Ene
Caperucita Roja y Moisés
6 comentariosSalvando las distancias, Moisés tiene algún parecido con Caperucita Roja. Ambos están llamados a una misión: llevar al pueblo de Dios a la Tierra Prometida y llevar la comida a la abuelita. Ambos se enfrentan con un poderoso enemigo: el faraón y el lobo; ambos tienen que atravesar una tierra inhóspita, llena de peligros para cumplir su misión: el desierto y el bosque. Hay una diferencia fundamental entre estas figuras: mientras Caperucita es un personaje claramente fantasioso, Moisés es el referente de la fe israelita y apunta a lo real. Como tal referente es también figura y anticipo del definitivo y verdadero Moisés, de Jesús, que conduce a quienes le siguen a la verdadera Tierra Prometida, que es el seno del Padre.
La figura de Moisés pide ser actualizada por cada uno de los creyentes, que tenemos una misión que cumplir en la vida, superando para ello muchas dificultades. Es interesante notar que, según cuenta la Biblia, Moisés no pudo entrar en la Tierra Prometida, no pudo disfrutar de los frutos de su esfuerzo. La Tierra Prometida la vio de lejos, pero no la alcanzó. Su misión es liberar al pueblo de la esclavitud y llevarlo a una tierra que mana leche y miel, una tierra de fraternidad. Pero quien disfrutará de esta tierra serán otros. ¿No es duro que otros sean los beneficiarios de mi trabajo?
La historia de Moisés es nuestra propia historia: disfrutamos de unos bienes que otros nos han dejado, y nosotros dejamos a nuestros hijos el fruto de nuestro trabajo. Eso, más que motivo de tristeza, debería ser motivo de gran alegría. Hemos cumplido con nuestra misión. Muchos de nuestros esfuerzos están orientados a dejar un mundo mejor a nuestros hijos, a las generaciones futuras. Posiblemente no veremos nosotros las consecuencias, positivas o negativas, del mundo que estamos construyendo.