May
El cristiano y la política
4 comentariosDebido a que no hay un programa político evangélico, los cristianos debemos adoptar una doble actitud ante las soluciones políticas: por una parte, respetar la legítima autonomía de la política; por otra, ser críticos con toda respuesta que contradiga abiertamente el Evangelio. Ser críticos no significa responder con violencia, o no reconocer a la autoridad legítimamente constituida. Los primeros cristianos, en Roma, hasta que aparecieron las persecuciones injustas que les conducían a la muerte, trataron de granjearse la simpatía de las autoridades, aunque no estuvieran de acuerdo con muchas de sus decisiones. ¡Con cuanta más razón debemos hoy los cristianos respetar a las autoridades democráticamente elegidas! Sin dejar de ser críticos, pero siempre dentro de la ley.
Surge también la pregunta sobre el papel de un cristiano en la política. Todo creyente tiene el derecho y el deber de intervenir en política. A veces, cuando uno milita en un partido político, pueden surgir problemas de conciencia que le impidan seguir, en un punto concreto, las directrices del partido. Los partidos deberían respetar la conciencia individual. Más aún, toda política digna de este nombre debe estar basada en valores y buscar lo ideal. Pero también es cierto que la política debe contar con la realidad y, en muchas ocasiones, tiene que contentarse con la solución menos mala. En todo caso, ningún cristiano comprometido con la política, puede esquivar esta pregunta: ¿qué significa la cruz en tu vida política? Esta pregunta debe responderla cada uno. Nadie puede responder por otro.