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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

10
Nov
2008

Cristazos en nombre de la Cruz

5 comentarios

Vergüenza ajena. Vergüenza de ser cristiano. Eso es lo que produce el lamentable incidente acaecido en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. La policía israelí ha tenido que sofocar una pelea entre clérigos y peregrinos cristianos en ese venerable lugar donde se produjo la crucifixión, enterramiento y resurrección de Jesús.

El incidente se ha producido el mismo día en que la Iglesia católica celebraba la dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán. Las lecturas de la Eucaristía relativizan las piedras muertas, para resaltar la importancia de las piedras vivas, las comunidades cristianas, afincadas en el sólido fundamento de Cristo (segunda lectura), que son agua viva que fecunda y purifica las aguas salobres representadas por el mar (primera lectura). El evangelio recuerda el mal uso que puede hacerse del templo, convertido en negocio, contra el que Jesús se rebela, al tiempo que recuerda que su cuerpo es el verdadero templo. El incidente ocurrido en Jerusalén es una mala actualización del evangelio del pasado domingo. También Jesús se hubiera sentido indignado ante esta lucha a base de cristazos en nombre de una Cruz que reconcilia a los pueblos dispersos y divididos. La Cruz une, pero nuestras pasiones, pasiones religiosas incluidas, que son las peores, dividen. Pelearse en nombre de Cristo es expulsar a Cristo de este sepulcro, que a causa de la pelea dejó por unas horas de ser santo, para ser una auténtica cueva de paganos. Paganos con vestiduras, ornamentos, hábitos, que no disimulan el fondo del corazón. Cuando uno no tiene otra cosa que lucir, luce el hábito. Y cuando uno no tiene a Cristo en su corazón, se pelea en su nombre.

La Iglesia del Santo Sepulcro es un lugar de división. Lo ocurrido ayer es su manifestación extrema. Esas piedras muertas se las disputan las diferentes confesiones desde hace varios siglos. La realidad eclesial allí afincada es el signo opuesto de todo lo que allí se venera.

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marcelino
10 de noviembre de 2008 a las 11:02

Lo vi en la tele, no lo podia creer. Es lo ultimo de lo ultimo, lo mas anticristiano que he visto jamas, lo que va mas en contra de todas las palabras de Jesus. Aqui algo esta fallando por todos lo sitios. Nada es lo que deberia ser.

joserubio
10 de noviembre de 2008 a las 12:17

Buenas a todos, especialmente al Padre Martin. llevo siguiendo el blog desde hace tiempo, desde que Martin nos lo comentó en clase en la facultad de teología, pero hasta ahora no me he decidido a escribir, quizá porque este tema me parece escandaloso.
No soy un experto en diálogo interreligioso pero me parece una barbaridad lo ocurrido el otro día en el santo sepulcro y una coincidencia bastante sugerente el que ocurriese el día que la liturgia tenía estos textos de la Palabra de Dios, me refiero a los textos litúrgicos de la dedicación de la basílica lateranense.
El cuidado de la paz tenía que ser un imperativo para los creyentes, algo esencial en nnuestro credo; tenía que ser una "verdad de fe", sino puede entrar en la ortodoxia debería entrar en la ortopraxis. Lo primero un imperativo. Pero además si queremos ser creibles en nuestro mundo dividido y violento ¿cómo se nos ocurre andar de gresca por estas cosas? Calificaría este acontecimiento de una mentalidad medieval, pero pienso que en la Edad Media nos darían clases de convivencia pacífica entre religiones y de diálogo interreligioso entre creyentes.
Para mí lo escandaloso no es que ocurriese en un templo o en el lugar en el que dicen que está el sepulcro de Jesús: son piedras muertas al fin y al cabo y "destruid este templo y en tres días lo levantaré", lo más fuerte es que se trataba de hombres que dicen seguir al mismo Maestro.

Makarios
10 de noviembre de 2008 a las 15:09

Cuando veo o escucho estas cosas, siempre resurge en mi la pregunta, casi afirmación, que hacia un, para mi recordado y querido, obispo: "Tal vez sea necesario destruir el templo para que pueda vivir de nuevo la Iglesia".
Unos "cristianos a cristazos" son un contrasentido absoluto, y si es por defender una propiedad o unos privilegios, son una blasfemia.
Un abrazo

Anónimo
10 de noviembre de 2008 a las 22:04

Por cuatro atontados, ¿vamos a perder la paz? Yo creo que no. En ocasiones, y ante la incomprensión mutua, surgen estos incidentes que hacen que nos lamentemos; pero sería injusto pensar que el cristiano no católico se comporta muchas veces de este manera, cuestión que muchas veces los medios de comunicación se empeñan en remarcar, y que poco suele ajustarse a la realidad. Este tipo de comportamiento es inmanente al hombre. Con todo, no estoy muy de acuerdo con la expresión que usted usa: "Pelearse en nombre de Cristo es expulsar a Cristo de este sepulcro, que a causa de la pelea dejó por unas horas de ser santo". Pienso que el lugar en sí nunca deja de ser santo, aunque los que lo pululan sean autenticos insensatos, por no decir algo peor. ¿que diríamos de ciertos obispos, cardenales, frailes, monjas, curas... que moran en el seno de la Iglesia Católica? Algunos incluso minan los cimiento de la misma Iglesia, pero ella sigue siendo santa, por más que ellos intenten destruirla desde los propios cimientos.
Aquí les dejo mi pequeña reflexión. Por lo demás, quisiera felicitarle, esta vez sí, por su onomástico en el día de mañana. FELIZ DÍA DE S. Martín de Tours, obispo
J.E.N.T

RaúlGa
10 de noviembre de 2008 a las 23:37

Por cuatro atontados no perderemos la vergüenza, pero si que le doy la razón al P.Martín en que da realmente vergüenza agena ver las imágenes de la disputa entre los Sacerdotes y la policia. Soy seminarista de la Diocesis de Valencia, y curioseando por internet encontré esta página, realmnete me ha gustado mucho leerle y me he dispuesto en participar(porque no)en su blog. He podido leer algunos artículos, pero éste por lo grave y desastroso de las imagenes que he podido ver en el enlace, me he inclinado en dejar mi pequeña opinión. No podría decir mucho, simplemente que me ha dejado atonito ver las imágenes y tampoco podemos mirar hacia otro lado, si, como dice el P.Martín, eso ha ocurrido en un lugar Santo, y no uno cualquiera, sino el más santo de todos. Y pienso como usted, que el Señor, viendo ese panorama habrá salido huyendo de allí,ya que a nuestro Dios no le agradan estas cosas de la violencia. Felicitarle en su fiesta onomástica de mañana S. Martín de Tours Obispo. Un saludo.

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