14
Oct
2007Oct
Educación y Ciudadanía
2 comentarios“Amigo pide a Cañizares que no sea profeta de calamidades”, titula estos días un periódico digital. A mi no me alarman los titulares, pero este ha provocado que fuera a la fuente. La fuente es una carta pastoral del Cardenal de Sevilla fechada en septiembre titulada “Educación y Ciudadanía”. Naturalmente, en ella no aparece ni un solo nombre propio. Pero sí que aparece un modo distinto de enfocar la cuestión de esta asignatura que a muchos preocupa. Me place el tono y contenidos de la carta. El Cardenal está preocupado porque mantengamos nuestra identidad cristiana en el marco de una sociedad plural, democrática y pluricultural. Esta identidad unida a una verdadera calidad de la enseñanza es la mejor garantía para conseguir la formación integral de los alumnos de nuestros colegios.
Al Cardenal no le gusta “el reiterado discurso de los malos tiempos, de las inclemencias que debemos padecer, de la intemperie e indefensión en la que nos encontramos ante el acoso de leyes políticas y ambientes nada proclives a una buena educación cristiana”. Frente a este discurso condenatorio Mons. Amigo propone acciones positivas. Ninguna tiene que ver con huelgas ni objeciones. Habla, eso sí, de “trabajar por los derechos que nos asisten, sin olvidar nunca la propia identidad cristiana. Pero en un sentido abiertamente positivo”. Y propone: que los padres se ocupen y preocupen de una buena formación de la conciencia de sus hijos; conocimiento de los principios constitucionales; edición de manuales y subsidios cristianos para la educación de la conciencia ciudadana (digo por mi parte: eso es lo que se está haciendo desde FERE y espero que pronto salgan a la luz esos subsidios); formación de profesores, con idearios cristianos, de educación para la ciudadanía (añado por mi parte: siempre he pensado que esa era la clave para impartir esa y las demás asignaturas de acuerdo con los idearios católicos; y eso es lo que se hará en los colegios de FERE y en los de otras obras católicas, aunque hasta ahora hayan guardado un prudente silencio). Y algunas otras actuaciones que invito a leer para que hagan sus aportaciones si lo creen oportuno. Se trata, según el Cardenal, de lograr una educación humana y cristiana, “sin dualismos ni alternativas”.
Al Cardenal no le gusta “el reiterado discurso de los malos tiempos, de las inclemencias que debemos padecer, de la intemperie e indefensión en la que nos encontramos ante el acoso de leyes políticas y ambientes nada proclives a una buena educación cristiana”. Frente a este discurso condenatorio Mons. Amigo propone acciones positivas. Ninguna tiene que ver con huelgas ni objeciones. Habla, eso sí, de “trabajar por los derechos que nos asisten, sin olvidar nunca la propia identidad cristiana. Pero en un sentido abiertamente positivo”. Y propone: que los padres se ocupen y preocupen de una buena formación de la conciencia de sus hijos; conocimiento de los principios constitucionales; edición de manuales y subsidios cristianos para la educación de la conciencia ciudadana (digo por mi parte: eso es lo que se está haciendo desde FERE y espero que pronto salgan a la luz esos subsidios); formación de profesores, con idearios cristianos, de educación para la ciudadanía (añado por mi parte: siempre he pensado que esa era la clave para impartir esa y las demás asignaturas de acuerdo con los idearios católicos; y eso es lo que se hará en los colegios de FERE y en los de otras obras católicas, aunque hasta ahora hayan guardado un prudente silencio). Y algunas otras actuaciones que invito a leer para que hagan sus aportaciones si lo creen oportuno. Se trata, según el Cardenal, de lograr una educación humana y cristiana, “sin dualismos ni alternativas”.