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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

14
Oct
2007

Educación y Ciudadanía

2 comentarios
“Amigo pide a Cañizares que no sea profeta de calamidades”, titula estos días un periódico digital. A mi no me alarman los titulares, pero este ha provocado que fuera a la fuente. La fuente es una carta pastoral del Cardenal de Sevilla fechada en septiembre titulada “Educación y Ciudadanía”. Naturalmente, en ella no aparece ni un solo nombre propio. Pero sí que aparece un modo distinto de enfocar la cuestión de esta asignatura que a muchos preocupa. Me place el tono y contenidos de la carta. El Cardenal está preocupado porque mantengamos nuestra identidad cristiana en el marco de una sociedad plural, democrática y pluricultural. Esta identidad unida a una verdadera calidad de la enseñanza es la mejor garantía para conseguir la formación integral de los alumnos de nuestros colegios.

Al Cardenal no le gusta “el reiterado discurso de los malos tiempos, de las inclemencias que debemos padecer, de la intemperie e indefensión en la que nos encontramos ante el acoso de leyes políticas y ambientes nada proclives a una buena educación cristiana”. Frente a este discurso condenatorio Mons. Amigo propone acciones positivas. Ninguna tiene que ver con huelgas ni objeciones. Habla, eso sí, de “trabajar por los derechos que nos asisten, sin olvidar nunca la propia identidad cristiana. Pero en un sentido abiertamente positivo”. Y propone: que los padres se ocupen y preocupen de una buena formación de la conciencia de sus hijos; conocimiento de los principios constitucionales; edición de manuales y subsidios cristianos para la educación de la conciencia ciudadana (digo por mi parte: eso es lo que se está haciendo desde FERE y espero que pronto salgan a la luz esos subsidios); formación de profesores, con idearios cristianos, de educación para la ciudadanía (añado por mi parte: siempre he pensado que esa era la clave para impartir esa y las demás asignaturas de acuerdo con los idearios católicos; y eso es lo que se hará en los colegios de FERE  y en los de otras obras católicas, aunque hasta ahora hayan guardado un prudente silencio). Y algunas otras actuaciones que invito a leer para que hagan sus aportaciones si lo creen oportuno. Se trata, según el Cardenal, de lograr una educación humana y cristiana, “sin dualismos ni alternativas”.
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JMValderas
14 de octubre de 2007 a las 21:42

Querido Gelabert, Acabo de recibir el último volumen de las Sancti Doctoris Alberti Magni...Opera Omnia, que sigue con los comentarios al Organon aristotélico: De sex principiis y Liber divisionum. Vienen como anillo al dedo a propósito de la tan traída y llevada materia legislada por los socialistas y el comportamiento heteróclito de quienes, cabía esperar, debieran tener una voz unánime. Alberto dedica un tratado al "De magis y minus" y dice dónde puede haber más y menos. Para un lógico, por muy adicto que sea a la lógica borrosa, no cabe más o menos en la verdad: un juicio es verdadero o es falso. ¿Es verdad que el derecho natural trasciende al Estado? Si es verdad, el Estado no puede transgredirlo. Por más que algunos hayan obtenido bula para saltarse la ley apliando su ideario. La lectura del Liber Divisionum albertino nos aclara, aplicada su doctrina al contexto actual, que debemos distinguir entre la norma europea que manda enseñar las leyes relativas a la constitución y al comportamiento democrático (marco exclusivo de las legislaciones europeas) y la intromisión socialista que faculta al estado para domeñar la conciencia ajena, lo hagan unos libros y otros no, lo hagan todos o no lo haga ninguno. La pastoral de la inteligencia la reconocía Benedicto XVI en la sede de Ratisbona, la sede de Alberto, elección emblemática del pensamiento al servicio de la fe. Y sabido es, además, que nada hay más caritativo que la verdad, ni más positivo, ni más obligado.

Bernardo
15 de octubre de 2007 a las 00:24

Me temo que todo este revuelo sobre la susodicha asignatura no sea sino una enorme cortina para esconder intereses espurios por parte de los que perdieron y no quieren volver a perder, aunque tengan claro que perderán. Lo que no termino de entender es qué se le ha perdido a cierto sector eclesiástico en este asunto. Si los sociatas ganan las próximas elecciones generales los sectores más anticlericales pedirán dar "caña al mono" y meter mano en el concordato. Si los pepinos ganan otorgarán el oro y el moro pero perderá, como siempre, la acción evangelizadora, porque de nuevo la iglesia tendrá que pagar al amo que la financia. De una manera u otra sale perdiendo la iglesia. ¿Tan difícil es entender que en una sociedad laica es el gobierno el que determina el currículo oficial, nos guste o no? ¿Es que el derecho de los padre a educar es absoluto? Si un padre quiere educar en el odio a las personas de color e incitar a su hijo a la agresión ¿el estado debe consentirlo? Es evidente que no. La Iglesia tiene, como ninguna otra institución social, una asignatura reconocida y financiada por el estado para enseñar su fe, su moral y, a veces, su ideología. Creo que lo que se está haciendo es armar mucho ruido con algo nimio para amedrentar al enemigo ante lo que realmente es importante. Si nos ponemos así por una hora semanal, 35 semanas al año (carga lectiva de la EpC), ¿qué haríamos si nos tocaran la nuestra? Esto es pura estrategia ideológica, nada que ver con el Evangelio.

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