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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

18
Feb
2013

¡De lo que son capaces las monjas!

6 comentarios

Tras asumir el poder Fidel Castro muchos religiosos, religiosas y sacerdotes, salieron de Cuba. Hubo una Congregación, la de las Hermanas de la Caridad, que fue respetada. ¿El motivo? Antes de la toma del poder, Fidel estuvo preso. Mientras estuvo en la cárcel, una Hermana de la Caridad le visitaba y le ayudaba (como hacían otras hermanas con otros presos). Fidel estaba entonces escribiendo fragmentos de su obra “La historia me absolverá”, y la hermana sacaba de la cárcel el escrito de Fidel, escondido en su hábito. Cuando Fidel logró el poder, la Hermana, que le trataba con confianza y cariño, le pidió reiteradamente, en privado y en público, que permitiese a las Hermanas de la Caridad seguir visitando a los presos. Fidel nunca se lo autorizó, ni a ella ni a las otras hermanas. Un día Fidel le dijo: no puedo permitirles que visiten ustedes a los presos, porque yo sé muy bien de los que son capaces.

Han pasado los años. Muchas Congregaciones han vuelto a Cuba. Y, con dificultades y pocos recursos, las hermanas siguen siendo capaces de muchas cosas. Por ejemplo, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, en el país más envejecido de Latinoamérica (¿por qué será?) se ocupan de un asilo, en el que hay una amplia lista de espera para poder entrar. Es el mejor de Cuba y allí los ancianos y ancianas tienen una adecuada atención religiosa. Por su parte, las distintas Congregaciones y grupos de religiosas dominicas realizan una admirable labor religiosa y social en barrios marginales de La Habana y en los distintos pueblos de la isla. Dan catequesis a niños, jóvenes y adultos; algunas se ocupan del catecumenado de adultos y de “Caritas” parroquial.

Las hermanas realizan una importante tarea de acompañamiento, con actividades de primera necesidad: atención sanitaria, atención a las familias de los presos, refuerzo educativo para niñas y niños que lo necesitan. Tienen talleres de costura y de otros oficios. Reparten desayunos y comidas a gente postrada o muy pobre. Escuchan a la gente (“lo que más tiempo nos ocupa”, decía una hermana). Y animan bastantes “casas de misión”. Una casa de misión es una especie de comunidad de base. Una familia pone su casa a disposición de la Iglesia y allí se reúnen entre 10 y 15 personas para celebrar la Palabra, formarse humana y religiosamente y ayudarse. Son sencillos ejemplos de lo que son capaces de hacer las monjas, con mucha entrega y sacrificio. Ellas son evangelizadoras en primera línea y la mano de Dios para muchas personas.

Se me olvidaba lo más importante. Plantean una pregunta: “¿cómo es que están ustedes aquí, tan alegres y tan felices, cuando muchos quieren marcharse?”. Y una cosa final a propósito del marcharse: mientras el gobierno de Cuba expide pasaportes a los ciudadanos que lo solicitan, los gobiernos de España, Francia, México y Ecuador se niegan a dar visados a los ciudadanos cubanos. ¿Qué queda entonces de la segunda parte del deseo de Juan Pablo II: “que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”?

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Elvira
19 de febrero de 2013 a las 10:45

Es admirable la obra evangelizadora de los misioneros y misioneras en Cuba. Yo ya hace años que tengo conocimiento de ello, desde que unos sacerdotes valencianos, diocesanos fueron enviados allí a evangelizar. También sé de sus nececidades y la precariedad y pobreza en que viven.
Tal vez nosotros deberíamos tomar ejemplo de estos misioneros y misioneras para evangelizar en nuestra España secularizada.

teologas cubanas
19 de febrero de 2013 a las 17:34

Ójala llegue el día en que el magisterio que usted imparte, profesor Gelabert, sea ofrecido una monja cubana doctora en teología, en Cuba, y en Europa. Signo del cambio profundo que muchos deseamos esta Iglesia en que lo femenino se identifica prioritariamente con lo asistencial.

Mi profundo reconocimiento a la labor heroica de las monjas misioneros y misioneras en Cuba,y paises en los que dar testimonio cristiano,pone en juego la propia vida.

Antonio Saavedra
19 de febrero de 2013 a las 23:51

Me han llamado la atención con cierta envidia las "casas de misión", posibles en Cuba, cercenadas en España. Tras el Vaticano II en algunas casas se celebraban misas domésticas con cierta periodicidad, al menos en reuniones del Movimiento Familiar Cristiano, grupos de matrimonios que nos reuníamos en las casas, para reflexionar sobre temas familiares y celebrar la eucaristía.
Hoy creemos que no ya existen en esta diócesis, absorbido el MFC por la Iglesia-institución, en vez de mejorar la proyección de los seglares y consiliarios. Y carezco de noticias sobre el resto de España.
Tb la queja implícita de la teóloga cubana que desearía un "cambio profundo que muchos deseamos esta Iglesia en que lo femenino se identifica prioritariamente con lo asistencial". ¿Por qué la cerrazón de nuestra Iglesia sobre la mujer, en definitiva sobre los roles según sexo?

Elvira
21 de febrero de 2013 a las 13:43

No sé si merece la pena que deje mi opinión al respecto del papel que realizan las mujeres en la Iglesia católica,pero lo voy hacer. En mi opinión, las cosas no están de la misma manera que cuando yo estudiaba hace ya casi 20 años. Hoy en día hay Doctoras en Teología enseñando en las principales Facultades y Universidades europeas. Pensemos en las admirables teólogas que hay en la Facultad de Teología de Comillas en España. Las que hay en Roma, en Alemania, Suiza. Las hay especializadas en todas las ramas de la Teología. El que la mujer acceda al sacerdocio, es otro tema distinto, por el momento no hay acceso. ¿Realmente es necesario? ¿Es conveniente? Si fuera así tampoco pasaría nada, al final nos acostumbraríamos, como nos hemos habituado a los colegios mixtos etc. Pero, yo personalmente no tengo vocación para ser sacerdotisa, ni siquiera diaconisa. Se precisaría vocación. Y poseer cualidades adecuadas para el servicio a realizar dentro de la Iglesia.

Jesús Colmenero
22 de febrero de 2013 a las 20:13

Como laico vicenciano me llena de orgullo la presencia de las Hijas de la Caridad en Cuba. He seguido muy de cerca la presencia de nuestro querido padre paúl Jesús María Lusarreta allí, su entrega al pobre y su defensa de los valores evangélicos en un ambiente muchas veces hostil.
Sobre el tema del sacerdocio de la mujer, para mi es una cuestión de justicia el que nuestra iglesia les oferte esa opción (como lo hace al varón). No entro en disquisiciones teológicas, no soy teólogo "profesional", pero mi fe en Jesús y en SU Iglesia me lleva a ese convencimiento profundo. El 80% de las catequistas de mi parroquia son mujeres, el movimiento vicenciano al que pertenece es guiado y sostenido esencialmente por mujeres y por último y para mi fundamental, fué mi madre quien me acompañó en mis primeros pasos por el camino del Reino. Deseo que el esperado nuevo periodo que se avecina en nuestra amada Iglesia se encamine, entre los muchos desafios que se presentan, a enmendar la injusticia para con la mujer.

María Pía
28 de febrero de 2013 a las 14:00

Lo que posibilitó a Jesucristo su resurrección y por generosa añadidura la nuestra, fue la OBEDIENCIA a la VOLUNTAD DEL PADRE, la iglesia no necesita sacerdotisas, sino sacerdotes, religiosas,religiosos,consagrados, laicos, padres, madres, hijos, etc con vocación de santidad, no de crítica al magisterio ni discordia. Las religiosas que cumplen una labor más fructífera, son las más silenciosas que no buscan honores ni reconocimientos (vanidades del enemigo) sino que sacan su fuerza de la intimidad con su esposo Jesucristo. Ese es el testimonio callado y profundo, sin alardes que recibí de las religiosas de mi colegio y del que todos nos beneficiamos, con Teresa de Calcuta. Sin duda alguna para ella hubiese sido un desconcierto muy incómodo que por "reconocimiento a lo necesario de su labor", a alguien se le hubiera ocurrido darle el sacramento del sacerdocio!!!! No inventen más innovaciones innecesarias, por favor, que cada uno busque y ame la vocación que el Señor le ha dado y combata interiormente en silencio para llevarla a su esplendor, con sencillez y simplicidad, eso necesita esta generación para ser salvada!!!

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