Jul
El gobierno de Vietnam envía flores a los dominicos
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La mayoría de mis lectores sabe que estoy participando en el Capítulo General de los dominicos, que se celebra cerca de Saigón. Es posible que muchos hayan leído las crónicas del Capítulo que se publican en nuestra página.
En este país no cristiano hay un florecimiento vocacional, que afecta a todas las instituciones religiosas. La actitud de las autoridades socialistas con la cuestión religiosa ha cambiado para bien en los últimos años. En una de mis crónicas contaba que el primer día del Capítulo vinieron las autoridades del estado, encargadas de los asuntos religiosos, para expresarnos su bienvenida y sus buenos deseos. Los representantes de los dominicos y del estado intercambiaron palabras de mutuo agradecimiento. Las autoridades para darnos la gracias por haber escogido este lugar para celebrar nuestra reunión, y nosotros para agradecer las facilidades dadas por el Estado.
Para darse cuenta del cambio, yo recordaba que, cuando hace 25 años, el Maestro de la Orden vino a Vietnam con la intención de visitar a los frailes, no se le permitió hospedarse en ninguno de nuestros conventos, y menos aún entrar en ellos. Las cosas han cambiado para bien. Y aunque los gestos a veces sólo son gestos, es de agradecer el que, dos días después de su visita, tuvieron las autoridades al enviarnos un gran ramo de flores, cuya fotografía adjunto al post. Lo hemos colocado a la entrada de la sala de plenos.
La Iglesia siempre ha buscado tener buenas relaciones con los gobernantes civiles de todos los lugares. Las diferencias (cuando las hay) no tienen porque ser motivo de enemistad. Es verdad que la Iglesia también ha tenido dificultades. En estos casos ha procurado buscar la paz y buen entendimiento. Porque lo que los cristianos queremos es vivir en paz. Y ese el motivo por el que el Nuevo Testamento recomienda a los creyentes respetar a los que gobiernan las naciones y orar por ellos (ver Tit 3,1; Rm 13,1; 1 Tim 2,1-2).