta el último momento, la muerte, para encontrar en Dios toda respuesta. Buscar en Dios una respuesta sobre el mal, el sufrimiento, la muerte, creo yo, es tiempo perdido..El sufrimiento de Jesús es testimonio de que además de ser Dios es verdadero hombre. Y enseguida a su interrogante, pide que se les perdone "porque no saben lo que hacen": si culpamos a Dios de nuestros males, no sabemos lo que hacemos..

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