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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

10
May
2011

Crear empleo con dinero recaudado para la Iglesia

7 comentarios

El Sr. Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida, en rueda de prensa en Alicante, propuso destinar el dinero que la Iglesia católica recibe como “subvención” del Estado a crear empleo. Una idea tan poco brillante merece algún comentario. Comentario hecho por alguien como yo que, como todos los religiosos y religiosas, no recibe directamente en calidad de religioso, ni un solo céntimo del dinero que el Estado recauda para la Iglesia. Digo bien recauda, como un intermediario, porque, y en eso el Sr. Lara se equivoca, el Estado no subvenciona a la Iglesia. Son algunos españoles los que voluntariamente, en su declaración de renta, destinan un dinero a la Iglesia, del mismo modo que pueden destinarlo a otros fines sociales.

Ya me gustaría a mí que en otros asuntos se pudiera adoptar un criterio parecido: pedir su opinión a los ciudadanos para saber a dónde quieren que vayan sus impuestos; y no estoy pensando en pedirles que opinen en cuestiones como defensa o asuntos exteriores, sin los que un Estado difícilmente puede funcionar. Estoy pensando en los sindicatos y los partidos políticos, que tienen todo el derecho del mundo a organizarse como quieran, pero no tienen porqué contar con subvenciones (en ese caso sí que son subvenciones) del Estado. Podrían alimentar sus arcas de aportaciones voluntarias de los ciudadanos, como es el caso de la Iglesia católica.

Cayo Lara ha hecho esas declaraciones dentro de la campaña para las elecciones municipales. Desgraciadamente no sólo él, sino la mayoría de los políticos, hacen sus discursos en clave nacional, y olvidan así los problemas que en estas elecciones deberían dirimirse. El discurso electoralista de Sr. Lara, apto para provocar el entusiasmo de los convencidos y para molestar a algunos católicos (porque a mí no me molesta), tiene muy poco de realista. Ya que se trata de municipios, basta pensar en un municipio pequeño con una sola parroquia. ¿Sabe el Sr. Lara cuánto dinero de ese que llama “del Estado” llega a ese pueblo? El sueldo del párroco, unos 800 euros. Ya me dirán cómo se crea empleo en el pueblo quitándole el sueldo al cura. Por lo demás, parte del dinero que la Conferencia Episcopal reparte, descontando sus gastos de personal, va a obras sociales. Si se suprime ese dinero, en vez de más trabajo, habrá más desgraciados.

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de derechos y deberes
11 de mayo de 2011 a las 02:51

Puede que una de las opciones pase porque religiosos y clerigos realicen un trabajo remunerado,con sus derechos y deberes, cotización a seguridad social y pensión. Ganarse el pan con las vicisitudes del resto. Con eso entre otras cosas no se verían desamparados si dejan sacerdocio o vida religiosa, teniendo en cuenta que no hay indemnización eclesial por el trabajo realizado si el religioso o sacerdote decide dejar la vida religiosa o sacerdotal. De hecho muchos aguantan en parroquias y conventos porque la edad no les da opción de rehacer la vida. No se llegaria a casos de tantos ex religiosos o ex sacerdotes sin trabajo, pensión, familia que les apoye. Durante una larga época la vida religiosa y sacerdotal ha sido para algunos la elección para eludir obligaciones, o en dicho popular " vivir de la sopa boba", o ascensión social, hecho todavía presente en algunas vocaciones del Tercer Mundo. ¿ No habrá que replantear sacerdocio y vida religiosa a tiempo real, en este siglo XXI ?

creyente-catolico
11 de mayo de 2011 a las 12:18

Le diría a "derechos y deberes" que seguramente, el señor de izquierda unida diría que los curas se dediquen a rezar y dejen de ocupar puestos de trabajo que son necesarios para los padres de familia etc.
pero le diré, que los dominicos, por ejemplo, ejercen profesiones remuneradas...como ser profesores en universidades o institutos...y también algunos sacerdotes diocesanos...y respecto a lo de que no se van de la vida religiosa por no pasar penalidades...le diré que la iglesia y las ordenes o congregaciones suelen ayudar a los que salen de la vida religiosa y se incorporan a la civil...no les dejan con una mano delante y otra detrás..cosa que no hará una empresa si puede ahorrárselo y el señor de 50 años despedido se encuentra igual o peor.
respecto a lo de replantear la vida religiosa al siglo XXI? que eso eso? la vida religiosa es la que es y el sacerdocio es lo que es...y es algo que puede adaptarse un poco a los tiempos pero no cambiar en su esencia...
aahm y eso de vivir de la sopa boba..un fraile, una monja o un sacerdote comprometido trabaja, se desvive y sufre igual o mas que un empleado de cualquier profesión...

Luis Antonio
11 de mayo de 2011 a las 15:07

En mi opinión, el texto de Martín Gelabert omite las muy importantes exenciones fiscales que tiene la Iglesia, que no paga por los locales empleados a esa finalidad, entre otras más, y que ha sido objeto de controversia no por laicistas, sino por la Comisión Europea, por dar lugar a discriminaciones fiscales no justificables. (Otro tema serían los pelotazos que con la reventa de colegios o solares se han dado en todos los períodos de burbujas inmobiliarias en España, algunos evitando su contribución fiscal)Me gustaría mucha mayor transparencia en las cuentas de la Iglesia, pues sería un elemento que redundaría en su credibilidad.

Por otro lado, creo que el poder económico de la Iglesia y su capacidad de influencia no han sido todo lo evangélicas que cabría esperar. Ha habido más ocasiones en las que ha predominado su desempeño como organización, no muy diferente de la de otros grupos de presión, que su labor ejemplarizante, que la hay, pero que las élites que negocian estos asuntos dejan en un segundo término cuando hay que sentarse ante empresarios o políticos con discrecionalidad presupuestaria, ante los que se sonríe por muy poco edificante que sea su trayectoria si hay contrapartida financiera de por medio (Berlusconi sería el paradigma, pero tampoco Camps está muy lejos).

También creo que se prescinde de la historia reciente, en la que el Concordato de los años cincuenta instauraba un catolicismo proactivo de una dictadura y beneficiado económicamente de ella, y el vigente, en la transición, con importantes ventajas frente a cualquier otra confesión religiosa. Hemos de reconocer que hemos sido un grupo muy privilegiado durante mucho tiempo en este país, y que lo sean sindicatos o partidos políticos también no quita que no hayamos incurrido en graves errores.

Independientemente de que las críticas de algunos sean simplistas, nuestras respuestas victimistas, sin entender por qué prima la imagen de grupo de poder sobre la de iniciativa reformadora y comprometida debería hacernos pensar con rigor y menos corporativismo.

Yo sugiero más transparencia en las cuentas de la Iglesia, mayor autofinanciación y renuncia a toda discriminación positiva no generalizable a otros credos, denuncia de la corrupción en todos los ámbitos y defensa de la contribución fiscal como compromiso cristiano, y promoción de lo colectivo y comunal, en ocasiones público, en ocasiones de la sociedad civil. Sigo creyendo lo de la aguja, el rico y el camello.

los odres ya son viejos
11 de mayo de 2011 a las 17:28

Por error, inserté este comentario, perteneciente a este post, en el post anterior. Ruego disculpen

Las estructuras piramidales en las que la base -los pagarines de casi todo- financian y sostienen a las cúpulas son intrinsecamente injustas e inmorales, porque se basan en la explotación de los más en beneficio de los menos, y establecen relaciones desiguales de poder, ya se trate de poder espiritual, politico o económico. Y eso referido a estructuras eclesiales, de partidos políticos, la banca. La relación poder-dinero que impregna este tiempo neoliberal de reparto desigual de recursos y que deja en los márgenes de la sociedad, de la Iglesia a la mayoría. Pocas estructuras del pasado sirven para este tiempo nuevo, incluida la estructura eclesial. Por muchos parches y remiendos que se pongan. Los odres se han quedado viejos para este nuevo vino.

JM Valderas
11 de mayo de 2011 a las 22:00

En el pueblo donde habito hay cuatro tipo de instituciones religiosas: mi parroquia, un colegio concertado, un monasterio femenino y un hospital universitario. La parroquia está situado en los bajos de una finca de varios pisos. La parroquia paga la parte que le toca por coeficiente en todos los servicios, incluida la renovación de la fachada, para lo que tuvo que pedir un crédito. Vivimos y nos renovamos en muchos aspectos de prestado (bancos de otras parroquias, portalón regalo, idem los materiales del ambón). Apenas se llega a final de mes. El colegio concertado es un edificio de tipo colegio medio, sin grandes campos de deportes. El monasterio estuvo a punto de ser expropiado manu militari por el ayuntamiento de izquierdas; sólo la labor del obispo y del abogado de la diócesis han impedido el atropello, pero ahí está la espada de Damocles. El hospital, infantil, ´pertenece a la Orden de San Juan de Dios, universitario y de referencia (es decir, de excelencia). Como cualquier hospital, pero aquí más, encontraremos en todo momento niños de todos los colores, orígenes, confesiones de los padres y extracción social. Salvo la parroquia, las tres instituciones restantes son fruta apetecida por fuerzas políticas de corte más o menos totalitario. La transparencia en la gestión es ahora virtud evangélica. Los tiempos que se avecinan, de expropiación acelerada (ante el envejecimiento y extinción quizá de los titulares), serán más duros para la Iglesia que los de la pederastia infantil. Lo inteligente sería adelantarse a los acontecimientos, crear fundaciones y mantener la finalidad apostólica que los creó u otras nuevas. La demagogia con el dinero enciende a las masas. Y hay muchos de los que se dicen cristianos que avivan esas llamas.

Domingo
12 de mayo de 2011 a las 01:22

Me entristece y me apena que en los tiempos que corren se digan cosas de ese tipo. Creo al Sr. Lara lo suficientemente inteligente y por tanto debo pensar -y así lo creo- que debe de tratarse de un lapsus. Pues considero al Sr Lara con una cultura lo suficientemente aceptable para decir esas barbaridades. Otra cosa sería que se dijera intencionadamente -lo cual ni se me ocurre pensarlo- porque de esa manera se estaría poco menos que llamando incultos a sus oyentes y esto si que sería verdaderamente grave. Todo ser humano tiene derecho a ser respetado tal cual es y nunca, bajo ningún concepto, deben de ser ignorados estos derechos, por todo ello creo que debe de tratarse de un lapsus o una interpretación erronea de sus palabras, sin mas importancia.
Como principio baste decir que yo creo en la honestidad de toda persona sea del color que sea, a la que debo de respetar y el resto siempre seran circunstancias las que marcan las diferencias.
Por todo eso "rompo una lanza en favor del Sr. Cayo Lara" al que considero honorable y leal al auditorio que le escucha

javier langarita
12 de mayo de 2011 a las 11:16

Por distintos motivos, vamos porque soy de Ecolo-Verdes (candidato) , he tenido que asistir a varias conferencias y debates con gente de IU ( lo de IU es un eufemismo, en realidad es el P.C.E.) yo creo que debe ser ya de los pocos partidos comunistas que hay en España.
Después compartes chascarrillos, comentarios, con algunos de los ponentes.
Bien, el otro día, en la mesa de la Educación, el ponente de IU reivindicaba la lucha de clases y el impuesto de sucesiones, ante el asombro de los docentes que compartían evento.
Cayo Lara, estuvo el sábado pasado en Zaragoza. En su curriculum figura que era agricultor, una profesión que me encanta, noble donde las haya, pero desconozco su formación académica. Pero bueno, a lo que iba, el pasado sábado IU dió un mitin en un pabellón en Zaragoza para 11.000 personas. Asistieron 500 personas.
Con todos mis respetos, tuvieron más anchura y profundidad los candidatos locales que los "importados". El PCE se debería plantear, como el PSOE, si es rentable reforzar sus mensajes con estos "fichajes estrellas".
Por cierto, por si quedaba alguna duda, se puede ser ecologista y cristiano, es más me escuchan con más respecto y cariño cuando hablo del cristianismo en el partido que en algunos foros católicos.
Un abrazo.

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