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Disolverse: objetivo de toda ONG
6 comentariosEl objetivo final de toda ONG debería ser disolverse, porque su trabajo ha dejado de ser necesario. Hay ONGs que se preocupan por los enfermos del tercer y cuarto mundo, por esos enfermos de los que nadie se ocupa, que no disponen de medios, que mueren por enfermedades que en el primer mundo se curan fácilmente. Si estos enfermos dispusieran de los medios que tenemos en los países ricos, las organizaciones benéficas no serían necesarias. Hay ONGs que denuncian las violaciones de los derechos humanos. Labor necesaria y urgente. Pero si los derechos se respetasen en todas partes, la ONG no tendría ningún trabajo. Lo mejor sería, pues, que las ONGs se quedasen sin trabajo. Eso significaría que la conciencia y el desarrollo humanos habrían alcanzado los niveles que esas organizaciones desean.
Ya San Agustín se expresaba de forma parecida a propósito de las obras de misericordia. Su objetivo es quedarse sin objeto. Decía el santo: “No debemos desear que haya pordioseros, para ejercer con ellos las obras de misericordia. Das pan al hambriento, pero mejor sería que nadie tuviese hambre, y así no darías a nadie de comer. Vistes al desnudo, ¡ojalá que tuviesen todos vestidos, y no existiese tal necesidad! Entierras a los muertos: ¡ojalá llegue pronto aquella vida donde nadie muera!”. Todos estos servicios, añadía Agustín, “se deben a las necesidades. Quita los indigentes y cesarán las obras de misericordia”.
Eso no significa que desaparezca el amor. En primer lugar, porque el amor es más auténtico cuando se dirige a quien no te necesita. Cuando ayudas al necesitado, de alguna manera, te pones por encima de él. El auténtico amor es el que se da entre iguales. Hasta Dios, para poder amar de verdad al ser humano, se hizo hombre como nosotros, se puso a nuestro nivel. Por otra parte ni las mejores estructuras ni la mejor justicia resuelven el problema fundamental del ser humano, que es la falta de amor. En las mejores estructuras es posible morir de soledad y la madurez humana no es proporcional al progreso técnico y político. Por eso, aunque el objetivo de las ONGs deba ser, finalmente, su disolución por innecesarias, siempre serán necesarias personas con un corazón amante, que sean reflejo del amor de Dios.