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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

12
Feb
2013

Dimisión que no ha dejado a nadie indiferente

4 comentarios

La dimisión del Papa no ha dejado a nadie indiferente. Todos los que tienen algún nombre y alguna posibilidad de hacerse leer se han apresurado a pronunciarse. En algunos casos, a base de generalidades que no comprometen mucho. En otros por medio de críticas apenas disimuladas: “de la cruz no se baja nadie”; o notando aspectos que quizás han podido influir en la decisión: “estaba muy desgastado” con el escándalo Vatileaks y la lucha contra la pederastia. Los que se expresan con más espontaneidad (y hasta con ligereza) son los comentaristas de las páginas y los blogs de internet. Allí se dice de todo. Se trata a la Iglesia como si fuera un personaje de la farándula. Es bueno que seamos conscientes de que hoy la institución eclesial suscita interés, pero desgraciadamente es un interés que no va orientado a lo que es o, al menos, a lo que debe ser la Iglesia: sacramento de salvación, testimonio de Jesucristo, madre que engendra nuevos hijos a la fe.

Personalmente pienso que Benedicto XVI ha realizado un acto de honradez y suma lucidez. Se ha visto y sentido enfermo y anciano. Y ha sido bien consciente que cuanto más débil está un gobernante, más influencia tienen los que le rodean. Algo de esto ocurrió en los últimos meses del anterior pontificado. Es posible que Benedicto XVI no haya querido que la historia se repita. No es bueno que se tomen decisiones en nombre de alguien que no está en condiciones de controlarlas. En todo caso, se trata de una decisión muy personal que deberíamos respetar.

Joseph Ratzinger ha sido un teólogo de alto nivel. En sus primeras obras mantuvo posturas bastante abiertas. Es normal que los cargos y las responsabilidades le hayan obligado a moderar algunas de sus posiciones. Pero esto es positivo: la vida nos lleva por donde no queremos o por donde no esperamos. Y, a veces, sentimos que las primeras ilusiones no acaban de cumplirse, o que lo que nosotros habíamos previsto como algo muy bueno y necesario, otros lo utilizan de forma que no nos gusta.

Este es el momento de dar gracias a Dios por el Pontificado de Benedicto XVI. Por su Magisterio. Sus homilías, encíclicas y discursos siempre han tenido una buena base teológica. Benedicto XVI ha ayudado a pensar, a madurar en la fe. Ha sabido afrontar los problemas con inteligencia. Se podrá estar o no de acuerdo, pero no cabe duda de que lo que dice está muy pensado y hace pensar.

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Elvira
13 de febrero de 2013 a las 11:03

Personalmente todo en Benedicto XVI me admira, hasta me parece bien que haya renunciado, para mí es muestra de su libertad: "es un Papa libre" además de lúcido e inteligente. Seguro que su decisión es la más adecuada y le deseo lo mejor en su nueva vida de oración.

Respecto a la institución eclesial; mi opinión es distinta a la del P. Martín: en ella vemos personas miserables pero también personas santas que hacen las cosas bien (es la realidad humana).Tendremos que perfeccionarnos nosotros antes de pretender perfeccionar a los demás.

Vaya mi oración por Benedicto y por la Iglesia para que sea como bien pedía él "morada Dios"

Margarita
13 de febrero de 2013 a las 21:51

Debemos de ser capaz de ver los signos de los tiempos. Una iglesia en camino sabe cuando las uvas se maduran y estan listas para ser pisadas. Me conplace ver un papa HUMANO, tan cerca como yo, capaz de dar paso a las proximas generaciones, dando todo de si a la manera de Jesus! Renunciando a la fama, a morir hasta como los anteriores, como Papa. Viviendo sus ultimos dias en plegaria y oracion! Como muchos cristianos y cristianas comprometidos con el Evangelio. Siendo responsable de sus acciones. Pido por el a nuestra madre Ntra. Señora de la Altagracia para que le acompañe en todos sus pasos y caminar hasta el Padre. Admiro sus escritos y enciclicas. Y me duele los juicios y declaraciones de un mundo que no le conoce. Ni se acerca siquiera a su cruz.

Isabel
14 de febrero de 2013 a las 12:35


Aporto mi idea sobre la renuncia de Benedicto XVI. Es cierto:"No tiene fuerzas" :
Con la pederastia; la traición del amigo;la división de la Iglesia, Católica...Alguien da mas¡? Es lo que se nos dice y sabemos. Se va pero, no nos deja. El Modelo es: Jesucristo. Benedicto XVI ha sido su Vicario.
Jesucristo murió clavado en la Cruz por nosotros mismos,los que ahora hablamos de su decisión..Su humanidad, se va de nuestra vista pero, su vida,su corazón seguirá latiendo por la humanidad la que le fue confiada por Su Maestro,la que,le ha dejado sin fuerzas por el dolor causado,hasta que SU Modelo a su Vicario le reciba en Su Seno.

Francis
21 de febrero de 2013 a las 23:12

Hay una Epístola de San Juan, la tercera, que es muy breve, poco más que unas líneas. Hasta ocho veces es invocada la VERDAD. He recordado las palabras del Santo Padre Benedicto cuando fue consagrado como arzobispo de la sede de Munich la víspera de Pentecostés de 1977, unos días antes de ser nombrado Cardenal. Creo que todos recordamos las palabras del Cardenal cuando se convirtió en Papa asegurándonos que sería un viñador en la Viña del Señor, aquellas otras palabras en Munich las hemos olvidado después de tanto tiempo y de tanto transcurrido. En ellas se comprometió a ser un obrero al servicio de la Verdad.
¿Qué otra cosa podía servir aquel sacerdote entregado a la enseñanza con un rigor tan elevado? Y lo ha hecho sin pausa desde entonces. Servidor de la Verdad. Sin ella no hay nada. No es extraño que hoy el relativismo se extienda y que sólo tengamos por verdadero el devenir de unas leyes físicas. Que todos demos testimonio verdadero de esa Verdad, complazcamos nuestro anhelo de verdad en la fuente verdadera. Gracias a todos, especialmente al Santo Padre.

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