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Celibato, pedofilia, homosexualidad
9 comentariosBuscando defender el celibato sacerdotal, el Cardenal Bertone ha vinculado homosexualidad y pedofilia. Comprendo que el Cardenal no quiera cuestionar el celibato. Pero para defenderlo no hace falta vincular pedofilia con homosexualidad, no solo porque la mayoría de los psicoanalistas probablemente no estén de acuerdo, sino porque el celibato se defiende con argumentos antropológicos y, sobre todo, teológicos. Y la condición homosexual “debe ser acogida con respeto” (dice el Catecismo de la Iglesia Católica) y no ser vinculada con delitos y disfunciones psicológicas.
Desde el punto de vista antropológico, resulta posible humanizar la sexualidad y vivir su sentido profundo de entrega, amor y apertura al semejante, fuera del matrimonio. El argumento teológico en pro del celibato debería apelar a Jesús y su anuncio del Reino. El celibato de Jesús fue, en su época, una provocación. Anticipaba un nuevo tipo de familia que solo en el Reino de Dios quedará plenamente desvelada. Una familia que no se fundamenta en la carne ni en la sangre, sino en el “nacer de Dios”, que crea un tipo de relaciones fraternas que manifiestan la gratuidad del amor.
Una vida célibe no es fácil. Comporta complicaciones y peligros psíquicos que hay que compensar de alguna manera, con una entrega social o con una sana vida comunitaria. Tampoco hay que reducir el celibato a estar sexualmente intacto. Hay que traducirlo en términos de cariño, ternura, amor, poesía. Porque la castidad no es algo físico, sino algo espiritual y poético. Castidad es ante todo mirar al otro con limpieza, asumir su realidad, comprender sus miserias y dificultades, valorar su sonrisa y aliviar su tristeza. Castidad es ayudar a que la vida crezca, es donación y entrega desinteresada. Es magia y realismo, religiosidad y sobriedad, libertad y compromiso, sentimiento y acción. Es la más consumada unión entre cuerpo y alma.
Una cosa más: el que no vive en esta o parecida línea su celibato que, por lo menos, ¡no pretenda hacer de su celibato un testimonio del Reino de los cielos!