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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

31
Jul
2013

El mal en una creación inacabada

8 comentarios

A las reflexiones que, en otros momentos, he ofrecido sobre el problema del mal, añado ahora una idea sugerida por la lectura de unas páginas de Juan A. Estrada. El mal forma parte de la creación. Ahora bien, para conocer a fondo la creación, sería necesario conocer su causa última, a saber, Dios mismo. Pero Dios, por su propia naturaleza, nos es desconocido. Dios no es parte de la experiencia y la razón no alcanza a conocer lo que está más allá de la experiencia. En este sentido, el mal forma parte del misterio de la creación. Ahora bien, el universo está inacabado, todavía está en proceso (afirmación, por cierto, coherente con los datos que nos ofrece la ciencia: el universo está en expansión). No sabemos hacia dónde va ni si tiene una finalidad última.
 

Una lectura superficial del Génesis puede dar la impresión de que esté universo está acabado. Sin embargo, en la Biblia se encuentran indicios en otra dirección: hay textos que muestran a Dios luchando contra las fuerzas del mal, como si todavía no hubiera logrado su proyecto. El Creador tiene planes de futuro para esta creación. Vivimos en una creación incompleta. Dios todavía no ha logrado su objetivo de ser todo en todas las cosas, el mundo no le está del todo sometido (Heb 2,8). Por eso, el cristiano espera la redención final del hombre y del cosmos, con dolores de parto. Mientras tanto, la creación sigue sometida a la servidumbre de la corrupción (Rm 8,18-25).
 

El mal es un componente de nuestra realidad. Más que darle la culpa a Dios del mal, lo que debemos preguntarnos es por nuestra responsabilidad ante los males provocados por el hombre. En vez de imaginarnos a un Dios “permisivo” con el mal y preguntarnos por los motivos de esta permisión, lo que debemos que hacer es preguntarnos cómo luchamos nosotros contra el mal y por qué permitimos tanto sufrimiento remediable que, al menos, podemos mitigar. Todos los seres humanos deberíamos estar comprometidos en esta lucha contra el mal. Los cristianos, en el seguimiento de Cristo, tenemos un motivo más para este compromiso. Jesús no hizo elucubraciones sobre el mal; se hizo presente en el sufrimiento de la gente. Los cristianos esperamos el cumplimiento de la promesa divina de una superación definitiva del mal. Mientras tanto, movidos por el Espíritu divino, estamos llamados a sacar bien del mal, a vencer al mal con el bien. ¿De qué modo? Haciendo que el amor se haga presente en todas las experiencias humanas.

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JESÚS MONDÉJAR
1 de agosto de 2013 a las 12:03

¿PORQUÉ EXISTE EL UNIVERSO EN VEZ DE NO EXISTIR?.POR AMOR.
¿PORQUÉ EXISTE EL MAL EN VEZ DE NO EXISTIR?¿SABEN CÚAL ES EL JUGUETE FAVORITO DE LOS EGOISTAS?..¡¡¡¡ NO CAEN!!!!... EL YO-YO.EL EGOISMO DISFRAZADO DE SUPUESTO AMOR ES LA FUENTE D TODOS LOS MALES CONDIMENTADO CON EL MAL USO DE LA LIBERTAD.
LAS CATASTROFES ENTRAN EN EL SACO ,PERO SERÁ MOTIVO PARA OTRO ANALISIS.

Margarita García
1 de agosto de 2013 a las 23:14

Simplemente decir que me convence más la teología de A.T.Q en torno al mal

Isabel
2 de agosto de 2013 a las 13:06

Es cierto que,el tema me sobrepasa ,pero no por ello dejo de poner mi comentario que es el siguiente. Para mi,el mal ha sido y sigue siendo un misterio por lo tanto inabordable.EL MAL: He pensado mas de una vez en,la generosidad de Dios Padre al entregarnos a su Hijo para redimirnos y acercarnos a El a pesar del MAL.
Todo un Dios,Poderoso, tuviera que sacrificar al Hijo-también Dios,segunda Persona,para compensar al Padre por la existencia delMAL. Vino Jesucristo,hecho Hombre como nosotros,todos sabemos su terrible historia de entrega,nos redimió con SU Sangre y,nos acercó a Dios Su Padre´Dios quedó aplacado.El Mal,sigue existiendo:muerte violentas;violaciones de inocentes;hambre; guerras; etc.Pero,tenemos la poderosa arma de la entrega del Hijo,nos ha redimido y,acercado al Padre,Dios nos reconoce como hijos pero,el hombre sigue utilizando el mal,este no ha sido eliminado de nuestra existencia aunque SÏ contamos con la riqueza de haber sido reconocidos por el Hijo nuestra tabla de salvación.

co-creadores
3 de agosto de 2013 a las 14:35

Me pregunto porque Dios permitió que el Mal-en-persona se cebara con Job. El problema del sufrimiento del justo. ¿ Será que estamos llamados a ir transformando las consecuencias del mal en bien?. Que la transformación progresiva del mal en bien incluya elegir el bien haciendo uso de nuestro libre albedrío? ¿ Aprender a confiar plenamente en Dios? ¿ Esperar contra toda esperanza? ¿ No será que parte del mal lo ocasionamos los humanos por nuestros propios límites ?

Avanzando, entreviendo la luz-en-la-sombra, ayudando al Amor que sea Todo en todo y todos ?. ¿ Nos quiere Dios co-creadores en su dinamismo creativo. Aunque rotas, o recompuestas, las vasijas de barro siguen llevando en su interior el Ser Divino que nos constituye. Infinito.

Gracias fray Martín. Gozosa vacación

banalidad flotante
4 de agosto de 2013 a las 13:04

En tiempo de licuados varios en lo social, religioso y político, viene bien recordar que el mal tambien puede banalizarse. La banalización del mal, nos recuerda Hanna Arendt, prolifera en sociedades en las que el pensamiento, la reflexión, tener criterio propio,no son valores en uso. Y así seres "normales" que no se han decidido por el bien o por el mal, llevan a cabo las peores atrocidades " cumpliendo órdenes". Solo aprietan un botón. Algo banal. O una pareja aparentemente normal, en un pais europeo se ensañan con su hijo hasta hacerlo morir como en un campo de concentración. Pequeña noticia,con imágenes incluidas. Mañana olvidada. Responsabilidad licuada.

" Dejad que crezcan juntos".La espiga y la mala hierba. El Bien se abre camino en la interacción con las circunstancias adversas. El reto que nos plantea la Vida. Y que asumió hasta sus últimas consecuencias nuestro Maestro. Así será hasta el final de los tiempos. Pero exige compromiso, tomar decisiones responsables, no banales. Y sabemos por la fe que el final no es licuado. Ni banal. Esa es nuestra esperanza.

todo suma
4 de agosto de 2013 a las 16:58

Ante una persona herida lo primero es atenderle en su dolor, no explicarle el origen del mismo. En esto coinciden Buda y Jesús. Dan prioridad a la Compasión y la Misericordia con la persona. Se trata de sumar, de aunar recursos, sea cual fuere la fe o creencia que mueva a cada cual. Es nuestra responsabilidad. Sin olvidar investigar sobre las causas, para aprender de los errores. Razón compasiva en acción. Así podremos entre todos ir atajando el Mal. Que siempre hace más ruido que el Bien.

Gracias Martín, por el acento preciso.Precioso

aleluya
4 de agosto de 2013 a las 20:12


Enseigne-moi mon Dieu à bénir, à prier
Sur le mystère de la feuille morte, sur la splendeur du fruit mûr,
Sur cette liberté de voir, de sentir, de respirer,
De savoir, de souhaiter, d’échouer.
Enseigne à mes lèvres bénédiction et chant de louange
En renouvelant ton temps au matin et à la nuit
Pour que le jour d’aujourd’hui ne soit pas comme hier et avant-hier
Pour que mon jour ne soit pas routine.

Leah Godberg (1911-1970),

y saltaron los fusibles
4 de agosto de 2013 a las 20:35

La idea de Estrada me recuerda otra que afirma que una de las causas del mal se inicia con la retracción que Dios hace de Sí mismo para dejar espacio a la creación. De forma que la creación se ve limitada para " acoger " la Luz en toda su potencia. Algo así como la luz del sol que ciega si se la mira directamente. Como un desajuste entre la potencia de luz y la capacidad receptora. Podría decirse que el mal -límite de la creación formaba parte del pack, una vez Dios decidió en su infinito Amor optar por crear. Y respetar la libertad de lo creado ¿ No se habrá arrepentido? :-)). Tuvo Compasión, y al ver el desaguisado, nos envió a su Hujo. A ver si aprendemos...

Y en estas estamos, intentando realizar los ajustes pertinentes para algún día poder recibir todo el potencial Divino, sin que salte ningún termostato. El diálogo ciencia-mística- fe van actualizando nuestra comprensión, aunque siempre quedaremos a esta orilla del Misterio.

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