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El cuerpo sexuado, imagen de Dios
4 comentariosQue el ser humano es imagen de Dios es un dato básico de toda antropología cristiana. Lo que no siempre ha estado claro es el sentido de la palabra “imagen”. Los pensadores cristianos se han preguntado donde estaba “exactamente” la imagen de Dios. Algunos decían que esta imagen no podía estar en el cuerpo, porque Dios no tiene cuerpo. La imagen estaba, según estos autores, en el alma, en la parte espiritual del ser humano. En el cuerpo, en todo caso, habría un vestigio, una huella de Dios, pero no su imagen. Otros, haciendo una mala lectura de algunos textos de San Pablo (por ejemplo de 1Cor 11,7-9), llegaron a decir que, al menos en algunos aspectos, el varón era mejor imagen de Dios que la mujer.
Hoy la teología tiene claras varias cosas: una, que el ser humano es imagen de Dios en toda la integridad de su naturaleza. Por tanto, el cuerpo también es imagen de Dios. El cuerpo humano refleja, mejor que ninguna otra criatura, mejor que el sol, mejor que las plantas y que los animales, lo propio de la divinidad, ya que en él habita el espíritu; más aún, lo espiritual en el hombre forma un todo indisoluble con lo corporal; el ser humano es un espíritu encarnado; por este motivo, los griegos representaban a los dioses en forma humana. Otra cosa que tiene clara la teología hoy es que, ambos, el varón y la mujer, son seres humanos en el mismo grado, con la misma dignidad e iguales derechos y deberes; ambos fueron creados a imagen de Dios.
Finalmente, la teología ha cobrado conciencia de que la imagen de Dios se sitúa también en la bisexualidad, con lo que ello implica de comunicación y complementariedad. La bisexualidad expresa algo fundamental de la vida humana y divina: la comunicación interpersonal. La distinción sexual es la base biológica de algo a lo que todos nos sentimos llamados: la necesidad de encontrar alguien que nos ame, alguien con el que poder vivir en comunión y unidad. La comunión entre las personas encuentra su primera expresión en el “ser dos en una sola carne”, que decía Jesús. Dios es Amor, unión inefable de tres personas distintas, que se relacionan en una comunión sin fisuras. Esto que es Dios encuentra su mejor imagen en la comunión entre las personas.